Se acerca la celebración de Todos los Santos, de la castañada y, en nuestro caso particular, de Hallowine. El día en que un vertido vínico nos dio miedo, miedito. Si esperáis otra lista de pelis de terror para Halloween con su maridaje en vino, lo vais a tener más crudo que los ladrones de Solo en Casa.
En esta ocasión, vamos a hablar de esos vinos que me aterran. Sí, porque uno ha llegado a ese nivel de wine specialist y ya sabéis, cuando se quiere mantener un estatus pues hay que huir de ciertas cosas. Nuestro artículo al más puro estilo R.L Stine se llama: Pesadillas vinícolas. Una antología de vinos que deberíais evitar a toda costa, aquellos que os pueden cambiar la vida como un mal deseo al Wishmaster.
Nota: A todas aquellas bodegas que veáis un vino vuestro reflejado, recordad que es un artículo de humor. Una selección que, tirando de ironía, retranca y hasta algo de ingenio, trata de hacer pasar a la gente un buen rato. Así que no os convirtáis vosotros en una pesadilla para el autor. ¡Besis querides!
Viña Esmeralda (Bodegas Torres)
Viña Esmeralda bien podría ser la amiga de la Niña de la Curva. Ese espectro que, según se dice, se ha aparecido a miles de personas, siempre ante o tras una curva. Pero claro, echarle la culpa a la niña es muy nuestro, además fijo que tenía un compinche. No se me ocurre otro mejor que Viña Esmeralda, la creme de la creme de los vinos blancos en los 90.
El tito Juan, el Paco o la Marisa te lo han dicho de joven, “este vino es fabuloso chaval/a/e”. Vino que corría en fiestas de guardar, en las BBC más lujosas y en algunos grandes restaurantes. Un compinche silencioso que, tras llenar tu cuerpo de euforia líquida, allanaba el terreno para esa niña escondida. Precio: 7,90 euros aprox.
Viña del Mar (García Carrión)
El género slasher se nutre de asesinos en serie de dudosa procedencia, con una ávida necesidad de sangre juvenil. Haciendo un símil con uno de los vinos actuales, ese sería Viña del Mar. Unos de los vinos blancos más vendidos entre los estudiantes universitarios, un simpático vino de nombre marítimo que podría estar segando más vidas que el escualo de Spielberg. Es el slasher perfecto, agazapado esperando a los jóvenes ávidos de botellón y libre albedrío. Viña del Mar acecha, Viña del Mar ataca y ante todo recordad, Viña del Mar no perdona. Precio: 2,40 euros aprox.
Sangre de Toro
Desde su antigua Valaquia, a los relatos anteriores a él, la figura del vampiro existe. También desde tiempos inmemoriales, en concreto desde 1954, Sangre de Toro viene regando nuestros gaznates. Este tinto, un vampiro líquido vestido de bravura, se viste del amigo perfecto para el tapeo, las celebraciones o las mesas más castizas. El lugar perfecto para atacar a su paso por las yugulares, de imprevisto. Su amigable placer drenará tu cuerpo. Precio: 3,20 euros aprox.
Extrísimo Bach (Bach)
Tras tres días de convulsiones abrió sus ojos, miró a su alrededor y al observar a su familia dijo: “Somos legión”. Una buena posesión es siempre bienvenida, nos va a dar una dosis de sustos y malrollismo alto. Extrísimo Bach es el vino blanco semi dulce que lleva años, décadas, poseyendo a través de su dulce néctar a miles de españoles. Un invento del mismo diablo, una fábula liquida perfecta que seduce tu alma hasta corromperla. Solo un buen exorcismo puede salvarte, pero ojo, ¿queremos ser salvados de la perdición? Precio: 4,20 euros aprox.
El Perro Verde (Uvas Felices)
Cerramos con uno de mis géneros favoritos: los zombies, esos seres descoordinados (no el de Michael Jackson) que atacan en manada ávidos de cerebros frescos. Si hay un líquido capaz de crear un efecto grupal por igual, y que tiene un gran séquito en este país, es este vino blanco nacido en Rueda. Como zombies siguen su camino incuestionablemente, hordas de descerebrados a los que ya les puedes decir lo que quieras, que ellos, solo tienen una palabra en la boca… Perroooo Veeeeerdeeeeee. Precio: 11,95 euros aprox.
Hasta aquí nuestros relatos de terror, la noche acecha y debemos recogernos de la oscuridad. Recordad, sed buenos, tened fe y bebed siempre la sangre de Cristo pues esta es nuestra salvadora. ¡Siempre decantada y en copa Riedel, por favor!
