Aunque creemos que el concepto de tupper como fórmula para transportar nuestra comida hasta el lugar de trabajo es un invento de nuestro siglo, lo cierto es que a lo largo de toda la historia de la humanidad el hombre ha comido en más ocasiones allí donde se ganaba la vida que entre las paredes de su hogar. Obviamente, no había plásticos en el pasado, pero se las ingeniaba para poder alimentarse llevando encima algo comestible no perecedero que luego combinaba con los alimentos que le daba el territorio y la temporada.
Ahora que estamos de vacaciones, el tupper también nos puede acompañar a la playa, piscina o montaña, con ensaladas bien frescas y fáciles de hacer. Os damos algunos consejos para configurar vuestras ensaladas, sin caer en la pasta y el arroz, y os detallamos tres recetas (y sugerimos alguna más) para que no tengáis que pensar demasiado.
El 'tupper' antes del 'tupper'
Esa necesidad de alimentarse fuera de casa hizo que nacieran todas las elaboraciones en las que el pan hacía de continente y contenido, servía para envolver y conservar los alimentos básicos. Así surgieron también las empanadas o los hornazos, las clotxes de los vendimiadores catalanes, las baklavas turcas, los turrones, que fueron originariamente las barritas energéticas de soldados y atletas, los alfajores y las galletas de los marineros que hicieron las grandes travesías marítimas por los océanos desconocidos, etc.
Todo aquello susceptible de transportarse para cocinar al aire libre o matar el hambre allí donde surgiera la necesidad era lo más valorado por nuestros ancestros que vivieron sin refrigeración y moviéndose de un lado para otro, ya fueran pastores, agricultores, marineros, comerciantes o guerreros.
La historia de la alimentación está marcada tanto por la necesidad de producir comida como por la urgencia de conservarla: salazones de carne y pescado, embutidos, pan, quesos, fruta y verdura seca o deshidratada o encurtidos fueron productos imprescindibles. Imaginaos, por ejemplo, que sería de nuestra cocina sin el pimiento choricero, el aceite, el bacalao y las legumbres que transportaban los arrieros de norte a sur de la Península. ¿Quién hubiera inventado el bacalao ajoarriero?
Consejos para elaborar una ensalada
Vamos a pensar como ellos a la hora de hacer nuestros tuppers, pero con la ventaja de tener recipientes mejor acondicionados y neveras portátiles, en el mejor de los casos. Esta es la mejor manera de elaborar una ensalada completa —entendiendo por ello un conjunto de alimentos de diferentes categorías que se degustarán en frío— que resuelva de manera puntual las necesidades alimenticias.
Para empezar buscamos una base, un hidrato de carbono que aporte energía y saciedad y, de momento, nos olvidamos de las manidas ensaladas de pasta y arroz. Escogemos entre un cereal o una legumbre, dependiendo de si se es o no intolerante al gluten, incluso unas patatas cocidas.
Después incluimos una proteína animal en forma de queso, conservas de pescado, salazones, huevos cocidos o algún embutido en porciones pequeñas. Tras ello, lógicamente se necesita una profusión de vegetales, porque, de lo que se trata es de comer “una ensalada fresca” pero con todos sus aportes nutricionales, así que buscamos verduras y frutas a cascoporro.
Solo al final, pensamos en el aliño que hay que transportar a parte porque no queremos que el tupper se convierta en un charco de líquidos calientes donde nada la comida. Recordad que la sal hace que la cebolla o el tomate, por ejemplo, suelten su agua de vegetación. Con estos mínimos consejos pensamos en elaboraciones resultonas y sabrosas que abran el apetito, no que nos echen atrás por insípidas y tristes. Como estas tres recetas que os sugerimos a continuación:
Ensalada griega
Si solo queremos salir del paso, tal vez tengamos suficiente con una ensalada griega: tomate, pepino y cebolla roja acompañada de aceitunas kalamata y queso feta, en este caso, preparado en forma de bombones junto con algo de queso crema y rebozados en sésamo para que crujan. Mantener un par de horas en el congelador antes de coger el tupper.
Ingredientes
- 2/4 tomates maduros, pero firmes, de la variedad que más os guste
- 1 pepino
- 1 cebolla roja
- Olivas kalamata deshuesadas
- Queso feta
- 2 cucharadas de queso de untar
- Trocitos de menta crujientes (opcional)
- Sésamo negro
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Un poco de sal
- Hierbas frescas, principalmente, orégano y hierbabuena fresca
Elaboración
Rompe el queso feta en trozos, en un plato o bol y cháfalo con un tenedor. Déjalo a temperatura ambiente, y añade un poco de queso de untar. Sólo el necesario para poder formar bolas. Haz bolas con ellos y guarda los bombones en la nevera.
Prepara la ensalada mezclando los ingredientes a tu manera, pero sin añadir ni la sal, ni las hierbas ni el aceite. Reserva a temperatura ambiente, pero en lugar seco y frío.
Cuando las bolas de queso feta estén bien frías y firmes, rebózalas en los trocitos de menta y en el sésamo negro. Colócalas en la ensalada y aliña al gusto con las hierbas, el aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal sobre los tomates.
Ensalada de patata y pulpo
¿Qué el cuerpo te pide más madera? Haz ensaladas de patatas: patatas con hinojo fresco, alcaparrones, aceitunas, huevo, sardinas en conserva y todo ello con un poco de ralladura de naranja y aceite. O pon unas patitas de pulpo ya cocido con unos cherrys, cebolla y unas patatas cocidas que puedes hacer en 10 minutos de microondas. Aquí la receta.
Ingredientes
- Patatas de pulpo ya cocidas
- 1 bolsa de mini patatas precocidas
- 1 cebolla morada
- Unos cherrys
- 2 huevos
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Vinagre de Jerez
- Aceitunas negras (opcional)
- Perejil, cilantro, albahaca, salvia, etc.
Elaboración
Si quieres la ensalada caliente, mete el pulpo en una olla hirviendo sin sacar de la bolsa y calienta durante 10 minutos. Si la quieres fría, simplemente abre la bolsa y corta el pulpo en trocitos. Mientras tanto, cuece las patatas en el micro el tiempo que indique el fabricante. Puedes pelarlas una vez frías o dejarles la piel.
Cuece los huevos durante 10 minutos en agua con sal, enfría rápidamente bajo agua fría o helada y espera un poco. Una vez fríos, pélalos y córtalos a tu gusto. Introduce el pulpo y las patatas en un bol y añade los huevos cocidos, la cebolla morada cortada en juliana, los cherrys, la sal y una vinagreta de hierbas, AOVE y vinagre de Jerez.
Ensalada de lentejas, aguacate, mango y salmón
Si se quieren legumbres, se puede optar por una ensalada extremeña de garbanzos con su picadillo y una pizca de comino, muy rápida, fácil y sana. O esta de lentejas que es algo más sofisticada y delicada porque tiene bolitas de mango, tiras de salmón ahumado y aguacate. ¿Quién ha dicho que el tupper no pueda ser gourmet?
Ingredientes
- Un cuarto de lentejas pardinas o beluga
- 150 gramos de salmón ahumado
- Medio pepino
- 1 aguacate
- Medio mango
- Hojas de albahaca
- Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
- Sal
- Zumo de limón
Elaboración
Cuece las lentejas en agua abundante y sal a fuego bajito hasta que estén tiernas. Recuerda que las lentejas no necesitan remojo y suelen necesitar entre 40 y 45 minutos como máximo para que estén listas. Puedes añadir alguna hierba aromática al agua de cocción como el laurel o el tomillo. Escurre y reserva.
Corta el resto de los ingredientes y ve montando el plato a tu gusto. Sazónalo con un buen aceite, sal y limón que impedirá que el aguacate se ennegrezca. Añade un poco de albahaca fresca al final, pero también le queda bien el cebollino, el perifollo, el orégano, la salvia, etc. Usa lo que más te guste y tengas a mano. Disfrútala bien fresca.
Otras sugerencias
Otras propuestas para enriquecer tu tupper: esqueixada catalana (bacalao desalado en tiras junto con el clásico picadillo), pero siempre pensando en llevar una neverita o en que puedas refrescarla inmediatamente. El zorongollo extremeño (vamos a recuperar recetas tradicionales), que es una ensalada de pimientos rojos y asados con cebolla que vale la pena tener hecha en la nevera de casa porque junto con un poco de bonito o anchoas, un huevo cocido y, sobre todo, un buen pan os sale un bocadillo o una ensalada que aguanta bien varias horas.
Lo mismo ocurre con la pipirrana de Jaén: picadillo de hortalizas básicas, huevo y bonito en conserva. Para no pasarnos con las calorías, esta ensalada y una fruta te sacan del apuro. ¿Qué sueles tener hambre al mediodía pero no quieres inflarte? Pues prepara una ensalada de judías verdes que cocerás a la inglesa (cocción en agua hirviendo, sal abundante y enfriamiento rápido en agua con hielo), con una loncha gruesa de fiambre de pavo que cortarás en daditos y lo saltearás en un sartén con una gota de aceite junto a los cherrys y unas almendras laminadas, huevo cocido y, si puedes, una mahonesa con más mostaza que mahonesa. Fácil, fresco y sabroso.