Repica la Wamba de la catedral de Oviedo, la campana más antigua del mundo. A sus pies, la escultura de la Regenta de Clarín es testigo mudo de los fugaces besos que se lanzan los enamorados. El olor a almendras y chocolate inundan una ciudad que, durante estos días, luce su lado más romántico.
A través de las pastelerías, confiterías y obradores que jalonan la capital, nuestros enamorados encontrarán auténticas joyas gourmands que deben ser degustadas. Elegantes locales con solera que son emblema vivo de la idiosincrasia ovetense, donde los dulces y bollos más típicos dejan espacio para creaciones exclusivas que solo encontramos en la capital de Asturias.
Los dulces "rusos"
Nuestra primera parada nos lleva a la confitería Rialto. Como emblema entre la sociedad ovetense, esta dulcería abrió sus puertas en 1926 en el mismo enclave donde hoy la encontramos. Sus escaparates se llenan de especialidades que abarcan desde la pastelería más tradicional hasta un producto que ha traspasado fronteras: las moscovitas.
Esta oblea de chocolate, almendra y nata cuenta con nombre propio en la ciudad y es que, no hace demasiado tiempo, fueron las mujeres de la alta sociedad carbayona (como se conoce a los habitantes de la capital) las que pedían ese fino dulce para sus ágapes y fiestas del té. La popularidad ha hecho que hoy en día la confitería Rialto haya abierto un despacho en Madrid (Núñez de Balboa, 96).
Las moscovitas que se siguen creando en el obrador de Rialto cuentan con una receta secreta que muchos han intentado imitar a lo largo de los años pero que solo el maestro pastelero conoce. Hoy en día, los nuevos gustos y tendencias han hecho que las moscovitas presenten una imagen renovada y nuevos matices, como las moscovitas bañadas en chocolate blanco o, para los amantes del buen chocolate negro, las dark moscovitas. Una delicia.
El crujiente bocado hace referencia a la capital rusa pero su origen es incierto. Cuentan los locales, casi a modo de leyenda, que fue un niño procedente de la Unión Soviética quien trajo la receta dentro de una matrioska aunque, según sospechan en Rialto, es probable que la receta haya sido una creación que ha pasado de generación en generación cuyo comienzo parece difuso.
Confitería Rialto San Francisco, 12 Oviedo / 985 212 164
Las tartaletas con nombre de reina
En una ciudad tan aristocrática como Oviedo, cuna del Reino de Asturias y con un patrimonio inigualable, tal y como podemos ver en el prerrománico astur que circunvala la ciudad, es fácil encontrar referencias monárquicas entre los dulces típicos. En la confitería Asturias lo tienen claro. Sus tartaletas debían llevar el nombre de la actual reina de España.
Las letizias son una deliciosa tartaleta de almendra con yema tostada y con el detalle de una pequeña corona de chocolate. El padrino de dicha creación fue el pastelero Ataulfo Valdés quien decidió concebir dicho producto el mismo día que, el entonces príncipe Felipe anunciaba su compromiso matrimonial con la reportera ovetense Leticia Ortiz.
Confitería Asturias Covadonga, 24 Oviedo / 985 214 379
Los carbayones, una vuelta al origen de la ciudad
Se dice que los ovetenses son conocidos como carbayones. La referencia data del hecho de que en la céntrica calle Uría se encontraba un enorme roble (carbayo) que pronto se convirtió en símbolo de la ciudad.
Hoy en día, en el lugar que ocupaba este árbol, nos encontramos una placa conmemorativa, pero en la cercana confitería Camilo de Blas decidieron recoger el guante y crear una delicia que permitiese conocer la ciudad en toda España.
Un local que bien merece una visita por sí mismo. Escenario de películas como Vicky, Cristina, Barcelona del estadounidense Woody Allen, la pastelería de Camilo de Blas mantiene la esencia de las tiendas de ultramarinos de antaño.
Así nacen estas creaciones cuyo origen se remonta a 1924 con motivo de la celebración de la primera edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias. Un hito con el que convencer al público de las posibilidades creativas de la ciudad de Oviedo.
Una base de fino hojaldre con un relleno de almendra y azúcar que resulta una delicia para los paladares más exigentes y que nos remonta a ese Oviedo clásico y señorial que, hoy en día, podemos apreciar en cada bocado.
Unas creaciones que parecen invitarnos a disfrutar de una amena charla con nuestra querida Ana Ozores, la Regenta, al calor de unos establecimientos de principios del siglo XX que son patrimonio de la ciudad.
Confitería Camilo de Blas Calle Jovellanos, 7 Oviedo / 985 211 851
