Sí, ahora vamos a llamar verdello al vino blanco de Rueda (al final vuelvo a esto, palabrita). El pasado 29 de agosto, mientras la mayoría de españoles volvían la vista atrás pensando en las vacaciones que se acaban, la Junta de Castilla y León autorizaba una nueva uva para el pliego de la Denominación de Origen Rueda.
No nos hubiésemos enterado hasta ver una botella de Rueda, con la susodicha uva en su etiqueta: godello. Sí, la godello ha sido la uva —junto a otras variedades— que los vallisoletanos han llevado para su denominación como una más. Y digo llevar, porque puedo aseverar que la producción de uva godello en Rueda es anecdótica, sino inexistente.
La godello es típica de la D.O. Valdeorras (con alguna presencia destacada en otras zonas de Galicia) y también de la D.O. Bierzo. Esta última es la que, junto a la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA) de León, ha puesto el grito en el cielo. Normal.
La producción de uva godello en Rueda es anecdótica, sino inexistente.
La D.O. Bierzo ha visto como en los últimos años existe una creciente demanda de sus vinos blancos de este varietal. Y esto, además de derivar en una mayor presencia en las cartas de los restaurantes y de propiciar un impulso en sus ventas, ha servido de reclamo para que bodegas de renombre se hayan mudado a la zona.
También ha creado un giro en el consumo del español que ya no pide solo una copa de verdejito, ahora se apunta al carro del godello.
Si vas a un local de vinos a copas, los cuñados —chalecos andantes con pulseritas tricolor— y las Pititas, vamos, el caspo winelover en general, ahora demuestra su gusto diciendo: "¿Tienes una copita de godello —léase godelo, según quien lo pida, por afrancesarlo— fresquito?". Desbancan así, y por primera vez en mucho tiempo, a la copita de verdejito.
Si vas a un local de vinos a copas, los 'cuñados' y las 'Pititas', el 'caspo winelover' en general, ahora demuestra su gusto diciendo: "¿Tienes una copita de godello fresquito?".
Esto, evidentemente, no ha pasado desapercibido por los Froilanes que dirigen la D.O. Rueda que ahora se vuelve a pegar otro tiro en el pie. Porque ellos son los causantes de uno de los desastres más sonados de los últimos tiempos. Pongámonos en el contexto histórico reciente.
En la década de los noventa, Rueda y sus vinos suscitaron interés no solo en casa, sino de puertas para afuera. ¡El mundo nos miraba! Tanto es así que algunos bodegueros europeos se instalaron en la zona, para producir vinos de calidad en una zona remota de España. En el 2000 no solo los ordenadores no petaron, sino que pocos adivinaron el boom del verdejo de Rueda.
Se hablaba de este vino blanco y de su varietal de la misma forma que de un chardonnay de Borgoña. Esto es así, y es algo indiscutible. La fama de sus vinos fue acompañada de demanda. ¿Qué hizo entonces la Denominación? Pues apostar por más litros. Typical spanish.
¿Para qué vamos a instaurar un cupo, apostar por la calidad y dejar que el mismo mercado encarezca el producto dejando así que las bodegas ganen más? Nada, como se gana más es haciendo litros y vendiendo a cascoporro a precios de saldo. Quien no entienda esto, que mire ahora lo que pasa en La Rioja.
Dicho esto, la D.O. Rueda apuntó bien a su pie y apretó el gatillo sin miramientos. Hoy día, de la calidad (que la hay, pero en porcentaje bajo) se pasó a la producción, dejando aquellos maravillosos 2000 como algo del pasado, relegando el verdejo al copeo o bebercio estival.
La D.O.Rueda pierde, no solo el oremus enológico, sino la vergüenza, el rigor histórico y la poca ética que les podía quedar para con el vecino.
Ahora, esta histórica denominación, con larga tradición vinícola ya que llenaba las copas de los Reyes Católicos con vinos dorados —de uva verdeja, como lo llamaban antiguamente—, mira con envidia y gracias a algún artificio que la Junta ha autorizado, va a hacer godello. Perdiendo así, no solo el oremus enológico, sino la vergüenza, el rigor histórico y la poca ética que les podía quedar para con el vecino.
Seguramente alguien vendrá a darme lecciones. Antes que nada, me importa poco tu opinión si vienes a defenderlo. La pregunta es: ¿cuántas hectáreas reales de godello hay inscritas en la D.O.? La cifra es irrisoria, por lo que estamos hablando de un plan que dará sus frutos en unos cinco años vista.
Y entonces, el año que viene, al ver en el mercado vinos de Rueda con godello, la pregunta será otra: ¿de dónde procede tanta uva? Y así, hijos míos, es como vemos lo peorcito de este país.
Espero que la demanda de ASAJA y de la D.O. Bierzo fructifique, que obliguen a la Junta de Castilla y León a dar marcha atrás. Que la D.O. Rueda se fije más en lo que atesoraban en el pasado, en algunas bodegas que lo hacen realmente bien en la actualidad. Abogar por el vino de calidad, bien hecho, con carácter y que vuelvan aquellos 2000. Años de gloria y algarabía. Pero esto claro está, son las esperanzadoras tonterías que uno tiene en mente.
P.D: La curiosidad hace que en el pasado a la uva godello se la conociera como verdello, ya que muestra similitudes con la verdejo. ¿Qué oportuno, pues, esto de ahora no?