Ha tenido que llegar World Central Kitchen, una ONG de ámbito mundial cuya labor es ayudar a alimentar ante catástrofes de guerra, tsunamis, inundaciones, pandemia y terremotos, para preparar unas albóndigas a los profesionales de la extinción de incendios de Castilla y León. Y ha sucedido como respuesta a su denuncia en redes sociales del vergonzoso avituallamiento que recibían. Tómese un momento para superar la vergüenza ajena.
¿Qué entienden el órgano del gobierno de Castilla y León y la empresa contratada por "avituallamiento"? Porque si nos ceñimos a las fotografías y testimonios de los bomberos forestales y del personal que colabora con ellos, avituallar significa dar un bocadillo raquítico, carente de respeto. Una bofetada a la dignidad. Por no hablar de los pocos litros de agua para beber disponibles. Algunos de estos testimonios, además, prefieren permanecer en el anonimato tras la llamada al orden por parte de superiores y el temor a las represalias.
¿Qué entienden las autoridades por "avituallamiento"?
Las autoridades han olvidado que el avituallamiento de estos profesionales debe reponer el desgaste sufrido durante el desempeño de sus trabajos en unas condiciones que llevan al cuerpo y a la mente al límite. Que debe ser entendido como parte fundamental de la dotación de medios que se les facilita. Sin embargo, demuestran que para ellos es un gasto que no merece ni mucha atención ni mucho presupuesto. A no ser que sí haya presupuesto, pero no se destine en su totalidad a ese fin, se pierda por el camino, y acabe donde no debería. No será eso, ¿verdad?
Avituallar es invertir en salud, porque las principales herramientas de estos equipos son el cuerpo y la mente, por ello requieren de una buena nutrición. Y alguien que está cara a cara con el fuego, cargado con equipos que son lastres, rodeado de humo, en medio de un caos que puede convertirse en carbón y a unas temperaturas que ponen en riesgo la supervivencia y la cordura, necesita ser cuidado. Y alimentar es cuidar.
Las principales herramientas de estos equipos son el cuerpo y la mente, por ello requieren de una buena nutrición
No estamos diciendo que hagan paradas a mitad del turno de extinción para untar unas rebanadas con tomate, hacer una salsa holandesa y sacar láminas de un salmón ahumado. No, es más sencillo. O como ha dicho José Andrés: "no cuesta tanto hacer las cosas bien". Porque de la misma manera que se les entregan estos "bocadillos", se les puede entregar legumbres, pasta, queso, ensaladas... Alimentos que hidraten y que fortalezcan.
¿Se va de presupuesto? Pues en este contexto de emergencia climática, con olas de calor como nunca las hemos conocido, con unos bosques que no han sido gestionados y preparados, que son infiernos en potencia por la cantidad de combustible que atesoran, sería interesante poner en marcha proyectos de colaboración que refuercen la alimentación a los agentes implicados, como parte de la mejora en la dotación de medios en la lucha contra las consecuencias del cambio climático y la desertificación. Bastante dureza se encuentran fuera. Cuidémosles desde dentro.
