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La Pastisseria (Barcelona) se renueva por completo: "Cambiamos de imagen, pero no de receta"

Visitamos la pastelería de Josep Maria Rodríguez y Ana Jarquín en Barcelona: un espacio que convierte sus individuales, pasteles y croissants en pequeñas joyas

autor laia

Coordinadora de Hule y Mantel

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Ana Jarquín y Josep Maria Rodríguez en La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY
Ana Jarquín y Josep Maria Rodríguez en La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY

En el primer minuto de conversación, los pasteleros Josep Maria Rodríguez y Ana Jarquín ya nos dan el titular: "Cambiamos de imagen, pero no de receta". Una frase muy pensada y que acompaña todo el proceso de rebranding al que se ha sometido este verano La Pastisseria, el proyecto en el que llevan trabajando desde hace 12 años y que ahora luce especialmente hermoso en la calle Aragó.

"Este oficio nos apasiona y pensábamos que era el momento de dar un paso adelante, de modernizar la marca y de poder ofrecer un nivel de experiencia aún más elevado", nos cuenta Josep María, quien ostenta el título de Campeón del Mundo de Pastelería 2011

Un cambio de imagen

Interior de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY
Interior de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY

El cambio llama la atención y no son pocos los paseantes, locales y turistas, que se paran en la entrada de esta pastelería, ahora más luminosa, más llamativa, y con una vitrina hacia la calle para que el producto, sus magníficas piezas artesanas de pastelería y bollería, se vean más, sean más protagonistas e inviten a entrar.

"Los colores y las texturas de nuestros productos ya hablan por sí solos, pero ahora queremos dar un salto de calidad en la imagen general", apunta Ana. A lo que Josep Maria añade: "Nos renovamos, pero siempre manteniendo nuestra esencia: intentar dar la excelencia, con un buen producto y un buen servicio". 

Tras meses buscando la inspiración, y apoyados por Eneutra, una empresa de Manresa especializada en diseño y branding, han dado en el clavo. Han cambiado su logo, su packaging, están en proceso de transformar su web, y sus redes sociales ya respiran otro lenguaje.

Pero es la tienda la que, sin duda, se presenta como abanderada de esta transformación, con una clara apuesta por la pulcritud del color blanco y muy en la línea de estas pastelerías que parecen joyerías minimalistas, en las que el producto casi adquiere el valor de pequeño tesoro, expuesto sin necesidad de mayores artificios.

Individuales, pasteles y croissants

Los individuales de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY
Los individuales de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY

Del producto, nada cambia. "Somos fieles a nuestra línea, a lo que nos funciona", apunta Ana. Sus individuales son una institución en la alta pastelería barcelonesa y mantienen algunos que son verdaderos clásicos: la rosa de Sant Jordi, la cereza, el pastel de queso, el milhojas, el mojito... que llevan con ellos desde el inicio.

También tiene historia —muy bonita, por cierto— el 'xoco nou' que es fruto de un antojo de Ana en su primer embarazo y ya tiene 7 años, como la primera hija de esta pareja. Un equipo en lo personal y en lo profesional, que transmite absoluta complicidad y un buen hacer que se traslada en sus creaciones. "Compartimos la misma pasión y nos entendemos, que es muy importante", dice el pastelero.

Además de estos clásicos, desarrollan colecciones nuevas de individuales cada temporada y también para fechas especiales como Pascua o Halloween. "Es cierto que el boom del individual fue muy potente al inicio, un formato que gustó mucho y que ahora se ha estabilizado, la gente quizás ahora tira más hacia el pastel", reconoce.

Los croissants artesanos de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY
Los croissants artesanos de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY

También los tienen, claro, igual que sus cookies XXL, sus cestas de naranja y frambuesa —veganas, por cierto— y su amplia oferta de croissants artesanos: de mango y frambuesa, de capuchino —es todo un clásico—, de fresas con nata, de crema catalana —su mayor best seller—, de té matcha... y, como no, de pistacho.

Se suman así a la última tendencia pastelera porque, según Josep Maria, "hay que escuchar, estar atento y adaptar las tendencias a tu línea; mientras des la misma calidad y el mismo nivel, bienvenido sea". Una línea y una manera de entender la pastelería que define así: "Intentamos ofrecer sabores limpios, trabajar con texturas ligeras y respetar y potenciar al máximo la buena materia prima". 

El servicio al cliente

Interior de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY
Interior de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY

La nueva tienda mantiene servicio de degustación, para desayunos, meriendas o simplemente para regalarse el capricho de un buen postre, acompañado de café o una copa de cava. Han incorporado nuevas bebidas, de mango con fruta de la pasión, de frambuesa con limón o un latte de pistacho, entre otras.

"Siempre son bebidas que no interfieren en el sabor del postre", apunta Ana, que, sin bien acompaña a Josep Maria en el I+D que desarrolla en el obrador, es la cara más visible en la tienda y quien cuida el trato directo con el cliente. "Escucharlo es nuestra manera de mejorar", afirma.

Tras la vorágine de estos meses, empiezan a desarrollar ahora las creaciones de Halloween y Navidad: turrones, troncos, individuales, pasteles, roscones... Les viene trabajo, pero, por si eso fuera poco, han lanzado otra nueva propuesta: la Delicious Experience.

Los individuales de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY

Los individuales de La Pastisseria (Barcelona) / ÒSCAR GIL COY

"Para clientes que nos quieren conocer más, una experiencia íntima para ver el obrador, el local, explicar nuestra historia... Y terminar con la degustación de cuatro individuales clásicos y uno nuevo que tendrán el privilegio de degustar en petit comité". La primera fecha se agotó rápidamente y ya han abierto una nueva, para el domingo 6 de octubre.

Con este cambio de imagen, la pregunta es obligada: ¿hay previsión de abrir nuevas pastelerías? "La medida que tenemos es la justa y si queremos dar la excelencia crecer no está en el plan. La Pastisseria es un proyecto muy personal, nuestro producto es muy artesano y, por eso, solo hacemos pequeñas producciones". Lo dicho: cambiar la imagen, pero no la esencia.

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