La novena semana de MasterChef ha tocado a su fin, y nos ha traído la visita de nuestro negacionista más internacional: Miguel Bosé. Aparte de eso hemos tenido expulsiones importantes, cocinados reguleros, como viene siendo habitual, y un salseo de Luca que aumenta los rumores de favoritismo. El talent culinario de TVE ha terminado con dos expulsados más, Camino y Francesc, y ya solo quedan 10 aspirantes. Vamos al turrón.
Programa 17: verduras y Miguel Bosé
La primera prueba de la semana empezaba entre llamas, ya que los concursantes tenían que aplicar cortes a diferentes verduras rodeados de fuego. Y diréis, ¿por qué? Porque a los guionistas les dio por ahí. No tenía ningún sentido lo del fuego. Pero esto es MasterChef, y se hacen cosas sin sentido, como por ejemplo llevar a Miguel Bosé, que fue el invitado de la noche. Otro de esos personajes que se han quejado miles de veces de que se les silencia y de que en la actualidad no existe libertad, pero luego les invitan a programas en prime time.
Nuestro negacionista favorito se puso a hablar, con esa voz que se le ha quedado que es una mezcla entre Manolo Lama y Llongueras, de cocina italiana como si fuese Andrea Tumbarello, porque de alguna forma había que justificar su presencia. El momento cumbre de nuestro amante bandido fue cuando le dijo a Luca, nuestro tiktoker favorito, que tenía unos ojos muy bonitos. Casi me sienta mal la cena después de este bochornoso momento.
La prueba de cocinado consistía en cocinar un plato donde las verduras fuesen protagonistas. Alex, una vez más, demostró que está veinte pasos por delante del resto haciendo unos canelones de calabacín que tenían una pinta maravillosa, y Luca, una vez más, demostró que es el protegido del jurado. La mayoría de los platos fueron regulinchi y Pilu, Claudia, Jorge Juan, Camino, Eneko, Jotha y Ana se fueron a la prueba de expulsión.
Frituras y sabrosura
La prueba de eliminación estaba centrada en las frituras, y empezó fuerte con Claudia diciendo “en mi casa nunca he hecho frituras. Nunca he freído a mi hijo”. Claudia, me alegro mucho de que no metas a tu hijo en la freidora, que puede ser peligroso.
La prueba consistía en freir nueve elaboraciones de las que había en la caja misteriosa: costillas, verduras, gambas, empanadillas, merluza, queso, lomo de cerdo, boquerones, puntillas, setas, calamares y rollitos vietnamitas. Todos había que freirlos en aceite de oliva, como debe de ser. La invitada a la prueba fue María Lo, ganadora del anterior MasterChef, y una de esas concursantes por las que merece ver este programa.
Los concursantes tenían que presentar las frituras de tres en tres, en franjas de 15 minutos. El nivel en general fue bueno, con Pilu y Eneko superando al resto. Las peores fueron Ana y Camino, a las que se les dio una última oportunidad enfrentándose a un duelo final: hacer un plato en el que estuvieran presentes dos frituras.
El salseo de la noche fue la bronca entre Jorge Juan y Jordi Crush, ya que el manchego se cansó del vacile del chef catalán respecto a lo que le gusta la fiesta y el cachondeo. Llamó mentiroso a Jordi, y esto no le hizo ninguna al chef, que le dijo que se había acabado el cachondeo entre los dos.
Hoy despedimos a @caminomchef11 de las cocinas de #MasterChef. Gracias por formar parte de esta gran familia y regalarnos momentos inolvidables. ¡Te queremos! https://t.co/5KB3O2GWnE pic.twitter.com/I87Nok4fGr
— MasterChef (@MasterChef_es) May 22, 2023
Volviendo al duelo final, que fue un auténtico drama debido a la gran amistad entre las dos duelistas, se saldó con la expulsión de Camino, que hizo un pescado insulso y sin gracia, aunque por poco, ya que Ana también hizo un cachopo bastante normalito. Con la marcha de Camino se va otra de las favoritas, y siguen estando en el programa concursantes mediocres como Luca y Francesc, lo cual no tiene ni pies ni cabeza, pero esto es MasterChef, y en este programa pocas cosas tienen sentido.
Programa 18: comida de residencia
Todo el mundo sabe que las residencias y los hospitales son lugares donde normalmente se come mal, y como muestra un botón: esta semana los concursantes del programa cocinaron en una residencia de ancianos en la prueba por equipos.
La invitada a la prueba fue la cocinera Pepa Muñoz, del conocido restaurante madrileño El Qüenco de Pepa. Los concursantes tuvieron que cocinar platos como buñuelos de bacalao, migas cortijeras, merluza envuelta en acelga y un arroz con leche. Tradicionalismo a todo lo que da.
La prueba, como viene siendo habitual, fue aburridísima y la única gracia que tuvo fue que a los concursantes les cambiaron de cocinas, y de platos, a mitad de cocinado, para así aumentar el mal rollo y el salseo entre concursantes. Un clásico de las cocinas de Masterchef. Aparte de eso, el programa metió un toque entrañable con la visita de las abuelas de Alex y Luca.
Pese a que ambos equipos lo hicieron bastante bien, finalmente se alzó con la victoria, como viene siendo habitual desde el inicio del programa, el equipo de Luca, que ha sido la comidilla de la semana en redes sociales debido al rumor de que su padre es Alberto Dazi, director general de la empresa distribuidora de alimentos Ofisfrade, que casualmente distribuye a El Corte Inglés, uno de los mayores patrocinadores del programa. La polémica siempre rodeando al concurso.
Volviendo al programa, los nominados fueron Jotha, Ana, Francesc, Alex, Jorge Juan y Marta.
Intolerancia a la expulsión
La prueba de eliminación contó con Miki Nadal y Juanma Castaño, que además de ser exconcursantes de MasterChef Celebrity, tienen el honor de haber hecho probablemente el peor programa culinario de la historia de la televisión: Cinco tenedores. Se trataba de elaborar platos aptos para diferentes intolerancias: raviolis, lasagna, tarta de Santiago y flan.
Los cocinados, incluso el de Alex, fueron bastante malos, pero la palma se la llevó Jotha, que se había convertido en el estratega del concurso, eligió la tarta de Santiago, y le salió el tiro por la culata: la calificaron como "relleno de sofá", incluso Jordi Crush tiró un trozo al suelo para demostrar que rebotaba.
Todo parecía indicar que el DJ abandonaría el programa, pero Francesc presentó un flan insípido y sin guarnición, y se marchó para casa, que ya era hora. A partir de ahora será apodado como "Flancesc". La semana que viene más.