Las cocinas de MasterChef Celebrity cerraron hace unas horas, y de nuevo os traemos los puntos más importantes de la gala de anoche, para que en el descanso del café podáis hablar con los compañeros del curro de algo más aparte del precio de la luz y lo loco que está el tiempo. Spoiler de antemano por si no lo viste: el expulsado ha sido Eduardo Rosa, actor con más éxito en Netflix que tras los fogones.
Nico Abad on fire
Vamos tan solo por el segundo programa y el nivel de intensidad de Nico Abad ya está rozando el límite. El presentador deportivo de Cuatro, que tiene tantos detractores como defensores, demostró en la prueba inicial a la medallista y veterana ganadora Ona Carbonell una pasión y fervor que rozó la vergüencita. El culmen llegó cuando hizo pisar el suelo a la catalana y el presentador lo besó. Como muestra de admiración hay que reconocer que es original lo de llevar el dicho al hecho, pero seamos honestos, queda regulinchi.
Jordi Cruz sigue siendo Jordi Crush
Otro de los running gags habituales de MasterChef es la pasión que despierta Jordi Cruz en los concursantes. Es obvio el cambio que ha pegado el cocinero en todos estos años, pasando de ser un tímido chef a un auténtico latin lover con unos brazos cincelados para Men's Health, pero lo están exprimiendo tanto que resulta algo cansino. Incluso diría que al propio Jordi no le hace mucha gracia, pero el show es el show. ¿Cuánto tiempo mas estirarán el chicle?
Rakel Cernicharo, una bomba televisiva
La chef invitada en la prueba por equipos fue Rakel Cernicharo, del restaurante Karak (Valencia), y demostró una vez más que es un auténtico animal televisivo. La que fuera ganadora de Top Chef tuvo uno de los retos más complicados a los que se ha enfrentado un chef invitado: ser capitana de la prueba por equipos. Rakel ya demostró su caracter en televisión y los guionistas de MasterChef lo sabían, por eso le pusieron esta prueba que muchos chefs no hubieran aguantado, con la intención de que crease contenido echando alguna bronca o generando tensión. Y nada más lejos de la realidad: Rakel estuvo paciente, colaborativa y divertida. Solo por aguantar a Xavier Deltel llamarla durante toda la prueba, Rakel merece otro sol Repsol. Dicho sea de paso, fue de las pruebas por equipos más entretenida que recuerdo, aunque siguen siendo la mayor losa del programa.
Solo por aguantar a Xavier Deltel llamarla durante toda la prueba, Rakel merece otro sol Repsol.
Eduardo Rosa, merecido expulsado
Se veía venir desde el programa anterior: Eduardo Rosa se ha ido a casa merecidamente y no solo por los platos perpetrados. Os voy a ser sincero, al bueno de Eduardo lo tenía enfilado desde el minuto uno, cuando hizo —espero que fuese por guión— uno de los chistes gastronómicos más ridículos que recuerdo. En la introducción del primer programa se hicieron unos sketches reguleros en los que exconcursantes como Miki Nadal, Juanma Castaño o Raquel Sánchez-Silva explicaban a los nuevos concursantes cómo ganar MasterChef. Hasta aquí todo aceptable, pero el bochorno llegó cuando Miki preguntó a Eduardo “¿qué es un sofrito?”, y este contestó “¿una canción de Extremoduro?”. Poco me parece lo de que haya sido expulsado. Exijo que la fiscalía actúe ante el pretendido chascarrillo.
Hideki Matsuhisa, maestro del humor
El chef invitado a la prueba de eliminación fue Hideki Matsuhisa, chef de Koy Shunka, uno de los chefs más divertidos de este país. Y si no os lo creéis pasad por su Instagram, donde veréis pasar a grandes chefs, y cómo Hideki se divierte con ellos. Si tengo que destacar uno, sin duda es este que os dejo aquí debajo, en pleno Madrid Fusión, y con Martín Berasategui y los chefs de “disfrutar” de cómplices del japonés.
Y esto es todo. La semana que viene más y mejor. O no.