Diez semanas viendo MasterChef. Eso sí es un reto y no los programas de 21 días que hacía Samantha Villar. Esta semana el 'talent' culinario de TVE ha pasado sin pena ni gloria, excepto por los zascas continuos de Jotha al programa en general y a Luca en particular, y por la visita de Terelu Campos, musa de Sálvame y de nuestros corazones. Tenemos nuevas expulsadas, en este caso, Claudia y Marta, y ya solo nos quedan tres semanas para que acabe el suplicio.
Programa 19: Especias doradas
La primera prueba de la semana se basaba en las especias, y aunque entre los sobrecitos que tenían los miembros del jurado no había ninguno con marihuana, los concursantes parecían estar muy relajados y de buen rollo, algo raro en esta edición. Hasta Ana le echó un piropo a Claudia. Increíble.
El cocinado consistía en usar diferentes especias salsas y especias: mantequilla clarificada, chimichurri, mojo, tkemali, ponzu, nouc cham, ras el hanout, curry, sriracha, salsa de pescado… y varias especias más que tuvieron que adivinar los concursantes.
Los jueces sacaron a pasear el delantal dorado, que al ganador le daría inmunidad toda la semana. El punto negativo fue que no hubo ningún invitado a la prueba, lo cual quita cierta gracia a todo, ya que no puedo rajar de nadie. Una pena.
En la cata los invitados fueron los exconcursantes de esta edición: Fray Marcos, Merce, Francesc… y toda la banda. Bueno, fueron solo ocho, que este año tiene más exconcursantes que Saber y ganar.
Los mejores platos fueron los de Pilu y Eneko, aunque el nivel fue bastante bajo, y los jueces les echaron una buena bronca, ya que la final está cerca. El delantal dorado se lo llevó Pilu, y los delantales negros fueron Jotha, Claudia, Ana y Lluis. Jotha volvió a ser el más sincero, destapando el claro favoritismo que tiene Luca, que volvió a salvarse incomprensiblemente un día más. Como en unas semanas veamos a Luca en la final este concurso se convertirá, todavía más, en una parodia de lo que fue.
Frituras y sabrosura
La prueba de eliminación recibió de la visita de Terelu Campos, la exconcursante del Celebrity y musa de Sálvame, programa que cerrará las puertas en un mes a cambio de una señora que plagia libros y es amiga de Villarejo.
El cocinado de eliminación era un clásico del programa. El mejor de la prueba anterior, Pilu, elige a un concursante, Lluis, para que elija un plato sorpresa para cocinar, y este a su vez elija a un contrincante para ver quien lo cocina mejor. El mejor se salva y el otro escoge otro plato sorpresa y otro concursante para batirse en duelo. Así hasta que solo quede uno y se vaya a su casa.
Les visitó Yong Wu, cocinero japonés que regenta el restaurante Ikigai, y tuvieron que cocinar diferentes tipos de gyozas: al vapor con gamba y papada ibérica, a la plancha con sobrasada y setas shiitake; y la última hervida en sopa de jamón. Me hubiera gustado ver a Luca haciendo la masa de las gyozas.
En el primer duelo Lluis venció a Claudia, y la italiana eligió a Jotha para el segundo duelo. Jotha venció en el duelo a Claudia, por lo que la italiana se enfrentó en la última prueba a Ana. Antes de pasar al duelo final, fue maravilloso escuchar a Jotha dar un speech sobre las falsas amistades de los realities, donde todo se vuelve un micromundo y te crees que gente que conoces de hace dos meses son tus mejores amigos, cuando tus verdaderos amigos son los que están fuera del concurso. Chapó por él.
Volviendo al duelo final, Ana fue un poco mejor que la italiana, que tras hacer tres gyozas desastrosas se volvió a su casa. Claudia era actriz las 24 horas del día, y aportó poco al concurso excepto dos salseos sin gracia. Tanta paz lleve como descanso deja.
Programa 20: a Sitges se va a Disfrutar
Bueno, más bien sería al revés, pero el titular me venía bien. El segundo programa, aparte de los primeros 20 minutos en los que solo se habla de salseo y tonterías, se trasladó a Sitges, donde estaban esperando Oriol Castro y Mateu Casañas, dos de los tres cocineros de Disfrutar, restaurante barcelonés digno sucesor de El Bulli.
Los concursantes no lo tenían fácil, ya que la cocina de vanguardia de Oriol y Mateu es famosa por sus numerosas elaboraciones. Los equipos tuvieron que cocinar la famosa "gilda de Disfrutar", guisantes multiesfericos, pichón pibil y pepino hoisin. Casi nada.
El momento bochornoso de la prueba fue cuando Samantha habló de que Sitges era una maravilla y un destino gay, e hizo desfilar a Jordi y Pepe con unos tacones de drag queen. Samantha es muy gay friendly excepto si le toca en su familia, porque "los chicos bailan con chicas".
Una vez más la prueba fue un auténtico aburrimiento y se saldó con la nominación, como viene siendo habitual, del equipo en el que no estaba Luca, el cual, oh sorpresa, se mareó durante el cocinado y se rascó la huevada a dos manos. Los delantales negros para la siguiente prueba fueron Jorge Juan, Jotha, Ana y Marta. Como sorpresa de la prueba por equipos descubrimos que los concursantes llaman "Montgomery" a Luca, por su parecido con el Sr. Burns de Los Simpson. Mis dieses.
Cacao maravillao
La prueba de eliminación empezaba con la llegada de David Pallás, el maestro chocolatero más asiduo a MasterChef, y que suele poner una pruebas bien jodidas a los concursantes. David trajo al programa un árbol de más de dos metros hecho integramente de chocolate, y la prueba consistía en hacer un árbol pero de menor tamaño. Un reto complicado. Imaginad a Luca haciendo un árbol de chocolate de un metro. Me río por no llorar.
A David se unió otro invitado, Manu Baqueiro, finalista de la última edición de MasterChef Celebrity, y que no aportó mucho a la prueba. El cocinado fue complicado aunque los cuatro concursantes consiguieron levantar los árboles. Los mejores fueron el de Ana y el de Jotha, mientras que Jorge Juan y Marta fueron más flojos. Sobre todo el de Marta, que se fue por segunda vez, y última, a casa. Lo cierto es que era una concursante muy irregular y su salida sorprende poco, aunque evidentemente no merecía salir antes que Luca. La semana que viene más.