Después de 11 semanas por fin se pudieron vivir momentos de alegría y jolgorio en mi televisor. El personaje más insoportable, cargante y, lo más importante, el peor cocinero que ha pasado por las cocinas de MasterChef, el tiktoker Luca, su fue a su casa.
Sumamos otro expulsado, Jorge Juan. Hubo visitas de chefs con estrella Michelin, de antiguos participantes de MasterChef Celebrity, robos de ingredientes... Pero, repetimos, Luca se fue. El resto importa poco, aunque si queréis saber lo que pasó, os dejo un resumen.
Programa 21: ladrones sin condiciones
La semana empezaba fuerte con la clásica prueba de los robos: cada concursante tenía que robar diez ingredientes de las cestas de sus compañeros. La mayoría de las cestas se quedaron temblando, pero el peor parado fue Jotha, que se quedó con la cesta vacía y se fue directo a la prueba de eliminación. La venganza es un plato que se sirve frío, y el DJ se la lió a varios compañeros hace unas semanas. La estrategia "rara" del día la hizo Pilu, a la que le ofrecieron una caja con cebolla, huevos, harina y nueces, y se la cedió a Jorge Juan porque la consideró "un regalo envenenado". Aunque nadie daba un duro, le salió bien la estrategia.
El cocinero invitado fue Jesús Sanchez, del restaurante Cenador de Amós (que nos vamos), restaurante cántabro con tres estrellas Michelin situado en Villaverde de Pontones. Además de Jesús también aparecieron por plató el humorista Florentino Fernández y el vividor Gonzalo Miró. Los invitados quisieron putear un poco a Jesús Sánchez y le hicieron cocinar con solo tres ingredientes: puerro, alcaparras y algas.
Como era de esperar el cocinero cántabro se marcó un platazo, y aunque los concursantes no estuvieron a semejante nivel, Eneko y Pilu hicieron unos platos bastante dignos. En el lado opuesto estuvieron los platos de Jorge Juan, Ana y Alex, que se fueron a eliminación junto a Jotha.
Y una semana más esto no sería MasterChef si no hubieran enchufado a Luca. El ingrediente principal de su plato fue apionabo, que se pudo ver que no estaba en la cesta del tiktoker al inicio del programa porque algún compañero se lo robó. Aquí la prueba. Veremos cómo justifica esto el programa. Esta siendo vergonzoso.
Bacalao sin bacalao
La prueba de eliminación venía cargadita de dificultades. Los delantales negros tenían que replicar un plato de Carlos Maldonado, ganador de MasterChef 3 y cocinero del restaurante Raíces, galardonado con una estrella Michelin. El plato constaba de tres partes: un buñuelo brandada de bacalao, un guiso de callos de bacalao y un bacalao confitado con diferentes guarniciones. La sorpresa fue que los concursantes tuvieron que cocinar sin bacalao, y sustituirlo por otros ingredientes como merluza.
Durante el cocinado los jueces no pararon de tocarle los cojones al pobre Alex, que estaba más tenso que el Rey emérito en una inspección de Hacienda. Jorge Juan y Jotha también lo pasaron mal en el cocinado, con unos buñuelos que parecían magdalenas. Al contrario que los chavales, Ana curró muy bien y se marcó un buen plato. Finalmente el expulsado fue Jorge Juan, que ya había estado demasiadas veces en la cuerda floja, y pese a que ha sido de los más divertidos de la edición, como cocinero flojeaba bastante.
Programa 22: prueba de exteriores peruana
El segundo programa de la semana empezó con la prueba de exteriores, que se trasladó al hotel The Madrid EDITION. El invitado a la prueba fue Eduardo Navarrete, exconcursante de Maestros de la Costura y de MasterChef Celebrity, que nos dió una de las mejores frases que yo he oído en este concurso: "arriba las canas y abajo las ganas".
Los platos que tuvieron que cocinar los concursantes fueron preparados por Diego Muñoz, cocinero de Oroya, restaurante peruano situado en el hotel donde se celebraba la prueba. Las preparaciones fueron ceviche de corvina y pulpo; anticucho de corazón de res; aguja de cerdo escabechada; y lúcuma, chocolate y pistacho.
La prueba se convirtió en el show de Luca: el tiktoker no paró de hacer el imbécil durante la hora de cocinado ante la desesperación de sus compañeros de equipo. Si las miradas matasen ayer Jotha hubiese ido a la cárcel. Tras la lamentable performance de Luca —hasta los jueces se lo dijeron—, su equipo perdió la prueba, y Ana, Alex y Jotha se fueron con el tiktoker a la prueba de expulsión. Por fin Luca rascaba eliminación. La auténtica salud.
Hasta luego, Luca
La prueba de eliminación contó con la visita de unos cuantos cocineros y cocineras: Lucia Freitas, del restaurante A Tafona (Santiago de Compostela), Camila Ferraro, del restaurante sevillano Sobretablas, Javier Sanz y Juan Sahuquillo de OBA (Casas Ibáñez, Albacete) y Javier Rivero y Gorka Rico de AMA (Tolosa, Guipúzcoa).
Los delantales negros tuvieron que reproducir platos de estos cocineros: guiso de oveja latxa de los chicos de AMA, cromatismo negro de Lucía Freitas, escabeche de gallo de los chicos de Cañitas Maite y un flan de cítricos de Camila Ferraro. Después de presentar los platos los cocineros se fueron y llegó Alberto Luchini, crítico gastronómico, que probó los cuatro platos para dar pistas a los concursantes y que no la liaran excesivamente durante el cocinado.
El cocinado fue como era de esperar: Luca demostró que no sabe ni freír un huevo y a los 5 minutos de cocinado ya estaba llorando. Verle limpiando, por decir algo, una sepia en el programa 22 también fue para echarse a llorar. El tongo de Luca pasará a la historia de la infamia de la televisión. Y hay dos cocineros y una señora que promociona vinos y tiene un catering que son responsables de esto.
Pero bueno, lo importante fue que Luca por fin se fue, y ahora solo queda gente que quiere cocinar. Hoy es un día para celebrar, y como diría Rosalia: "esta noche se sale con toas mis motomamis, con toda mis gyales". Hasta la semana que viene.