En teoría nadie sabe nada. Así que cualquiera que ande diciendo que ya tiene todos los detalles de lo que va a pasar el próximo 26 de noviembre en Murcia con las nuevas estrellas Michelin, o va de farol o trabaja para la guía. Y como suponemos que los segundos tienen terminantemente prohibido dar cualquier tipo de pista, solo nos queda la primera opción.
A diferencia de lo que ocurría hasta el año pasado, esta vez tampoco habrá información por adelantado a la prensa. Una estrategia que dificulta notablemente el trabajo de los medios de comunicacion a la hora de llegar a la gala con parte del trabajo hecho y no tener que estar tecleando deprisa y de aquella manera en directo pero con la que, se supone, se evitan filtraciones y se asegura el factor sorpresa. Es la fiesta de los cocineros —y cocineras, esperemos— así que a los periodistas nos toca aguantarnos.
Más allá de la pataleta, el caso es que, si creemos a Michelin, ahora mismo serán muy pocas las personas que realmente sepan con total seguridad quienes ganan o pierden estrellas en la guía 2025 que se anuncia dentro de unos días. Pero lo que si hay son algunos rumores y especulaciones que sirven para animar un poco el ambiente.
El nuevo tres estrellas Michelin
La primera pregunta que todo el mundo se hace es qué restaurante será el nuevo triestrellado de España. Tras lo de Noor y Disfrutar del año pasado, la lista de candidatos para esta edición está algo más complicada. Suena Skina en Marbella, el restaurante de Marcos Granda que muchos ya colocaron en la lista del año pasado y que, de hecho, hasta el último momento sonó para la tercera.
También se han oído cosas sobre Casa Marcial y nosotros sumaríamos a la lista Amelia, de Paulo Airaudo. Todo el mundo sabe que este restaurante en La Concha de San Sebastián acabará consiguiendo la tercera, aunque muchos creen que todavía es muy temprano para el relevo en el estrellato donostiarra. ¿Será este año? Ojalá.
Miramar de Paco Pérez no es que sea otro eterno aspirante, es que hace tiempo que es un tres estrellas de manual. Pese a ello, se dice que tras Hermanos Torres y Disfrutar no puede haber otro tres estrellas en Cataluña este año. Una supuesta lógica que poco tiene que ver con el nivel gastronómico pero que, en cualquier caso, restaría opciones a Pérez y también a Les Cols.
Coque, otro eterno aspirante a la tercera, tampoco debería faltar en las quinielas y, en letras mayúsculas, sumamos el restaurante de Ricard Camarena.
¿Qué pasará? En unos días saldremos de dudas pero en realidad la opción que más suena en los mentideros gastronómicos es que este año no habrá ningún nuevo tres estrellas. No vaya a ser que nos acostumbremos demasiado a cierta generosidad de la guía roja que en sus dos últimas ediciones ha sumado cuatro nuevos triestrellados, dos cada año.
Enigma, a por la segunda estrella
Si bajamos un peldaño para hablar de los nuevos dos estrellas, las apuestas se animan. Que Enigma de Albert Adrià sumará una estrella es algo que casi se da por seguro. Es verdad que con Michelin nunca se sabe, pero que este restaurante tenga solo una estrella es sencillamente absurdo. Ya sabemos que la guía es de Michelin y hace lo que quiere con ella.
También que esa creatividad que suma nuevos platos a su ritmo pone nerviosos a los señores inspectores —al menos eso se suele decir— pero por propuesta, creatividad, técnica, sabor y nivel de sala, Enigma merece mucho más. Es verdad que un desafortunado rumor de última hora en la gala pasada hablaba de un salto de una a tres estrellas para Albert Adrià. Todo quedó en nada con, imaginamos, un considerable disgusto para el chef. Esperemos que este año no ocurra lo mismo.
Más allá de lo de Enigma, no hay por ahora muchas pistas sobre otros futuros dos estrellas. Seguro que los hay y, si hacemos caso al merecido entusiasmo que ha despertado últimamente, Lera es un firme candidato a la segunda. Para nosotros también lo es Aürt que en cinco años se ha convertido en una de las cocinas más interesantes de Barcelona. O La Salita de Begoña Rodrigo aunque algunas pistas nos hacen pensar que el restaurante valenciano no subirá de categoria. Ojalá nos equivoquemos porque lo merece.
Un momento, estamos hablando de Michelin y todavía no ha aparecido el nombre de Martín Berasategui. Vamos a utilizar este recurrente chiste para lanzar otra apuesta: Oria, en el Monument Hotel de Barcelona estrenaba este año menú y una sala más acogedora con la que, sin duda, aspiran a la segunda y a revalidar un caso único puesto que, junto con las de Lasarte, sumarían en un mismo espacio nada menos que cinco estrellas abanderadas por Berasategui y, en el caso de Oria, muy bien defendidas por el cocinero Xabi Goikoetxea.
Las nuevas estrellas
El año pasado hubo ocho restaurantes que estrenaron su primera estrella. Una cantidad realmente absurda para el nivel gastronomico del país y que suele dar pie a hablar de la habitual racanería de la guía roja con España. En cualquier caso, es aquí donde los inspectores se suelen lucir incluyendo entre los galardonados pequeñas sorpresas que no figuran en los radares habituales.
Empezando por lo que nos pilla más cerca, en Barcelona apostamos fuerte por Teatro Kitchen Bar donde Oliver Peña ha consolidado su estilo y conseguido elevar la denominada finger food a un nivel gastronomico excelente. El restaurante Mae, de German Espinosa y Diego Mondragón tambien está muy arriba en nuestra lista.
En realidad, es una lista batante extensa y no pueden faltar quienes ya mencionabamos el año pasado, como Alapar o Baló. Tambien Citrus del Tancat, en Tarragona, donde el valenciano Aitor Lopez lo hace realmente bien y que ya mencionamos hace un año aunque fallamos en nuestra predicciónes. O deseos.
Aunque Michelin suele negar que ese sea un criterio a tener en cuenta, se espera que haya algún guiño a Murcia, donde se celebra la gala. No tenemos muchas pistas por allí, pero nos cuentan que Frases y Perro Limón son muy interesntes y opciónes a tener en cuenta.
Ojalá la lista sea muy larga y haya sitio para Casas Colgadas, el restaurante de Jesús Segura en Cuenca, que ya mencionamos hace un año. O para Islares, en Bilbao donde, Julen Bergantiños lleva ya un par de años con su cocina cantábrica junto al Museo Guggenheim.
Merece tambien estrella, y desde hace tiempo, Beñat Ormaetxea que, aunque ahora suena por el elegante Delaunay en el hotel Arriluce de Getxo, es en su casa, en Jaugeribarria (Amorebieta, Bizkaia) donde realmente luce esa cocina en la que tradición, producto y tambien caza se combinan.
Y es que, si hay algo que ya podemos dejar escrito quienes estaremos informando el 26 de noviembre desde Murcia es que, una vez más, la lista de estrellas Michelin se quedará corta. Hay clásicos que siempre sirven de un año para otro.
