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Feria de Muestras de Gijón: un viaje nostálgico por 5 clásicos gastronómicos que nunca pasan de moda

En esta cita fiel al verano gijonés, donde todo tiene cabida, también se saborean platos que traen infinidad de recuerdos a muchas generaciones de asturianos

Javier Llavona

Periodista de viajes y gastronomía

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El bocadillo de calamares de la Feria de Muestras de Gijón / Foto: Facebook
El bocadillo de calamares de la Feria de Muestras de Gijón / Foto: Facebook

El parking del estadio del Molinón a rebosar, las taquillas de acceso al recinto ferial desbordadas y, como hormigas, los buses lanzadera que conectan la Feria de Muestras de Gijón con el centro hacen acopio de locales y visitantes que, un año más, no se quieren perder este evento con carácter propio.

Versátil y mutante, es un clásico del verano que se adapta a los tiempos y que, tras más de sesenta y cinco ediciones, vuelve en 2023, del 5 al 20 de agosto, con más de 700 expositores y con clásicos, también gastronómicos, que todo bon vivant debe saborear. 

Una ciudad única durante dieciséis días

Antigua puerta de acceso a la Feria de Muestras de Gijón / Foto: Facebook
Antigua puerta de acceso a la Feria de Muestras de Gijón / Foto: Facebook

Algo naif y un poco nostálgica, la Feria de Muestras está guardada en el corazón de los gijoneses y las gijonesas —más de quienes peinan algunas canas— que, como manda la tradición, se acercan al recinto ferial Luis Adaro para comenzar un peregrinaje donde bocatas, frituras y tartas se dan la mano junto a sartenes antiadherentes, piedras limpiadoras mágicas y, para los que sueñan despiertos, casas prefabricadas o coches de alta gama a precios “de saldo”. 

Más allá de las típicas ferias convencionales, con atracciones para los más pequeños, tómbolas y similar, la Feria de Muestras es una gran recinto expositivo donde todo tiene cabida. Aunque parece que en la era digital está todo escrito, el cariño que los asturianos profesan por este histórico certamen nos hace abrir el cajón de recuerdos y disfrutar, también, de su parte más gastronómica. Porque sí, aquí muchas cosas se repiten, pero que nadie nos quite estos clásicos.

Bocata de calamares

El bocadillo de calamares de la Feria de Muestras de Gijón / Foto: Facebook
El bocadillo de calamares de la Feria de Muestras de Gijón / Foto: Facebook

El rey de la Feria de Muestras de Gijón. Existen visitantes que solo vienen al recinto ferial para disfrutar de un paseo entre los puestos y terminar la larga jornada de compras con estos calamares que son aroma del verano en Xixón. Ya a principios de los años setenta, el bocata de calamares se convirtió en la referencia gastronómica de esta cita. Simple, crujiente y económico. 

Un tentempié que gustaba a pequeños y mayores, popular y democrático, tal cual es la feria. Aunque el aspecto de su stand se ha modernizado, el logotipo del calamar sonriente sigue siendo el faro gourmand hacia este clásico de servilleta y compadreo. 

Tarta de queso Granderroble-San Martín

Mano con arándanos y tarta de queso con arándanos de Granderroble-San Martín / Foto: Canva y web
Mano con arándanos y tarta de queso con arándanos de Granderroble-San Martín / Foto: Canva y web

Un postre que se ha quedado, en parte, en el imaginario popular de los visitantes. La fábrica de quesos y dulces Granderroble, ubicada en Quintueles, a escasos de kilómetros de Gijón, hace años que pertenece a la firma Palacios, aunque sería complicado que alguien la conociese por ese nombre. La de Granderroble, o San Martín, es una cremosa tentación con una crujiente base de galleta, interior esponjoso y una rica cobertura de mermelada de fresa o de arándanos

Y por si antes del postre queremos ir abriendo el estómago, en su esquina habitual se puede degustar otro de sus clásicos: el sándwich mixto. No tiene ciencia, dos rebanadas de pan de molde, fiambre y queso sobre una plancha que prepara miles durante los dieciséis días de feria. ¿El truco? Un queso muy fundente y una preparación a la mantequilla que hace que sea simple pero efectivo. 

El Chilu, el aroma del criollo

Stand y bocadillo de criollo de El Chillu / Foto: Facebook
Stand y bocadillo de criollo de El Chillu / Foto: Facebook

Otro de los bocatas clásicos de este certamen viene con nombre propio: el bocata de El Chilu. Con más de cincuenta años alimentando a feriantes, expositores y visitantes, la cárnica prepara otro de los emblemas de este evento. Apto para todos los públicos, este bocata de criollo se sirve solo —como manda la tradición— o con alguna salsa.

Los más hambrientos siempre podrán acompañarlo de un paquete de patatas de diseño vintage con el pequeño tenedor de frágil plástico y vivos colores que, sin duda, es otra seña de identidad. 

¿Cookies o arroz con leche? 

Stand y galletas de la marca Cookies / Foto: Facebook
Stand y galletas de la marca Cookies / Foto: Facebook

No hay nada más delicioso que terminar un almuerzo o merienda en el recinto con un toque dulce. Aunque hoy en día los gofres con siropes de mil y un sabores, el algodón de azúcar o, para los más atrevidos, mojitos recién preparados han copado los gustos de las nuevas generaciones que se acercan a orillas del río Piles, existen dos imprescindibles que se disfrutan, más aún, durante la primera quincena de agosto. 

La marca Cookies cuenta con su emblemático puesto a las puertas del Museo del Pueblo de Asturias. El aroma a mantequilla y chocolate inunda la zona y es que, sus productos, sólo se disfrutan durante unos días. Como si de un moderno pop-up se tratase, Cookies solo trabaja durante esta quincena y es complicado verlos en otras ferias, mercados o eventos gastronómicos del Principado.

Su bote de galletas recién horneadas —un poco abierto para que no se estropeen— es otra seña de identidad en los caóticos pasillos que se forman entre pabellones. 

Quienes se lo quieran tomar con calma, saben que disponen del mercado tradicional ubicado en el corazón del Pueblo de Asturias. A orillas de la laguna y junto a los hórreos que jalonan el paisaje, existe un ritual que dice que quien va a esta zona debe terminar la jornada con un buen arroz con leche, cremoso y, por supuesto, requemado. No hay opciones para la canela. 

Y todos contentos con nuestro globo

Stand de Cafés Oquendo y sus globos de tubo / Foto: Facebook
Stand de Cafés Oquendo y sus globos de tubo / Foto: Facebook

Aquella entrada principal granate y amarilla ha quedado para el recuerdo tras su demolición a principios de los 2000. Lo que siempre quedará en la retina es encontrar, en ese espacio, docenas de globos en forma de tubo de la marca cafés Oquendo —cafés que también se puede degustar—. La razón de caótica reunión no era otra que allí se encontraban las oficinas así como el puesto donde acudían los niños perdidos; todos hemos oído, y vivido, esa frase de “si te pierdes, vete a la puerta principal”.

Y de ahí que ese jardín de látex ya no se reproduzca porque, como todo, los tiempos cambian. Los globos quizás ahora sean más ecológicos, los cafés más disfrutones y el minimalismo diseño actual del pórtico principal no le hace sombra a aquella entrada vintage —llamémosla así— de cuantos íbamos a la Feria con la ilusión de conseguir la gorra de la Caja de Ahorros. Ahora, ni día propio queda. Habrá que intentar entrar con invitación de honor a disfrutar de estos platillos nostálgicos y llenos de recuerdos.

El stand del bocata de calamares a comienzos de los años 70 / Foto: Facebook
El stand del bocata de calamares a comienzos de los años 70 / Foto: Facebook
Los Reyes Eméritos en la inauguración de la Feria de Muestras de 1970 / Foto: Archivo Pueblo de Asturias
Los Reyes Eméritos en la inauguración de la Feria de Muestras de 1970 / Foto: Archivo Pueblo de Asturias