Se llama Grandes Pagos de Olivar (GPO) y es la asociación que agrupa a la élite del sector olivarero español. Hace casi veinte años que se creó, concretamente en 2005 a instancias de tres empresas dedicadas a la elaboración de aceites premium: la navarra Abbae de Queiles, la mallorquina Aubocassa y la toledana Marqués de Griñón.
En buena medida fueron unos visionarios. Como cuenta su actual presidente, Francisco Vañó, que es también director general de Castillo de Canena (Canena, Jaén), “fue especialmente heroico. Si hoy a mucha gente todavía los aceites de pago le suenan a chino, imagínate hace 19 años lo que era el sector. Que Alfredo Barral (Abbae), Agustín Santaolaya (Aubocassa) y Carlos Falcó (Marqués de Griñón) defendieran conceptos que no existían en el mundo oleícola como hablar de terroir, de la molienda, de la necesidad de mejorar las almazaras y los molinos con los últimos avances tecnológicos… Eran una rara avis, unos avanzados a los que el sector les debe muchísimo”.
¿Qué es GPO y qué pretenden?
Actualmente la asociación está constituida por siete miembros que comparten una filosofía que va más allá de la consecución de unos objetivos económicos, de una cuenta de resultados. La idea es construir sobre la cadena de valor, y que ello repercuta en que salgan los números y sean sostenibles financieramente.
Se consideran a sí mismos empresarios, agricultores e industriales. “Somos capaces de crear un aceite con origen y trazabilidad irreprochable porque controlamos la parte agronómica, la comercial y la industrial, y todas ellas son eslabones fundamentales”, aclara.
Las diferencias con otros elaboradores
Desde la asociación hacen hincapié en que tienen una forma de trabajar que les diferencia de la mayoría de las marcas. La primera es el concepto de cosechero, es decir la obligatoriedad de utilizar exclusivamente los frutos cultivados en sus propias fincas —el concepto châteaux francés, como en el vino—. El campo es primordial y en él la sostenibilidad medioambiental.
Por otro lado, los miembros están obligados a tener sus propias almazaras, controladas directamente por ellos, siendo los responsables de todas las decisiones de tipo técnico e industrial que competen a la elaboración, desde la decisión de iniciar la molturación, la temperatura y tiempo de batido, el tratamiento de las masas, etc.
“Hay otros aspectos que la gente no conoce pero son sumamente importantes. Hay centenares de parámetros de calidad que se usan en una analítica completa de un aceite de oliva virgen extra —continúa el presidente de GPO—. Por ejemplo, hay más de 350 tipos de pesticidas que se analizan en un AOVE que sale a la exportación, desde la contaminación por deriva (como el atomizador que utiliza tu vecino con el que lindas y que por el viento acaba en tus olivos). O las contaminaciones derivadas de la degradación de las líneas de transporte por los hidrocarburos, los estalatos, las dioxinas… Si el consumidor supiera los controles a los que se ve sometido un AOVE se quedaría atónito”.
Y aquí radica otra de las diferencias con respecto a otros elaboradores: la comercialización. Los siete miembros de Grandes Pagos del Olivar exportan a otros países, condición sine qua non para pertenecer a la asociación. “Somos empresas con problemas similares, insiste Vañó, que hemos sufrido las consecuencias del Brexit, que tenemos detrás equipos humanos, innovación, desarrollo. No me vale que el aceite sea muy bueno, que sea un producto excelso: cuéntame que hay detrás”.
¿Cómo se entra en este escogido club?
Junto a los ya citados Abbae de Queiles (Navarra), Aubocassa (Mallorca) y Marqués de Griñón (Toledo), en este tiempo se han ido incorporando Casas de Hualdo (Toledo), Castillo de Canena (Jaén), Marqués de Valdueza (Badajoz), y la última afiliación en 2022, Masía El Altet (Alicante).
Para entrar en el club hay diversos métodos. Se pueden presentar voluntariamente o bien a propuesta de alguno de los miembros. Hablan de GPO como una suerte de hermandad porque el nivel de competencia entre ellos siete es mínimo, dada la magnitud del mercado. E insisten en la importancia de que estén representadas cada una de las grandes zonas olivareras de España, aunque ahora mismo falta un socio procedente de Cataluña (en su momento estuvo La Boella, Tarragona).
Se echa de menos la pertenencia de otros aceites andaluces, como Priego, Baena, Sierra de Cazorla, Estepa, etc. (hay doce D.O. de aceite en esa Comunidad), pero Francisco Vañó sale al paso explicando que el crecimiento de la asociación es lento, “cuatro en 18 años. No es fácil encontrar empresas que tengan un perfil como el nuestro. No podemos incorporar una cooperativa aunque sea muy buena porque no está en nuestra filosofía”.
Los propios miembros hacen auditorías internas, y cada seis meses todos van a visitar a alguno de los socios. Discuten, catan, prueban… ¿Se puede expulsar a alguno de los miembros de GPO? Vañó dice que sí, si no se cumplen los parámetros de excelencia exigidos. “Nunca ha ocurrido, pero cuando haces las visitas puedes sugerir, comentar e incluso pedirles ayuda en temas que te pueden interesar como productor, buenas ideas; la información va en los dos sentidos”.
El futuro de GPO
Los socios de GPO suman un porcentaje muy pequeño en litros de producción, en conjunto no llega a las mil toneladas, y casi todas las fincas son de tipo medio o grande, lo que permite jugar con varios pagos en cada finca y mantener la regularidad de las producciones.
Cada uno de los socios escoge el aceite que le representa, en las presentaciones, ferias y eventos en que comparecen como GPO. En el caso de Castillo de Canena, producen arbequino, picual, royal, pero la botella que les representa es la picual. Y lo mismo ocurre con el resto de los asociados. Todos ellos tienen perfiles distintos y complementarios. No obstante, según apunta su presidente, en el futuro a corto plazo no prevén nuevas incorporaciones. “Para 2025 sería un buen momento, pero no antes”.
Los 7 magníficos de GPO
Abbae de Queiles
Desde 2005, socio fundador GPO. El pago de Hacienda de Queiles está en un valle homónimo del sur de Navarra, un enclave que siempre ha estado destinado al cultivo del olivo y la vid. Los olivos de arbequina se cultivan en ecológico y se cosecha tempranamente. Produce un único AOVE monovarietal de arbequina desde hace 20 años.
Su aceite de esta cosecha 2023/2024 es dorado y limpio, con un aroma verde profundo, fresco, que recuerda a la hierba recién cortada. Fiel a la variedad al catarlo recuerda a frutas como el plátano, la manzana o la almendra tostada. Cero amargo, mínimamente picante, resulta muy aromático.
Aubocassa
Desde 2005, socio fundador GPO. Ubicada en una antigua heredad del S. XII en Manacor, la finca de 40 hectáreas cuenta con 7.600 olivos, todos ellos de la variedad arbequina. El aceite transmite el paisaje mallorquín desde 1998, fecha en que sacó su primera cosecha de la mano de la riojana Bodegas Roda, sus también propietarios.
El AOVE de esta campaña recién salido al mercado, es un monovarietal de arbequina, ligeramente opalescente (no se filtra), de color amarillo-verdoso con delicadas notas aromáticas a piel de cítricos y hierba fresca, tomate de colgar, plátano, manzana y almendra verde. Sedoso y fresco en boca, equilibrado y muy ligeramente picante.
Casas de Hualdo
Desde 2019 en GPO. La finca, en pleno corazón de Toledo, está a orillas del río Tajo. Entre la vega y la Sierra se cultivan 300.000 olivos, un olivar de cuatro variedades con un modelo de agricultura sostenible y circular. Los primeros aceites son de 2010.
El Reserva de Familia 2023/2024 es el resultado de la mezcla de las mejores aceitunas de cornicabra, manzanilla, picual y arbequina de la finca. Un AOVE frutado intenso lleno de complejidad, con aromas a almendra, hierba fresca, tomatera y wasabi, además de sutiles recuerdos a trufa negra. Dulce cuando se prueba, después van llegando agradables notas amargas y picantes.
Castillo de Canena
Desde 2012 en GPO. Ubicada en Úbeda, la finca cuenta con olivos de las variedades picual, arbequina y royal, junto a otras nuevas que se han ido plantando en los últimos cuatro años. Fue en 2003 cuando la familia Vañó, propietaria del castillo que da nombre a la marca, decidió centrarse en los AOVE premium, contando actualmente con una interesante y magnífica variedad de aceites.
El Reserva de Familia de esta última campaña, es uno de los AOVE emblema de esta olivarera jienense. 100% picual de color verde intenso, muy aromático, sobresale la hierba fresca y las hojas verdes, recuerdos a huerta (alcachofa, tomatera) e higuera. También su gusto en boca es herbáceo y fresco, con un amargo y picante equilibrado y elegante.
Marqués de Griñón
Desde 2005, socio fundador GPO. Dedicados desde hace años a la vid y el aceite en su finca toledana del antiguo Señorío de Valdepusa, aumentaron su olivar de arbequina y picual con 100 hectáreas a finales de los años 90 del pasado siglo. En 2002 lanzaron su primer virgen extra de pago Marqués de Griñon Oleum Artis.
El correspondiente a la última cosecha 23/24, es un coupage de arbequina, picual y cornicabra de color amarillo intenso. Esa intensidad se refleja también en los aromas de tomates verdes, hierbas frescas, alcachofa y almendras. Todos ellos están también en la boca, junto a otros vegetales, siempre con gran potencia gustativa y un final ligeramente amargo.
Marqués de Valdueza
Desde 2006 en GPO. La Finca Perales de Valdueza (Badajoz), perteneciente a la familia Álvarez de Toledo, ha producido aceite desde hace más de cinco siglos. Aproximadamente unas 200 hectáreas son de olivar, hoy en día modernizado en cultivo. Arbequina, hojiblanca, picual y morisca (autóctona de una zona pequeña de Extremadura) son las variedades que dan lugar a los dos AOVE de la finca.
El coupage Marqués de Valdueza de la actual campaña y top de la casa lleva las cuatro variedades características. Un frutado verde intenso de cosecha temprana, con notas herbáceas, tomate, plátano, almendra y tonos de alcachofa. Esos aromas se unen en la boca, que inicialmente es suave y va incrementando su sabor y persistencia, resultando fresco y mentolado, elegante y expresivo.
Masía el Altet
Desde 2022 en GPO. Está ubicada en pleno sistema montañoso alcoyano alicantino, una finca rústica de unas 70 hectáreas, a 30 kilómetros en línea recta del Mediteráneo. Allí están catalogadas hasta 2.000 olivos de las varietales autóctonas genovesa, blanqueta y alfafarenca, a las que se han ido uniendo 3.000 árboles de arbequina, 7.000 de picual y 2.000 de changlot real (también oliva local). La primera cosecha data de 2005.
Su AOVE Masía El Altet High Quality 23/24 es un ensamblaje de genovesa, blanqueta, alfafarenca, picual y arbequina. Verde intenso, en su nariz se percibe la hierba fresca recién cortada, césped, alfalfa, trigo y cebada de primavera. También hojas de higuera y tomatera, plátano verde, almendras, manzanas, flores, una complejidad que en boca es primero dulce y equilibrada. Luego va evolucionando y aparecen los matices de la nariz, dejando un largo final.
Estos aceites virgen extra de GPO pueden adquirirse en una caja ad hoc que reúne las siete botellas de 500 ml. producidos esta cosecha 2023/2024 y recién salidos al mercado. El pack está a la venta en la oleoteca madrileña La Comunal, y en su tienda online (150 euros, IVA incluido). Además cada referencia puede adquirirse individualmente en las web de cada marca.