El Rincón de Juan Carlos (Tenerife): dos hermanos, dos estrellas Michelin y dos décadas de historia

El restaurante de los hermanos Padrón se ubica en el Hotel Royal Hideaway Corales Resort, en La Caleta: sabor, belleza y creatividad en su único menú degustación

Mónica Ramírez

Periodista gastronómica

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Los hermanos Juan Carlos y Jonathan Palacios de El Roncón de Juan Carlos / Cedida
Los hermanos Juan Carlos y Jonathan Palacios de El Roncón de Juan Carlos / Cedida

El Rincón de Juan Carlos es un restaurante familiar que comenzó su andadura en 2003 de la mano de los hermanos Padrón —Juan Carlos y Jonathan— junto a su madre, Ina. Pese a que el restaurante se localizaba en un lugar casi aislado, de difícil acceso, en Los Gigantes (Tenerife), consiguieron el reconocimiento de público y crítica.

En 2015 llegó la primera estrella Michelin, pero antes hubo un punto de inflexión que estuvo a punto de hacerles cerrar. Los raviolis de parmesano con caldo de lentejas, un plato que sigue presente en su menú degustación, supuso el salvavidas que cambió su futuro.

Tres momentos clave en El Rincón

Restaurante El Rincón de Juan Carlos en Tenerife / Cedida
Restaurante El Rincón de Juan Carlos en Tenerife / Cedida

“A este plato le tenemos mucho que agradecer. La crisis del turismo de 2010 nos afectó mucho e hizo que nos planteáramos cerrar. Presentamos este plato a concurso, gustó y gracias a José Carlos Capel empezamos a recibir visitas. Por otro lado, se traspasaba un bar de tapas por jubilación y el dueño quería que lo cogiéramos nosotros. Así hicimos. Los ingresos que obteníamos los invertimos en mejorar el Rincón y pudimos ir avanzando”, explica María José Plasencia, que con Raquel Navarro forma un tándem perfecto en sala. 

Otra fecha clave en la historia del restaurante fue 2015, cuando ganaron la primera estrella. “Nos invitaron a la gala de la guía, pero no pensamos que íbamos a ganar. Juan Carlos se presentaba al Bocuse d’Or y no fuimos. Aquel día, estábamos escuchando la gala durante el servicio cuando mi suegra —madre de Juan Carlos y Jonathan— escuchó el nombre del restaurante. La emoción pudo con ella y se escuchaba su alegría desde la sala. Al final, con el sentimiento contenido, tuvimos que explicar a nuestros clientes que habíamos ganado la estrella", confiesa María José.

Los hermanos Padrón con las sumilleres María José Plasencia y Raquel Navarro / Cedida
Los hermanos Padrón con las sumilleres María José Plasencia y Raquel Navarro / Cedida

Y añade: "En aquella época, estábamos en la anterior ubicación que tenía una entrada independiente de la principal, y no dejaba de entrar familia a felicitarnos. Fue una noche muy emocionante, nos dio un poco de pena no haber ido, pero nos hizo muchísima ilusión recibir el galardón, nos dio mucha alegría. Lo celebramos al finalizar el servicio”.

Hace cuatro años se presentó la oportunidad de trasladar el restaurante a la quinta planta del Hotel Royal Hideaway Corales Resort, en La Caleta. “Nuestra primera ubicación tenía ese algo de magia, y queda aquella nostalgia del recuerdo del primer proyecto, pero hemos ganado con el cambio”, afirma Juan Carlos.

“Tenemos más acceso a todo, al producto, al cliente, al personal…  el espacio tiene mucha luz, hay muy buenas vistas, se puede ver el atardecer mientras cenas, el mar y en los días claros se ven las islas. Estamos muy contentos”, agrega María José. En 2022 ganaron su segunda estrella.

En un futuro próximo, la idea es reorganizar el espacio para ganar una mesa junto al ventanal —que se moverá unos cuantos centímetros—, el rincón más codiciado del restaurante. También se eliminarán y aligerarán columnas para mejorar las vistas; se sustituirá mobiliario y se creará un nuevo acceso, al que han bautizado como el túnel del vino. “La idea es empezar las reformas durante el cierre del restaurante, en julio de 2025, pero todavía tenemos que acabar de perfilar algunos detalles”, afirma Raquel. “Hay que seguir avanzando”, dice Juan Carlos.

Un menú degustación, un servicio

Raviolis de parmesano con caldo de lentejas en El Rincón de Juan Carlos / Cedida
Raviolis de parmesano con caldo de lentejas en El Rincón de Juan Carlos / Cedida

Juan Carlos Padrón señala que para él lo más importante es el sabor. “Está por encima de la técnica”, apunta. A pesar de ello, en el Rincón de Juan Carlos, la técnica está presente. Son platos bellísimos, de sabores sutiles —indispensable en un menú degustación de varios platos donde la potencia del sabor saturaría el paladar—, de bocado delicado y donde la creatividad no olvida sus orígenes ni los productos de alrededor.

Destacan platos como el turrón de morcilla canaria con praliné de almendras, el cherne con salsa blanca de cherne, el cuello de cordero o los tomates encurtidos. Como comentamos, mantienen el plato que marcó un antes y un después en su trayectoria, los raviolis de parmesano con caldo de lentejas.

Y la caracola de apio, toffee de apio y piñón frito es un homenaje de Juan Carlos a Jonathan, que se ocupa de la cocina dulce. “Está elaborado con ingredientes no habituales en la pastelería. Con ellos se crea un plato que parece un postre”, indican en sala. Los postres son refrescantes, ligeros, ni empalagosos ni excesivamente dulces, ideales para cerrar el menú.

No obstante, la cena no acaba aquí. Guarden un rincón para el magnífico árbol de petit fours, todo un espectáculo con juego incluido. “Nuestra cocina tiene una fuerte tradición pesquera, por nuestros abuelos —pescadores—, protagonista en nuestras elaboraciones, donde el producto es la clave, siempre intentando desde nuestro punto de vista, conseguir una cocina personal”, definen los hermanos Padrón.

Durante el servicio se ofrecen cuatro tipos de panes, que se elaboran en el propio restaurante, y que se acompañan de mantequilla y aceite de oliva virgen extra de la isla elaborado con arbequina, hojiblanca y picual. La carta se concreta en un único menú degustación, dividido en cuatro entrantes a modo de bienvenida, once platos divididos en dos estaciones más tres postres. Existe opción de maridaje de 6, 8 o 12 vinos. Solo se sirven cenas de lunes a viernes. Cierran el fin de semana, una de las primeras semanas de diciembre y julio. 

Platos de El Rincón de Juan Carlos / Cedida
Platos de El Rincón de Juan Carlos / Cedida

La bodega está comandada por María José Plasencia y Raquel Navarro, sumilleres del restaurante y apoyo incondicional de sus maridos, Juan Carlos y Jonathan. Son unas enamoradas de la enología y entre los vinos que proponen se incluyen varias interesantes referencias canarias con bodegas de poca producción y vinos con personalidad.

No olvidemos que Canarias es tierra de vides prefiloxéricas, de variedades autóctonas y de un clima y suelo diferencial, lo que ofrece unos vinos muy especiales. María José y Raquel lideran un equipo que, como ellas, te reciben y tratan con profesionalidad, entrega y amabilidad. Todo un mérito para los tiempos que corren.

Pero si hay algo que destaca por encima de todo en el Rincón de Juan Carlos es el espíritu familiar. En un panorama donde los grupos de inversión, la competencia y la falta de personal son una rémora para la supervivencia de los negocios familiares, es una alegría saber que, pese a las dificultades, todavía podemos encontrar restaurantes que no han perdido la ilusión, la pasión y el amor por la gastronomía después de más de dos décadas de andadura.