El panorámica ha cambiado desde la frontera con España. Entre pinares, se deja atrás el corazón de las tierras de Tras-os-Montes para llegar a una de las regiones vinícolas más solera de toda Europa y, a su vez, poco consumida por el turismo masivo: el Alto Douro Vinhateiro o Região Vinhateira do Alto Douro. Un paisaje cultural al nordeste, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, que además es cuna del histórico oporto.
Muchos conocen la fama de sus viñedos, pero pocos han recorrido sus pueblos de pura saudade, comido en sus fondas con duende y contemplado los bancales donde nace el oro púrpura. La zona ofrece más de lo que pide: esencia portuguesa reconvertida en un slow-travel entre viñedos y quintas de piscinas panorámicas, donde hasta el mejor gourmand caería rendido.
Mesón Convívio
La carretera rinde pleitesía al Duero. Esta arteria fluvial, donde aún se pueden ver rabelos originales —las embarcaciones que transportaban el vino desde esta región hasta las bodegas de Oporto—, poco tiene que ver con el río que fue antes de que se levantasen las enormes presas que modificaron, para siempre, el paisaje de esta región.
Llegar hasta Mesāo Frío es todo un reto. A la carretera, bastante estrecha, se le unen unas panorámicas que hacen que el viajero quiera pararse en cualquier esquina. Los viñedos forman saturados mares de verde esmeralda y, escondidas, las uvas de la variedad touriga o malvasía maduran al duro sol del norte portugués. Aunque algo desangelada a mediodía, subir hasta esta aldea bien merece la pena. La razón, con permiso de la iglesia de San Nicolás, es el Mesón Convívio.
Una fonda con personalidad donde a la cultura del mantel de papel —que amamos— se le une una cocina ruda, decidida y llena de sabor. Un simple bacalao a la brasa demuestra como la buena gastronomía no entiende de guías galácticas; si a este manjar le añadimos un arroz al toque de laurel, habremos entrado de lleno en la esencia de Portugal. Aunque también podemos deleitarnos con unos sabrosos bistecs —de buena tajada— a la brasa con un penetrante regusto que recuerda a las mejores reses del norte de España. // Mesón Convívio. General Alves Pedrosa, 13. Mesāo Frio (Portugal). Tel.: +351 254 892 481
The River
Peso da Régua, o solo Régua, bien podría erigirse como capital del Douro portugués. Sus hoteles con letrero de neón y bandera lusitana algo descolorida nos trasladan a un Portugal de añoranza pero que transmite esa estampa de una tierra donde se disfruta del pasar del tiempo.
También sorprende que el humilde Douro cuente con espacios que beben de las referencias más urbanitas, como la antigua estación de Peso da Régua. Aunque por aquí aún pasa algún expreso dirección Porto o Pinhāo, la otra capital de la región vinícola, sus instalaciones han resurgido de las cenizas ofreciendo un espacio donde degustar vinos de la zona con una cocina portuguesa vanguardista, a buen precio, y sin caer en pompas de gastrónomo de verborrea fácil.
The River es un gastroespacio que bebe de la influencia británica y que fusiona la cocina kilómetro cero en un coqueto salón de ambiente íntimo. Aunque irse sin probar su bacalao al horno podría considerarse pecado, denle una oportunidad a las carnes a la brasa acompañadas de chips al corte natural y arroz con una suculenta vinagreta que da un toque resultón a la mezcla. // The River. José Vasques Osorio, 5050-280, Peso da Régua (Portugal). Tel.: +351 254 336 052
Aneto & Table
Aunque en la cercana Vila Real podemos encontrar las archiconocidas bodegas Mateus, existen otros templos del buen vino que merecen una visita. Las bodegas Aneto Wines son un ejemplo perfecto. Su casa, enclavada en un mirador privilegiado hacia el Douro, cuenta con viñedos orientados al sur. Manteniendo la esencia familiar, se han logrado unos tintos y blancos que sorprenden por la profundidad que dejan en boca.
Ofrecen visitas guiadas, que incluyen cata, por unos 10€ por persona. Pero si queremos profundizar en el auténtico Douro de rabelo y azulejo, debemos probar la cocina de Aneto & Table. Vecina de The River, en Peso da Régua, esta casa de comidas ofrece una carta basada en embutidos locales, quesos del país y tiernas carnes que potencian aún más el grave peso de los taninos en sus gran reserva.
Delito no comenzar la velada con una contundente tabla de esos manjares acompañada de un Branco Reserva, sumamente afrutado, para despegar el viaje gastronómico. Entre los principales, el bistec de ternera con puré de aceitunas negras deshidratadas y setas shiitake se torna imprescindible. No se pierdan el rebuscado de alheira de caça, una suerte de salchicha de Tras-os-Montes hecha con carne de jabalí, ave o perdiz. Ni su tarta de queso de exquisito aroma a limón de huerta. De las mejores que se hayan creado por la península. // Aneto & Table. José Vasques Osorio, 5050-280, Peso da Régua (Portugal). Tel.: +351 252 323 120