Dicen que de Galicia se sale, pero Galicia no sale de dentro de uno. Allá donde va lo acompañan los verdes bosques, el olor cuando cae el orballo y, cómo no, la buena comida. Los churrascos asados, los butelos adobados, la zorza y las filloas en temporada u otros dulces, depende del paladar. Una gastronomía que deja alto el listón.
Los lectores de estas líneas no viajarán físicamente a Galicia, pero sí que conocerán un restaurante donde es posible sentir esa morriña. El Pulpero de Lugo es un restaurante tradicional. Porque mucha gente de Sant Adrià de Besòs (Barcelona), que es donde se encuentra, ha celebrado las diferentes etapas de su vida en esta brasería.
Desde bautizos hasta comuniones. Cumpleaños o jubilaciones. Cenas de empresa. Su enorme comedor interior lo permite y el producto gallego es un reclamo importante. Pero más allá del abundante género, hay algo que hace que siempre quieras volver: su familiaridad.
La cocina tradicional de un matrimonio gallego
“Hace unos años nacieron en dos preciosas aldeas de Galicia un niño y una niña. Sus caminos se cruzaron unos años después de emigrar a Barcelona. Allí emprendieron su negocio, un pequeño trozo de Galicia en el que aflorar la morriña gallega”. Son las palabras que el cliente lee nada más abrir la carta. Palabras de Bienvenida Ferreira y Manuel Vázquez, el matrimonio que regenta el lugar desde hace años. Tantos que ni se acuerdan.
Una de Ourense y otro, como el propio nombre del local indica, de Lugo. Los puedes encontrar un día de cada día poniéndose al frente del servicio, sirviendo mesas. Multitud de camareros los acompañan, paseándose frenéticamente, sirviendo los platos más tradicionales: desde un pulpo hasta un lacón con sus cachelos.
Llama la atención quien se pide la mariscada porque abundancia es la palabra que mejor define el plato. Las carnes de caza y las que están hechas a la brasa son las más demandadas, pero no falta el tapeo típico, el de barrio: bravas, pinchos morunos, pimientos de padrón o chocos.
En su terraza, las mesas se llenan de familias y amigos, fumadores y no fumadores, que degustan los platos, acompañados en su gran mayoría por la típica jarra de cerámica recién sacada del congelador hasta arriba de cerveza. El pan tostado no falta nunca, llega sin que lo pidas: señal de ello es el par de tomates con aceite, vinagre y sal que decora el mobiliario.
Fieles al carácter local
Y es que Bienvenida y Manuel son famosos en todo Sant Adrià. No solo porque el Pulpero de Lugo sea uno de los pocos restaurantes de la ciudad que todavía conserven ese carácter local, sino porque también han ayudado a mucha gente: en pandemia ofrecieron más de mil menús de comida gratuitos para los que peor lo estaban pasando.
No es lo único que ha recibido reconocimiento en este establecimiento: el gallego también ha obtenido varios años el primer premio en la famosa Ruta Tapa de la ciudad, recibiendo el apoyo de la la clientela fiel y habitual.
Los barquillos de crema de la abuela acaban de poner la guinda a una comida exquisita. Postres caseros para una atención también muy cercana y familiar en el número 9 de la calle Maragall. Una unión entre Sant Adrià y Galicia que hace que este local sea único y especial en el municipio. // El Pulpero de Lugo. c/ Maragall, 9, 08930, Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Tel.: 933 810 721.