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Dónde comer

¿Pollo frito con caviar? En este restaurante de Barcelona puedes probarlo

Piel de Gallina (PdG) ofrece distintas especialidades de pollo frito que nos invitan a viajar por el mundo. La versión más premium es este plato con caviar y yema de huevo

3 minutos

El pollo frito con caviar Siberian en Piel de Gallina / Foto: Iker Morán

Lo de ponerle una cucharada más o menos generosa de caviar a casi cualquier plato para darle supuesto glamour es una práctica bastante extendida y que genera sorpresas, entusiasmo o chistes según quien se lo encuentra. Pero lo que hasta ahora nunca habíamos visto era combinar pollo frito y caviar.

En Piel de Gallina, un local de Barcelona especializado en pollo frito, se atreven también con esta singular combinación que además de original, está rica. Quienes vayan con un presupuesto más ajustado, pueden estar tranquilos porque el ticket medio —sin caviar— es de 25 euros, el local es bonito, la carta amplia y las propuestas para beber de lo más interesantes.

Un plato 'Business Class'

El plato en cuestión se llama Siberian e incluye 20 gramos de caviar Siberian Attilus, que se colocan sobre la pieza de pollo frito y se acompaña de yema de huevo de corral y crème fraîche de eneldo. Es, sin duda, la opción más exótica dentro de la gama de especialidades que ofrece Piel de Gallina y que se sale de los clásicos con diferentes salsas y especias que conforman una vuelta al mundo a base de pollo bien crujiente.

Un viaje con opciones como el pollo frito Casablanca (con cúrcuma, ras el hanout, cilantro y té de menta), Bangkok (picante con soja, crema de cacahuete, pasta de curry rojo y hoja de lima kéfir), o estilo Tulum (con salsa picante ahumada con azúcar moreno, zumo de naranja, achiote, chipotle y ajo).

Interior del restaurante Piel de Gallina y uno de sus platos de pollo frito / Foto cedida e Instagram

El citado Sibertian sale por 52 euros la ración, pero hay otra alternativa para quienes tengan curiodad por esto del pollo frito con caviar: el plato Viaje por el Mundo que en su versión Business Class —muy bien traído el nombre— incluye una porción de esta especialidad con caviar junto a otras recetas y cuesta unos 46 euros.

Con o sin caviar, lo importante es que el pollo está rico. Crujiente por fuera, jugoso por dentro, que es justo lo que se espera de un buen pollo frito. Según nos explica Martín Pimentel, responsable del proyecto, la clave en marinar las piezas en una mezcla de harina semolosa, agua, sal y pimienta blanca durante dos horas, y luego una doble fritura con un descanso de dos minutos entre una y otra.

Sidra, cerveza y vino natural

Viaje por el Mundo y el Katsu sando de Piel de Gallina / Foto cedida

En marcha desde 2020, Piel de Gallina ahora se presenta como PdG y suma a sus dos locales, en el Clot —ahora especializado ahora en hamburguesas y el Born, el de calle Aragó, 237. Abierto a finales del pasado año, por espacio, decoración y carta es la nueva estrella de esta pequeña cadena que reivindica el pollo frito de calidad y con un toque diferente.

Y no sólo pollo, porque en este restaurante también hay propuestas vegetarianas (berenjena Tel Aviv, coliflor a la brasa...) y platos a base de cerdo, como un sensacional katsu sando, ese bocadillo japonés de cerdo empanado que lleva tiempo labrando su propia moda en las cartas de la ciudad.

La carta de bebidas va en línea con estas propuestas. A las opciones más predecibles como las cervezas artesanas o el vino natural —pocas referencias, pero bien elegidas— se le suma una pequeña gama de sidras artesanas que aportan un punto diferente y maridan muy bien con el pollo y los sabores intensos de la comida.

Trabajan con marcas como Gos com Fux, Credit Variable y Lord, y la verdad es que probar alguna de ellas es otro buen motivo para acercarse por PdG. Incluso si no somos muy de caviar.