"La vida es lo que sucede entre pan y pan", dice nuestro querido Òscar Gómez. Quizá, como él defiende, "el bocadillo nació como una solución pragmática", pero sin duda ya es un mundo que transciende. En Barcelona, por ejemplo, todo es suceptible de acabar entre dos rebanadas y no siempre como acompañamiento del típico pa amb tomàquet. También se guisa, se sofríe y se hornea, como demuestran estos 10 bocadillos mayúsculos que nuestro colaborador ha seleccionado tras incalculables expediciones.
Casi todos estos bocatas son de corte tradicional porque contienen el recetario local: bacalao a la llauna, albóndigas, callos, salchichas de payés, tortillas XXL e incluso croquetas. Sí, bocata de croquetas. Además, hay hueco para guiños a clásicos como el "brillante" bocata de calamares madrileño, el señoritingo club sandwich, la suculenta porchetta venida de Italia o el abanico salchichero alemán. En esta selección, todo son goleadores // C.A.d.B
Bar Brusi: bocadillo de callos
El Bar Brusi y la Sra. Montserrat Sabadell son el faro que nos guía. Una luz en la oscuridad. Donde reina la mediocridad turística, el desierto despersonalizado, se encuentra también la mejor cazuela de callos de la ciudad. Montserrat lleva 66 años sacando cazuelas en su pequeña cocina al final de la barra, toma ya. Sus callos pican un poco, tienen ternura extrema y están condimentados con sabiduría esotérica. Me entrego al cliché, que creo justificado, pero es que son una caricia en el paladar.
Lo habitual es tomarlos en cazuelita, pero cuando los metes generosamente entre pan y pan, la salsa pringa la miga y en cada mordisco tienes lo mejor del mundo bien mezclado: crujientes, tostados, callos, salsa, gelatina... Las manos quedan pringosas y los carrillos manchados. ¡Bravo, hemos venido a disfrutar! Bola extra: a 50 metros está el Conesa, otro clásico del bocadillo planchado que conviene visitar. Son tiempos complicados, y a estos locales-tesoro los tenemos que cuidar. // Bar Brusi. c/ Llibreteria, 23. Tel.: 93 315 05 59 (Metro Jaume I) ACTUALIZACIÓN 2024: el local ha cerrado.
Bar Sanz: bocadillo de salchichas
¿Qué hay más clásico que un bocadillo con salchichas, beicon y queso? Pues que le añadan un plus de chistorra, un extra de jamón cocido y una dosis de plancha para rematar. Si además te lo empujas recién hecho, con el queso fundiendo y desparramado, en uno de los bares más interesantes de la ciudad, solo le falta que tenga un nombre inolvidable: el Informático. Lo pedían habitualmente unos estudiantes de telecomunicaciones que frecuentaban el bar, y así lo bautizaron.
Daniel Sanz pilota el Sanz, aunque el bar lo abrió su padre hace 48 añazos. Mientras muerdo, devoro y me relamo, Daniel saluda por su nombre, alegremente y desde la barra, a vecinos que transitan por el barrio. Cuando alguno de ellos entra, a menudo, se adelanta en la comanda porque conoce sus gustos de pé a pá. Un ambiente inaudito en plena zona cero del turismo. Una maravilla que nos conviene preservar. El pan es del Forn La Llana, artesano y del barrio. Otra bondad del Bar Sanz. // Bar Sanz. c/ General Álvarez de Castro, 5. Tel.: 93 319 15 30 (Metro Urquinaona)
Bar Lalans: bocadillo de "tortillaca"
“Para cada tortilla usamos diez kilos de patatas, dos kilos de cebolla y veintiocho huevos”, nos cuenta Jose Ramón con una sonrisa en la cara. Nacido en Ourense, comanda el Lalans y de su mano experta, ojo entrenado y sabiduría cocinada durante años surgen tortillas enormes, de palmo. Las bordan, con un prodigioso interior, cremoso y con alta jugosidad. Son un espectáculo que entra por el ojo y estalla en el paladar.
Su bocadillo de tortilla de patatas es generoso, del tipo pa amb tomàquet. Es puro vicio, de verdad. También preparan estupendos bocadillos de lacón, con bien de pimentón de la Vera, de puntito picante y chorreón de aceite, al estilo ‘a feira’ porque, aunque estamos en Barcelona, en esta bendita casa se respira una evidente atmosfera de galleguidad. // Bar Lalans. Av. de Mistral, 44. Tel.: 93 514 67 87 (Metro Rocafort o Poble-sec)
Bar Bodega Can Ros: bocadillo de albóndigas
Bocadillear los guisos es una idea genial que se practica poco, diría que cada vez menos, y es una pena. Sobre todo en un país guisado como es, y espero que siga siendo, el nuestro. Tengo un amigo que no comparte mi entusiasmo por el bocadillo de albóndigas como desayuno y le digo: “Lluís, así no necesitamos rebañar el plato porque el pan ya incorpora la salsa. Siempre está jugoso el bocado. Es un mordisco completo, todo ventajas, es pura ciencia del paladar”.
Él me contesta que no, que perdemos el cuchareo y que prefiere el platillo y el rebañar. Y algo de razón tiene, pero desayunar un bocadillo de albóndigas tiernas y salseadas, como el que elaboran en el Bar Bodega Can Ros, tiene algo de pecado matinal excelso. En el gastro-ecosistema de Barcelona es un secreto a voces: este bocadillo te lleva directamente del desayuno al cielo. Y no hay más. // Bar Bodega Can Ros. c/ Roger de Flor, 303. Tel.: 93 457 19 80 (Metro Joanic)
Don Bratwurst: salchichas a la enésima potencia
Bjorn Lenz llegó a Barcelona desde Alemania como miembro de una banda de rock, hace ya más de veinte años, y se quedó a salchichear entre nosotros. Fuimos afortunados porque en su local, que popularmente se conoce como ‘El Alemán’, se promueve la cultura de la salchicha germana elevada a la enésima potencia. La banda sonora es el rock duro y la estética una loquísima mezcla barroca de motos, rock, Bundesliga, botas camperas y mucho más. Una colección abigarrada y acumulativa de objetos, banderas, guitarras y otras maravillas.
Bjorn cuida muchísimo el producto, que importa directamente de su tierra natal. Y ofrece salsas y toppings variados para personalizar sus bocadillos, como el de kasëkrainer de cerdo y ternera, que incorpora queso en el interior; o el de röstbratswurst blanca con hierbas, tan aromática como espectacular. Quien piense que el bocadillo "de frankfurt" no es un clásico de Barcelona, o no comparte mi definición de clásico o no vive en esta ciudad. // Don Bratwurst. Paseo de Fabra i Puig, 374. Tel.: 93 429 90 39 (Metro: Vilapiscina)
The Fish and Chips Shop: bocadillo de calamares
El bocadillo de calamares canónico es el madrileño y nada tengo que objetar; pero defiendo que en Barcelona se elaboran versiones estupendas que son igual de golosas. La primera versión con pan de brioche llegó de la mano de Albert Adrià, en su extinta Bodega 1900. Ahora lo sigo gozando en The Fish and Chips Shop, que ya tiene siete locales repartidos por la ciudad.
Lo sirven con un mucho de mayonesa picante de chipotle y un mucho más de relleno de calamares rebozados, bien crujientes y en cantidad. Camisa finísima de dorado crocante, nada de grasa y carnes muy tiernas. El abrazo tierno del pan de brioche es la guinda que convierte este bocadillo de presencia modernilla en un clásico eterno. Atención a las patatas fritas que acompañan, variedad agria con origen en Galicia. La cortan gordita, la pochan 7 minutos a 160 grados y la terminan a fuego intenso para dorar. Es-pec-ta-cu-lar. // The Fish and Chips Shop. c/ Balmes, 240. Tel.: 93 515 04 00 (Metro: Fontana)
Bodega d'en Rafel: bocadillo de bacalao a la llauna
El bacalao en la Bodega d’en Rafel es devoción: gastan un género magnífico desde hace años y es su seña de identidad. En hora punta de desayuno, el local suele rebosar de clientes dando buena cuenta de platos y platillos de bacalao a la llauna: rebozado, frito y terminado en el horno con buena salsa o samfaina para acompañar. Lo pedimos en bocadillo porque, como ya hemos confesado, los guisos en entrepán convierten un simple el desayuno en una ocasión especial.
Esta bodega es un rincón del pasado que resiste impasible en un barrio en peligro de perder el alma. Un espacio de luz tenue, alicatados viejos y maderas carpetovetónicas; con un producto excelente, mano entrenada y precios razonables. // Bodega d’en Rafel. c/ Manso, 52. Tel.: 93 442 56 24 (Metro Sant Antoni)
Quimet d'Horta: bocadillo de croquetas
Horta es un pueblo dentro de Barcelona, se dice poco. Si te paseas por su centro, alrededor de la Plaça d'Eivissa, la realidad te asalta los ojos a poco que los tengas abiertos. Ahí encontrarás un tesoro culinario, el Quimet, donde comer croquetas en bocadillo es una sorprendente manera de devorar cremosidad. No es para todos los públicos, eso lo concedo, pero se ha convertido en un imprescindible para aquellos que quieran experimentar.
El "pa amb tomàquet" ayuda a que el mordisco sea más jugoso y el formato permite jugar con los diferentes sabores de croqueta disponibles en el bar. Me llena de felicidad encontrar estos rincones masticables en mi ciudad, lugares donde el sabor te entra por la boca, por los ojos y un poquito por la sensibilidad. // Quimet d'Horta. Plaça d'Eivissa, 10. Tel.: 93 358 19 16 (Metro Horta)
Sagàs, Pagesos & Cuiners: bocadillo de porchetta
La "porchetta" es un cochinillo deshuesado, relleno y aromatizado con abundantes hierbas de monte. Se asa lentamente hasta que sus carnes se convierten en amorcito marrano. Una delicia venida de Italia que ha conquistado un rincón de nuestro recuerdo y de nuestra memoria emocional a base de sabores concentrados, texturas carnosas y una golosia que es esencia de rustido.
Un platazo clásico que en Sagàs, Pagesos & Cuiners sirven desmigado sobre una buena chapata del Forn Turris. Pan con tomate tostado al momento para un extra de calidez en los aromas, en la temperatura y en el mordisco. Crujiente jugosidad. El sabor de asado durante horas lo inunda todo. En la boca se forma una fiesta y en las mejillas un poco de desparrame, que nunca viene mal. Un clásico extraordinario pasado al formato bocadillo, así da gusto. // Sagàs, Pagesos & Cuiners. Pla de Palau, 13. Tel.: 93 310 24 34 (Metro Jaume I)
El Vaso de Oro: Sándwich Club y granjero
El Vaso de Oro es uno de esos locales de La Barceloneta que resiste con entereza los tiempos difíciles, sin claudicar. Su personal sigue equipando uniforme, su barra es elegante y lustro. Su cocina de producto es todavía un ejemplo de sabor y profesionalidad. Bordan muchas cosas, como la ensaladilla, el solomillo con foie, las gambas de la Cofradía de pescadores...
Pero también los sándwiches, entre los que encontramos el clásico Sándwich Club, elaborado con pollo, jamón, beicon y lechuga; y el granjero con jamón cocido, queso, lechuga, huevo y tomate. Tienen una delicada resistencia al morder y degustar. El exterior dorado por el golpe de plancha y el interior ligero, jugoso y elegante resulta un gran triunfo de lo clásico y de la simplicidad. Para acompañar, que no falte, siempre al grito de "una filo", un vaso de su cerveza Fort, que elaboran de manera artesanal en Barcelona. // El Vaso de Oro. c/ Balboa, 6. Tel.: 93 319 30 98 (Metro: Barceloneta)