El mundo del chiringuito es un ecosistema donde reina la mediocridad en chancletas. En Barcelona también es un dramón de los buenos. Abunda el antro playero concebido como abrevadero de aluvión. Pesca con dinamita que arrasa con todo a base de alcohol, música y mal petardeo. Pero aunque sean pocos, también hay chiringuitos buenos.
Espacios informales, donde la comida es desenfadada sin dejar de ser un asunto serio. Buenos productos, mucha intención y sobre todo… respeto. Respeto por los clientes, por la ciudad y por un recetario tan nuestro como extenso. Chiringuitos de alto octanaje, vamos, de esos que te hacen salivar y a los que podrías llevar a tus tías para brindar por un verano más.
Chiringuito Camping Bar
Probablemente el chiringuito con más y mejor ambiente de toda Barcelona, en Poblenou, rodeado de pistas de baloncesto, mesas de ping-pong y césped a cholón. Abren cada día hasta las 23h y tienen mesas, pero pocas. Si llegas y no tienes sitio te dejan mantas para poder merendar estilo pícnic. Música, ambiente alegre, padres, hijos, chavalada... un festival, buena onda y compadreo.
Hay choripanes, quiches y pasteles varios. Parece mentira lo que logran cocinar en ese cubículo menudo que bulle de actividad. Pero, sinceramente, lo que a mí me conquista son los bikinis, Manuel los borda. Los elaboran con queso edam y, si se lo pides, se encargarán de tostarlo un poco más para que el exterior quede ultracrujiente. Adictivo, aviso. // Chiringuito Camping Bar. c/ Carmen Amaya, 18.
La Base by Farré
Situado en plena playa, junto a la base náutica municipal que da nombre al chiringo-restaurante, tiene una terraza enorme, decorada con sillas pintadas de colores alegres y chillones. Un plus interesante ha sido ser atendidos por Gerónimo, simpatiquísimo filipino venido a alegrar la vida de nuestras latitudes hace ya más de treinta años. ¿Sabes cuando un camarero hace mejor una comida? Pues eso. Gracias, Gerónimo.
Tienen una carta muy extensa de clásicos chiringuiteros, donde sobresalen los mejillones bien elaborados y unos chipirones de fritura muy destacada. En los chiringuitos, la fritura es clave. Estos txipis eran menudísimos, crujientes y dorados. Puntillitas crocantes de alto contenido umami. Buena ración, correctos precios. // La Base by Farré. Base Nautica Municipal, Platja de la Mar Bella, Av. del Litoral, S/N.
Terrassa Bar La Mar Bella
Ramón y Héctor comandan desde hace unos diez años este espacio sorprendente, ubicado en un polideportivo donde uno no espera encontrar una tortilla de papas tan excelente o unas bravas de calidad. La tortilla incorpora cebolla muy confitada, está apenas cuajada y es de alta jugosidad. Las bravas son de corte cúbico y generoso. Con piel, primero masajeadas al horno y luego fritas al momento para terminar cubiertas de una salsa que pica. Son bravas, y tienen que picar.
También preparan croquetas y una ensaladilla rusa donde cada ingrediente tiene un corte y una cocción que permite diferenciarlo perfectamente en el paladar. Una sorpresa con vistas al Mediterráneo, cocina de apariencia humilde hecha con intención e interés. Y a precios razonables, lo tiene todo para disfrutar. // Terrassa Bar La Mar Bella. Av. del Litoral, 86-96. Tel.: 660 23 17 48
Xiringuito Escribà
Un clasicazo de la línea costera de Barcelona. Se pusieron en el año 92 a cocinar arroces y desde entonces no han parado de triunfar. Tienen fondo, método y devoción por las paellas, de los que destaca el arroz Escribà con cigalas, mejillones, almejas, sepia y rape. Y también resulta llamativo el arroz shibuya en homenaje al chiringuito homónimo que han abierto en Tokyo: con atún en tataki y alga wakame.
Para bocados ligeros podemos optar por los airbags de jamón ibérico, y para amantes del puro mar, las sardinas al carbón. Abierto todos los días, con cocina ininterrumpida desde las 13h, buen arroz... no sé si se puede pedir más. // Xiringuito Escribà. Av. del Litoral, 62. Tel.: 932 21 07 29
Guingueta Proa a la Mar
Abren tempranito por las mañanas para cocinar bocadillos y ensaladas que son pura alegría palatal y ciudadana. Situado en la zona cero del terrazeo nocturno más ruidoso y tristón de Barcelona, en una plaza fría y hormigonada con espíritu de urbanismo desangelado, este chiringo es un brote verde que alimenta cuerpo y alma. Una apuesta de economía social y solidaria gestionada por la iniciativa vecinal Pla Comunitari Barceloneta.
Compran en el barrio, preparan bocatas suculentos como el de pollo caprese, apuestan por la inserción social y te aliñan la vida con ensaladas sabrosas como el tabulé, la de lentejas o la vegana. Un rincón poco conocido donde disfrutar de una Barceloneta que aún resiste, un barrio con agallas. // Guingueta Proa a la Mar. Plaça Charles Darwin.
La Caseta del Migdia
Uno de los espacios músico-gastronómicos más singulares de la ciudad y probablemente también uno de los menos conocidos. A diez minutos de la arterial plaza España se encuentra la Caseta del Sot, escondida entre pinares y en uno de los miradores más espectaculares de la ciudad. En esos diez minutos haces ¡chás! y el frescor de la brisa en la montaña se convierte también en un frescor mental.
En la caseta he disfrutado de caracoles a la brasa, he gozado con sardinas perfumadas por el humo y butifarras golosas con la piel dorada y tensa, a punto de estallar. Consulta horarios porque además del yantar también ofrecen música en directo, a destacar la cena con flamenco porque morder sardinas mientras suenan bulerías es uno de los mejores planes de la ciudad. Acércate a comerte el cielo de Barcelona. // La Caseta del Migdia. Mirador del Migdia, s/n. Tel.: 693 99 27 60