Toro es sinónimo de vino. De un vino con carácter, indomable y algo travieso, así como la excusa perfecta para conocer la ciudad de Zamora más de moda. Merece la pena conocer dónde comer y beber, dónde disfrutar de las nuevas creaciones de una generación que no se ha ido a las grandes capitales. Una remesa de chefs que atesora el recetario popular como si del pórtico de La Majestad se tratase.
De cinco tenedores, en un castillo o en pleno casco histórico. Bodegas renovadas, gastronomía castellana que reivindica el origen y un marco incomparable como es la vega del Duero. Una ruta enoturística idónea para quienes quieren iniciarse en el fascinante mundo del vino. Toro deja huella por el buen comer y, por supuesto, por el buen beber:
Monte La Reina, el castillo entre viñedos
Un castillo neogótico rodeado de viñedos y desde donde atrapar los mejores atardeceres de Toro. Las tonalidades violáceas compiten con los rubíes y púrpuras de los vinos de la bodega Monte la Reina. En el lujoso interior de la fortaleza, completamente renovada y con energía cien por cien sostenible, destaca la presentación de las mesas, con una cubertería y mantelería de máxima calidad; y una carta con la que maridar las carnes de la comarca con los vinos toresanos de fuerte carácter y que, poco a poco, se van domando.
Los huéspedes del hotel podrán disfrutar de un completo menú: destaca la cocina de mercado, lo que hace que los platos vayan rotando a lo largo del año. Indispensable su ensalada de ahumados con cítricos o el secreto ibérico sobre cama de piquillos. Quienes no se alojen en el cuatro estrellas, podrán disfrutar de los salones para eventos con vistas al canal de Toro.. // Hotel – Bodega Monte la Reina. Ctra. N-122, km 436,7 Monte la Reina / 980 059 980
Nube, renovación de los clásicos
El restaurante Nube, de la mano de Pedro Toribio, refuerza la apuesta por la excelencia gastronómica de la zona. Haciendo alusión a su nombre, el restaurante ofrece una preciosa panorámica sobre las fértiles vegas del Duero. Un complejo, el de Valbusenda, que aúna hotel de cinco estrellas, spa con vinoterapia y una de las bodegas más vanguardistas de la ruta del vino de Toro.
Imprescindible probar su bacalao a la tranca, todo un clásico de la Semana Santa zamorana, así como su merluza sobre cama de hummus. Para abrir boca, nada como los tomates de la huerta del Duero acompañados por aceite oliva virgen extra o sus cremosas croquetas de cecina. Otro de sus clásicos es el cochinillo confitado o el lechazo churro IGP con patata del mortero y ajos confitados en camisa.
Quienes prefieran la ternera de calidad, deberán apostar por el solomillo de vaca vieja con salsa de vino Valbusenda. Siempre queda hueco para el postre, por lo que no podrás irte sin probar el rebojo zamorano, un pan dulce típico de estos lares, o la tarta de queso con quesos locales. Intensidad y cremosidad en un bocado. // Valbusenda Bodegas & Spa. Ctra. Toro-Peleagonzalo, s/n Toro / 980 699 573
Doña Negra, intimidad en el casco histórico
Si la hora de comer nos pilla por el casco histórico de Toro, debemos hacer parada en Doña Negra. Bajar sus escaleras nos conduce hacia el Toro más tradicional. Bajo el subsuelo de la ciudad zamorana, ebulle una cocina de tradición con tintes modernos. Quienes busquen los clásicos, encontrarán un punto de vista elegante y sofisticado que se aprecia en las creatividades de César Ferrada y su equipo.
El argentino, junto a su mujer Eliana Leguizamón, buscan en la cocina de mercado una reinterpretación de la cocina toresana. Destacan sus arroces en cazuela de barro, como el arroz a la zamorana con costra de cerdo o el caldoso con bogavante y langostinos. El jarrete de lechal asado, el solomillo de ternera al hojaldre con foie o el rabo de toro con uva tinta de Toro son especialidades de la casa. El toque dulce, con los canutillos de las cañas zamoranas rellenas de crema pastelera, invita a extensas sobremesas. // Restaurante Doña Negra. Odreros, 10. Toro / 980 987 068
Latarce, el templo de los asados
Toro puede mostrar orgullosa su cinco tenedores. Bodegas Latarce es uno de los restaurantes más conocidos, y visitados, por los toresanos (lo que siempre es buena señal). Un concepto que nace en barril pero que juguetea con el mundo de las cervezas o el concepto de los gastrobares. El minimalismo en la decoración del local se traslada a la mesa, donde se aprecia que menos, siempre, es más. Neutralidad y elegancia donde el sabor es el protagonista.
Entrantes que marcan el paso de un pequeño viaje gastronómico por lo mejor de la cocina castellana, como la cecina de León o el guiso de boletus con huevos estrellados y lascas de ibérico. El cabrito o el lechal conviven con otros platos no tan típicos, como el rodaballo con su piel crujiente o el bacalao al ajoarriero. Simple, pero efectista. Terminamos con un tiramisú casero hechizado con crema de orujo o las peras al verdejo. // Bodegas Latarce. Ctra. Medina de Rioseco, km1. Toro / 980 564 096
