Dónde comer bocadillos italianos en Barcelona: 'panini' y 'crostone' que desatan la locura

Recorremos cinco locales donde preparan bocadillos al momento, con ingredientes italianos de primera calidad y, generalmente, pensados para llevar

Óscar Gómez

Comunicador gastronómico

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El Gràcia de Compà (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez / Dónde comer bocadillos italianos en Barcelona: 'panini' y 'crostone' que desatan la locura
El Gràcia de Compà (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez / Dónde comer bocadillos italianos en Barcelona: 'panini' y 'crostone' que desatan la locura

Los bocatas italianos se expanden en Barcelona. Se viene una moda, no hay remedio. Embutidos de calidad, panes resultones (¿Con  mollica o senza?) y una capacidad de combinación sensacional para crear bocadillos jugosos, gruesos y sexys.

Los panini, las focaccias y los crostone se rellenan con lo mejor de la salumeria (charcutería) italiana. Son una buena manera de explorar los muchos quesos elaborados en el país y se salsean con burrata, cremas de seta o de pistachos, pestos variados…  que suelen actuar como mejorante cremoso y triunfal.

Casi todos los locales tienen pocas (o ninguna) mesa. En general, el producto está muy pensado para llevar. Normal, son bocadillos. Suelen mostrar en una enorme vitrina los distintos embutidos, quesos, carnes asadas y salsas. La fórmula es simple, bocatas hechos al momento.

Pides, sacan la mortadela, el speck o la porchetta y se ponen a lonchear.  A menudo, mientras planchan el bocata, te sugieren que cojas tu mismo la bebida de la nevera. ¿Quién se puede resistir, con la calor que fa? Te regalas el trago y te relames con la que se viene. Panini, crostone y focaccias, bienvenidos sean. Cuando la moda haya pasado, como es inevitable, quedarán los realmente buenos. Y ya está.

Santo Porcello, los primeros

EL Bella Ciao del Santo Porcello / Foto: Òscar Gómez
EL Bella Ciao del Santo Porcello (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez

Pioneros. Santo Porcello empezó cuando los bocadillos italianos no tenían presencia en Barcelona, y son uno de los indiscutibles e indiscutidos referentes en la ciudad. Nicoletta Acerbi y Antonio Pol han abierto dos bodegas italianas, una en Sant Antoni y otra en Sarrià (con estupenda terraza).

“Hacemos panini, no focaccias. Sólo tenemos una focaccia en la carta”, cuentan:  “Aunque es una opción del cliente pedir cada bocadillo en versión focaccia. Nuestro pan es artesanal y lo produce para nostros un horno de Barcelona. Despues de mucho ensayo/error hemos dado con el artesano perfecto para nuestros panini”. Están reconocidos con un Solete Repsol desde 2021.

De entre la docena de opciones, destaca la Bella Ciao, elaborada con culaccia, mozzarella, tomate semiseco y pesto de albahaca. Toma el nombre de la canción partisana y libertaria. El sabor de la culaccia salume típico de Parma elaborado con la parte más tierna del jamón o pata trasera— se complementa de maravilla con la potencia aromática de la albahaca. Bravo.

También excelentes los bocadillos con berenjena: el Peppone vegetal —berenjena asada, calabacín, ricotta, tomate semiseco, rúcula y alcachofas— y el Santo Porcello —salami, queso taleggio y berenjena—.

Conviene aprovechar el gran surtido de aperitivos italianos con platos de Parmigiano Reggiano cortado en lascas irregulares, esculpidas al momento y servidas sobre rúcula y acompañadas —me encantó este toque local muy italiano— con zumo de limón. Cebollitas envinagradas (a l’aceto) o pimientos rellenos.

Para terminar, buen café ristretto y belbele —heladito de nata con cobertura de chocolate— para acompañar. Tradición italiana. // Santo Porcello. c/Sepúlveda, 151, L'Eixample, 08011, Barcelona. Tel. 931 548 049. 

Oíma, il crostone napoletano

El 'crostone' Roberta en Oíma / Foto: Òscar Gómez
El 'crostone' Roberta en Oíma (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez

Estos muchachos son unos cachondos. Quiero decir, sus bocadillos, elaborados con rebanadas enormes que planchan hasta que quedan crujientes por fuera y jugosamente untuosos por dentro, son una barbaridad estallante de placer. Pero es que además ellos son de una simpatía y una locura divertida que desborda. Y eso es un plus.

Su local es sencillísimo, no tiene mesas —sí una pequeña barra donde la mitad de los comensales está en el local y la otra mitad está en plena calle— y se ubica en pleno barrio Gòtic.

Abrieron hace aproximadamente dos años para traer el crostone a Barcelona. Este estilo crujiente de bocata tiene su origen en Nápoles y tal como ellos mismos dicen se disfruta 1) eliminando las distracciones, 2) mordiendo, 3) masticando lentamente, 4) usando los sentidos y 5) siendo agradecido.

Y bueno, me parece una filosofía cojonuda, como sus bocadillos. Por cierto, todos bautizados con nombres de mujer. Espectacular el Roberta, con mortadela, próvola trufada y crema de pistachos. Italia en un crujiente bocado. Atención al Teresa, con albóndigas en salsa de tomate, provola ahumada y… ¡pimientos fritos de Padrón! // Oíma. c/Escudellers, 42, Ciutat Vella, 08002, Barcelona. Tel. 931 915 741.

Paninaro, focacceria toscana

El Santo Stefano de Paninaro / Foto: Òscar Gómez
El Santo Stefano de Paninaro (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez

Donde antes el restaurante Bronzo —uno de los restaurantes de mejor materia prima italiana de Barcelona—  tenía una salumeria, esto es, una chacinería de embutidos premium para comprar al corte, ahora encuentras un espacio para bocadillear italianamente: el Paninaro. Igual te suena el nombre de la canción ochentera de los Pet Shop Boys, inspirada en un movimiento cultural y hedonista nacido en el bar Al Panino de Milán.

Excelentes bocadillos, de una suculencia golosa descomunal. Pan top, planchado perfecto y un relleno muy abundante. Bocadillos de adicción. Pedimos consejo a Kiara, que es la italiana que nos atiende: queremos el bocata más cremoso de los que tenga.

Y nos sugiere droga dura, bocados de alta untuosidad: el Santo Stefano de mortadela, burrata y pesto de pistachos. Un clásico, lo preparan sideral. Excelente también el Santo Giovanni —ya ves que en el Paninaro, los bocatas tienen nombres de santo— con una finocchiona de escándalo (embutido toscano de carne de cerdo con semillas de hinojo), queso fontina del Valle de Aosta, tomate semiseco y aceite de limón. De locardos.

No tienen mesas en el interior del local, pero sí una barra alta con vistas al ajetreado barrio del Born. Para el bocado dulce, brioche caliente de Nutella con avellanas —San Pietro— o un cannolo de pistacchio —San Gennaro—. // Paninaro. c/Rec, 60, bajos2, Ciutat Vella, 08003, Barcelona. Tel. 934 596 443.

Compá, panino calabrese

El espectacular Gràcia de Compà / Foto: Òscar Gómez
El espectacular Gràcia de Compà (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez

Seré sincero, escribir esta pieza se me ocurrió zampando el Gràcia de Compá. Llevaba tiempo dándole a la meninge sobre la aparición de estos establecimientos y su exitazo indiscutido. Indiscutible. En Compá elaboran paninis con especialidades de Calabria, región sureña con salumi destacados: nduja, sorprassata y salsiccia.

Tienen locales en la Barceloneta y en el barrio de Gràcia, este segundo es donde servidor acude a gozarla con intensidad. La carta está escrita en la pared y como te digo, el Gràcia es un imprescindible: porchetta asada y loncheada al momento, provola (me pareció que ahumada) y patatas al horno.

Te puede sorprender, patatas en un bocata. Dale una oportunidad, es una delicia cremosa que conviene probar. Relleno más que generoso, simpatía a raudales y música sonando para animar el local. Pequeña, minúscula, terraza exterior y algunos taburetes en la barra si quieres disfrutar viendo trabajar al personal. 

Otro bocadillo singular y destacado: el Sanizzo. Elaborado con chorizo de Calabria, provola y… grelos. ¿Cómo te quedas? Vas a alucinar. // Compá. c/Escorial, 47, Gràcia, 08024, Barcelona. Tel. 930 323 863.

Bocaccino

La focaccia Genova de Bocaccino (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez
La focaccia Genova de Bocaccino (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez

En plena Rambla de Barcelona, en la fachada del Mercat de la Boquería. Más zona cero de turismo desatado no puede ser.  Podría ser una red flag de manual… pero no. En Bocaccino encontré calidad, simpatía…y unos precios francamente baratos. Diría que los más baratos de la ciudad.

Sorpresa, de vez en cuando la vida te besa en la boca con un bocata de speck —jamón ligeramente ahumado—, crema de setas, queso scamorza ahumado y rúcula. Le llaman Venezia, en este local todos los bocadillos tienen nombre de ciudad italiana.

Puedes pedir la versión grande (francamente grande) o una más reducida que te permite probar varios bocadillos, como el Genova a base de guanciale, crema cacio e pepe y crema carbonara —me sorprendió que no se llamara roma, con estos ingredientes— o el sorprendente Bologna, donde la panceta se combina con el contraste salado del queso azul gorgonzola y el toque dulce de la miel.

Para los golosos, final de fiesta con la focaccia Sorrento —Nutella, pistacho granulado— o la Alonzo, a base de queso gorgonzola, miel y avellana granulada. // Bocaccino. La Rambla, 85, Ciutat Vella, 08002, Barcelona. Tel.: 660 654 418.