Los mercados hay que reivindicarlos desde la gozadera practicante, sin rastro de romanticismo nostálgico. Que la militancia no nos borre la sonrisa. Son reductos de coquinaria directa, honesta y económica. Espacios de comunidad con la cocina abierta en canal, expuesta al ojo curioso. Los mercados necesitan (mucho) activismo gastronómico, pero que alguien me diga dónde está escrito que la lucha reivindicativa esté reñida con el disfrutar.
Una de las mejores cosas que se pueden disfrutar en un mercado es un desayuno del copón. En los buenos bares de mercado aún se encuentra, agazapado, el espíritu antiguo de los desayunos de arrieros y viajantes. Proletarios del carretera y manta se empujaban gaznate abajo bocadillos pringosos de los que pintan los mofletes con chorreras, guisotes de toma pan y moja, tortillas cuajadas de madrugada y chipirones encebollados que harían temblar de deseo al mismísimo Monsieur Maïllard. Bien saben los cocineros de mercado que para fidelizar a la clientela no hay nada mejor que hacerle cosquillitas en el paladar.
Aprovechando que se acercan los carnavales, momento álgido en estos espacios, repasamos algunas de estas paradas que trufan la red de mercados de Barcelona. La tradición todavía tiene mando en plaza y nos avanzan por línea interna que se avecinan tortillas y bocadillos con la butifarra de huevo, que se codearán en las barras y mesas con los clásicos calamares, capipota, samfaina, bacalao, montaditos y torreznos. Un festival. Bienvenidos al mercado, pasen y coman.
En este diminuto mercado tenemos un bar (con agradable terraza) donde preparan una samfaina gloriosa que cubre confitadamente un buen pedazo de bacalao. ¿Sabes ese perfume de la verdura cocinada a fuego lentísimo hasta convertirse en amor? Pues ese aroma tiene el plato. Apártate, Chanel; Dior, no me interesas; lo que quiero es salivar. Si les pides que te añadan unos filetes de anchoa sobre la tortilla de patatas te las ponen con una sonrisa. ¿No lo has probado? ya tardas.
Passeig de la Zona Franca, 178, 08038 Barcelona
Probablemente la parada-bar con una propuesta más sofisticada y elaborada a nivel culinario de toda la ciudad. Junto a platillos de alta tradición conviven bocados más refinados, pero siempre suculentos. Las manitas de ministro deshuesadas tras su paso por la baja temperatura, el salteado con setas, atún y foie. Bordan los huevos con setas, en especial con llangueta, pero si no es temporada que te los hagan con txipirones. Tiene mucha (mucha) clientela, te conviene madrugar.
La Rambla, 91, 08001 Barcelona
Situado junto a la puerta de uno de los mercados más interesantes de la ciudad, Joan Carles (el cocinero) es un enamorado de la cocina de tradición. Chipirones encebollados, pulpitos guisados con amor, montaditos según lo que ofrecen mercado y así todo, gran variedad y excelente atención. Hay que dejarse guiar, son muy simpáticos. Preparan unas tortillas bien gruesas, de cremoso interior. ¿Ya hemos dicho que son muy simpáticos? Pues lo repito, que se lo merecen, sin discusión.
Carrer de Sant Jordi, 6, 08028 Barcelona
Primera parada en el reino de las tortillas. Elena y Carmela bordan todo tipo de combinaciones: de patata, de espinacas, de alcachofas… Y si lo que te apetece es cuchara y mojapán, pídete unas manitas de ministro rustidas, unas salchichas con pimientos o una ternera a la jardinera. Atención: también preparan tortillas para llevar.
Carrer de Verdi, 200, 210, 08024 Barcelona
A este bar se viene a ver planchar en directo desde el palco de la barra para morder a continuación uno de los mejores bocadillos que servidor haya probado jamás, el de bacalao con pimientos y alioli. No apto para sensibilidades dietéticas: al Neme se viene a pecar. Si nos ponemos puristas, nos hemos salido de la Barcelona oficial… pero es que, en serio, ¿Cómo dejarlo fuera? Imposible, claro está.
Carrer Occident 1, 08903 L'Hospitalet de Llobregat
Sería injusto que el carisma imbatible de Juanito eclipsara la maravilla de los bocados que preparan en esa sagrada barra. Y sin embargo, ahí lo tienes con la sonrisa puesta. Todo el día, todos los días. Es espectacular. Excelentes salteados, con clásicos como sus garbanzos con botifarra negra, y toda clase de platillos gorrinos de alto octanaje palatal. Ollacas, guisos, cazos y cucharadas. La vida y la Boqueria al alcance de la mano, no la dejes escapar.
La Rambla, 91, 08001 Barcelona
Federico Ventura es el cocinero y propietario de este bar (con deliciosa terraza interior) que recientemente se ha mudado desde la misma calle al corazón del mercado. Guisa tremendo bocado de pato con salsa hoisin que sirve en mollete planchado, de impresión. Y su capipota con samfaina también es de alta suculencia. Si tienes el cuerpo saleroso y quieres darte un desayuno más refinado prueba sus canelones de roast-beef rellenos de queso. ¡Booom!
Carrer de Padilla, 255, 08013 Barcelona
Este bar situado junto a la entrada (con gran terraza exterior) recibe devotos de los callos, aunque en la última visita disfrutamos de un muy buen bacalao a la llauna con alubias (del ganxet, gran detalle de calidad) y unas tortillas de ajos tiernos con jamón que merecen revisita. Los viernes la Loli, su cocinera, prepara unos menús de que son hitazos (llama y reserva, para asegurarte la plaza, por favor). Detalle importante: el mercado cuenta con parking gratuito. Un chollazo a los pies de Collserola. Muy buen mercado, pequeño y disfrutón.
Passeig de la Vall d'Hebron, 130, 134, 08035 Barcelona
Carrilleras al oporto, caracoles, croquetas caseras, frituras excelsas, tortillas, torreznos y conejo guisado al estilo ‘Racó’. Todo esto, que no es poco, te espera para sorprenderte en uno de los mercados menos mediáticos de la ciudad pero con uno de los bares que más nos gustan. A la chita callando reventando el marcador del disfrutómetro de las mañanas. ¡Así se empieza el día en Provençals!
c/ Menorca, 19, 08020 Barcelona
Cuando unos especialistas en bacalao se ponen a servir platillos y bocatas la cosa se pone muy seria. Una carta extensa con abundancia de productos bacaladeros que van desde las croquetas y los canelones hasta maravillas delicadísimas como los guisantes del Maresme con tripa de bacalao. Espectacular. Salazones de alto nivel y otros platillos como la ensaladilla o la fideuá. Si te levantas tarde puedes incluso acercarte a tomar el vermut. No te cortes, se trata de disfrutar.
c/ de Mallorca, 133, 08036 Barcelona