¿El nombre es por el actor? La pregunta es obligada y la respuesta lo confirma. Aunque lo cierto es que tocaría hablar en plural: los actores. De entrada por Macaulay Culkin al que seguramente recordamos por Solo en Casa. Y su personaje y canción en Muchachada Nui, digámoslo todo. Pero ojo con los Culkin porque el hermano, Kieran Culkin, acaba de ganar un Globo de Oro por su magnífico papel en Succession.
Pero no estamos en Hollywood ni en una película de los 90, sino en el barrio de Sant Antoni donde hace unos meses abrió Culkin en una de las esquinas más cotizadas de esta zona. Se define como un wine cocktail bar con una propuesta de comfort food, pero algo nos dice que esa carta de presentación puede asustar a mucha gente.
Así que lo traducimos: vinos naturales, buenos cócteles, cocina sencilla pero reconfortante y el sello de la gente del cercano V de Vermut. Todo ello con cierto ambiente y decoración de los noventa —sin ser un bar temático, ojo— que acabará de encandilar a los que ya tenemos cierta edad. ¿Una reivindicación culinaria de esa habitación de adolescente que era siempre un refugio? Si alguien se anima por la vía sociológica podría ser un camino válido, pero lo cierto es que aquí hemos venido a comer y beber.
Sabores de cine
Recomendar algún cóctel es complicado porque prometen continua rotación según la temporada. Lo mismo con los vinos, donde mandan las referencias naturales, así que mejor preguntar y ponerse en sus manos. Cócteles que, por cierto, en muchos casos usan el vino como base de su receta.
A la hora de comer sí que hay algunos imprescindibles que, esperemos, se queden siempre en la carta. Empezando por un delicioso sándwich de pastrami con salsa vitello tonnato y coronado con una gilda. Uno de estos, un orange wine y ya lo tenemos. No solamente seremos los más cool del barrio, sino que, sobre todo, quedaremos encantados.
Otro plato que nos gustó mucho: el Mc&Ribs, su particular versión del clásico mac & cheese que tantas veces hemos visto en pantalla, pero aquí reformulado con galets y, atención, con costilla al estilo Texas. Un plato combinado que explica muy bien es concepto del comfort food que mencionábamos antes.
Grata sorpresa con el ceviche al aguachile, con orejones de albaricoque, aguacate y crujiente de maíz. La verdad es que nos hemos acostumbrado a no esperar mucho de los ceviches, pero este al salirse del guión consigue su objetivo: un entrante fresco, perfecto para compartir y que se lleva muy bien con la oferta de cócteles de la casa.
Aunque la carta es concisa, nos faltó más apetito para probar otro de los clásicos con los que se atreven en Culkin: el Philly Cheese, ese bocadillo con tiras de carne de ternera y que aquí acompañan con bien de queso fundido, por supuesto, y cebolla. Sí, también lo hemos visto en tantas series y películas que resulta imposible resistirse, así que habrá que volver.
De ambiente animado, abre a diario por las tardes y el fin de semana también los mediodías, con cocina ininterrumpida viernes y sábado desde la una del mediodía a la una de la madrugada. El ticket medio anda sobre los 25 euros aunque, claro, eso dependerá de cuántos cócteles queramos probar. // Culkin. c/Viladomat, 23, 08015 Barcelona. Tel.: 681 970 609