6 terrazas únicas en Barcelona: gastronomía prodigiosa para saborear el verano en compañía

Con el calor del verano es momento de disfrutar de las terrazas, a pie de calle o con vistas. Si además quieres comer de maravilla, apunta estas direcciones

Óscar Gómez

Comunicador gastronómico

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La Terrassa de les Indianes en el restaurante 1881 (Barcelona) / Foto: Instagram / 7 terrazas únicas en Barcelona: gastronomía prodigiosa para saborear el verano en compañía
La Terrassa de les Indianes en el restaurante 1881 (Barcelona) / Foto: Instagram / 7 terrazas únicas en Barcelona: gastronomía prodigiosa para saborear el verano en compañía

La inteligencia se puede medir de muchas maneras y una de ellas es la capacidad de adaptarnos a las circunstancias. Ya lo cantó el gran Kiko Veneno: “Hace calor, pregúntale a quien quieras, pregúntalo”. Estamos en el calor y es el momento de las terrazas, el momento de los bocados felices, del terraceo

Las terrazas son para el verano y para compartir momentos. Tengo la fortuna de formar parte de un pequeño comando de la complicidad gastronómica: Lluís, Babet, Cristina, Daniel,… ¿A ti te pasa? Probablemente sí. Hay mordiscos gregarios que se disfrutan más en grupo. Es lo que creo.

Seamos listos, pues, y adaptémonos a base de arroces en paella, sopas frías, croquetas con historia, tortillas de escándalo, bocadillos gourmetizados de gelatinas marranas o chuletones a la brasa. Hay de todo en esta lista porque existe una buena terraza para cada momento.

En mi caso son terrazas de Barcelona, que para eso es mi ciudad. La amo y me la meriendo a bocados siempre que puedo. El terraceo es un estado de ánimo, una fiesta. ¿Te apuntas? Es lo que deseo.

5 Hermanos

La terraza del restaurante 5 Hermanos en Canyelles (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez
La terraza del restaurante 5 Hermanos en Canyelles (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez

Canyelles es una barriada periférica en la periferia de Barcelona. O sea, Canyelles es doble periferia, donde la ciudad se funde con la montaña de Collserola. Arriba, bien arriba, en todo lo alto, disfrutamos mogollón con la terraza y la cocina del 5 Hermanos.

Cocina de tradición, cocina de familia: la aventura la inició Juana Buixó en los años 40 del siglo pasado. Y ahí sigue la familia Gerpe Feliu, tras cuatro generaciones: cocinando, sonriendo y triunfando. Frituras ligeras y crujientes, croquetas tradicionales (de bacalao, de pollo y la de jamón con los tropezones, Inolvidable), callos guisados con capipota —que viva la cuchara, carajo—, arroces de impresión y chuletones a la parrilla, impecables.

Triunfan, ya te lo he dicho, así que reserva antes porque son una institución exitosa del barrio. También cocinan para llevar, aunque en la terraza mola más. Esta terraza es un templo.

Qué la hace especial: la tranquilidad, la simpatía del personal, su fritura de pescado y sus croquetas con receta —literal— de la bisabuela Juana Buixó ‘Janet’. // 5 Hermanos. c/Federico García Lorca, 31, Barcelona. Tel.: 934 271 061.

La terraza del 7 Portes 

El restaurante 7 Portes en los Porxos d'en Xifrè, en Pla de Palau/ Foto cedida
El restaurante 7 Portes en los Porxos d'en Xifrè, en Pla de Palau / Foto cedida

El 7 Portes es historia viva de Barcelona y su terraza porticada es un espacio único y singular que merece visita, pleitesía y arroz. Este establecimiento abrió en 1836, situado donde el barrio Gòtic se abraza con el puerto, y ofrece cocina catalana tradicional de ejecución impecable: arroces cocinados en paella, canelones afamados en la ciudad, esqueixada, xató y otros platos históricos que ellos mismos etiquetan como ‘en peligro de extinción’.

Debemos destacar y destacamos la impagable labor de recuperación y documentación histórica de la familia Solé Parellada, que ha participado en la edición de nueve libros históricos de cocina catalana.

Para terminar, uno de los postres más bestias y disfrutones que recuerda mi ya viejuna generación: el pijama. Este dulce exceso se inventó a mediados del siglo XX en el 7 Portes y aún lo tienen en carta, claro. A mí me parece imprescindible si visitas el lugar donde nació, y si eres de los que lo considera como inabarcable, compartirlo es una opción. Disfrutarlo donde nació es un privilegio que conviene aprovechar. Dale.

Qué la hace especial: la historia, la tradición, sus arroces académicos, la historia, un poco más de historia y que puedes terminar con un pijama. // 7 Portes. Passeig d’Isabel II, 14, Barcelona. Tel. 933 193 033.

Bar Michigan

La terraza del Bar Michigan y sus tortillas / Foto: Instagram y Òscar Gómez
La terraza del Bar Michigan y sus tortillas / Foto: Instagram y Òscar Gómez

El Michigan es famoso por sus tortillas, al Michigan se va sobre todo a tortillear. Pídete el mix con cuatro variedades: de calabacín con trufa, de butifarra negra, de berenjena y la clásica patatas para triunfar. En la carta encontrarás platillos y tapas que mezclan lo tradicional con lo chic y sofisticado. Presentaciones impecables, servicio señorial, mesas de mármol y ambiente fino, pero desenfadado.

Situada en la zona alta de Barcelona, puedes disfrutar de un poderoso steak tartar de corte mediano que permite saborear a la perfección con la textura de la carne. Lo sirven con muy buenas patatas fritas a la minute. Y antes, puedes pedir ensaladilla rusa, cazón en adobo, buñuelos, patatas bravas,… si tienes ganas de cocina de tasca.

O lánzate a las ostras con cava, el tartar de atún rojo con emulsión de tomate o la exquisita selección de quesos si prefieres un bocado más sofis y delicado. Para el momento dulce, una tatín tibia con manzana caramelizada y una copita de vino dulce ‘de misa’. Mano de santo.

Qué la hace especial: la calidad y variedad de sus tortillas. // Bar Michigan. Travessera de Gràcia, 22, Barcelona. Tel.: 932 098 728.

Bar Bauma

La bomba de la Barceloneta del Bar Bauma (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez
La bomba de la Barceloneta del Bar Bauma (Barcelona) / Foto: Òscar Gómez

El Bauma es un bar histórico recientemente recuperado. Modernizado, pero no mucho. Una revitalización respetuosa con la historia del local, que fue sede de afamadas tertulias literarias y donde puedes disfrutar de una cocina sólida elaborada con ingredientes de calidad.

La cocina cuenta con Ferran Isard al frente y me gustó que elaboran absolutamente todo en la casa y que la carta está repleta de clásicos catalanes. Entre ellos, la bomba de la Barceloneta (no muy picante) o el fricandó metido entre rebanadas de tierno pan de brioche, con salsa abundante y el sabor intenso de las setas: como no estamos en temporada, trompetas de la muerte que son aptas para la conservación deshidratada.

La terraza tiene vistas privilegiadas a la Casa de Les Punxes, un icono de la arquitectura modernista, esa que petríficó para la eternidad el espíritu colorido y festivo del art déco. Eficaz equipo de sala, con Tiffany e Isabella a la cabeza. Por supuesto, la terraza también es una sala.

Buenas croquetas de rabo guisado, buen guiso de albóndigas con sepia, muy buen steak tartar para disfrutar a la fresca y final cremoso con tarta de queso de sabor y textura de estilo yanqui, pero moderando el dulzor para que no sea un exceso. Bravo.

Qué la hace especial: las vistas a la Casa de les Punxes, la historia del local, las croquetas de rabo guisado. // Bar Bauma. c/Roger de Lluria, 224, Barcelona. Tel.: 932 075 431.

La Terrassa de les Indianes - Restaurante 1881

Vista desde La Terrassa de les Indianes y uno de sus pescados a la parrilla / Foto: Instagram
Vista desde La Terrassa de les Indianes y uno de sus pescados a la parrilla / Foto: Instagram

La Terrassa de les Indianes es ideal si quieres cenar viendo como el sol se despide de Barcelona. Situada en la última planta del Museo de Historia de Catalunya y gestionada por el grupo de cocina vasca Sagardi.

En el restaurante 1881, que toma el nombre del año en que se construyó el almacén portuario donde se aloja, conviven la cocina catalana (buñuelos, arroces,…) y la parrilla vasca (piezas enteras de pescado salvaje como rape o rodaballos —de la lonja de Barcelona—, chuletones gigantescos que maduran ellos mismos y que puedes ver al entrar en el local,...).
Atención, la parrilla está a la vista y puedes disfrutar en modo voyeur si te acercas a verlos en acción —te aseguro que cuando el local está lleno, es un auténtico espectáculo—.

Muy buen ajoblanco con uvas, excelente arroz cremoso de gamba roja, para el postre no te pierdas su babá al ron, además de la tarta de queso Idiazabal (de oveja latxa): no se parece a las cheesecakes que son tendencia actual, tiene una consistencia firme, pero cremosa, similar a una quesada. Un pastel singular en un entorno extraordinario.

Zona de chill con música y trago largo, también accesible directamente sin necesidad de antes haber cenado. 

Qué la hace especial: las vistas al puerto, probablemente el mejor atardecer de Barcelona y su dominio de la parrilla vasca. Bola extra: espacio para disfrutar de cócteles y combinados. // La Terrassa de les Indianes.Plaça de Pau Vila, 3, Barcelona. Tel.: 932 210 050. 

Bodega Molina 1950

La Bodega Molina 1950 y sus calamares a la brasa rellenos / Foto: Òscar Gómez
La Bodega Molina 1950 y sus calamares a la brasa rellenos / Foto: Instagram y Òscar Gómez

 Vamos con otro local histórico recientemente recuperado. En este caso, una prestigiosa chacinería que durante décadas dio vidilla al barrio despachando embutidos de primera en esta plaza —no muy bonita, lo reconozco, pero la autenticidad de la carta justifica acercarse a terracear y pasar un buen rato—.

Me fascinó la familiaridad de la clientela con el personal, con Saída al mando. Con muchos clientes se saludaban por el nombre, gente del barrio. Cocina catalana bien hecha, una carta amplia, buenos guisos, buenas frituras y buenos sándwiches planchados.

Me fascinó también encontrar calamares a la brasa rellenos con butifarra de perol —este embutido aparece de nuevo en esta lista, en ambos casos lo considero mucho más que justificado; ojalá más perol en las cartas de Barcelona—, y me volvió a fascinar su ajoblanco con tartar de gambas. Buen plato de macarrones clásicos, gratinados.

Y me terminó de divertir encontrarme en los servicios un auténtico museo fotográfico dedicado a Julio Iglesias. Paredes alicatadas con docenas de fotos del cantante, dato no gastronómico pero divertido, y lo sabes.

Qué la hace especial: su calamar relleno de butifarra, su flan de mascarpone ultra-cremoso y la familiaridad con los vecinos del barrio.// Bodega Molina 1950. Plaça Molina,1, Barcelona. Tel.: 932 440 893.