Arranca la temporada de las famosas "calçotades", nuestra fiesta gastronómica más popular. El menú tradicional es siempre el mismo: calçots asados a llama viva sobre sarmientos y conservados calientes envueltos en papel de periódico, servidos sobre una teja junto a la salsa de calçots, una prima hermana del romesco, para continuar con carne a la brasa, normalmente cordero, butifarra y morcilla. De guarnición, patatas y alcachofas hechas también a la brasa y alubias salteadas en manteca. Y, de postre, crema catalana y naranjas. Casi nada.
El epicentro de este terremoto gastronómico está en Valls, que este año ha lanzado una campaña para promocionar la fiesta entre semana. Los fines de semana ya es complicado encontrar mesa en los restaurantes más emblemáticos, así que está bien hacer una escapada un día de cada día para dedicarnos en cuerpo y alma a esta cebolla calzada que tanto nos gusta.
Especialistas en calçots
Tradicionalmente, los calçots se asaban en los propios restaurantes a primera hora de la mañana, pero la popularidad de la calçotada estos últimos años ha hecho que proliferen especialistas que se dedican al cultivo y el asado del calçot para luego distribuirlo a restaurantes.
Uno de los pioneros, Majols Natura, ya vende más calçots asados en MercaBarna que en Valls, lo que nos da una idea de la dimensión que está tomando lo que empezó por accidente, cuando a finales del siglo XIX, a un payés de Valls se le quemaron unas cebollas tiernas y descubrió lo ricas que estaban.
Aunque parezca un contrasentido, las tradiciones que perduran son las que se adaptan a los tiempos. En Tarragona, hasta hace unos años, lo habitual era quedar con amigos o familiares en una parcela o una casa con jardín en la que se pudiera hacer una buena hoguera y así poder preparalo todo: los calçots, la salsa y la carne a la brasa.
La salsa fue lo primero que se perdió, aparecieron las industriales, cada vez mejores, así que la gente dejó de prepararla en casa. Después llegaron los calçots, que se pueden comprar asados y se ha acabado dando el paso definitivo, ahora, la mayoría de calçotadas se celebran en restaurantes.
Dónde comer calçots en Tarragona ciudad (y alrededores)
La temporada pasada ya hicimos una lista de recomendaciones de restaurantes dónde hacer una calçotada. En esta ocasión, vamos a empezar en Tarragona ciudad, por si uno aprovecha para hacer una vista a la Tarraco romana antes o después de semejante festival.
Mas Roselló
Lo hacemos en Más Roselló, un espacio único, con unos jardines espectaculares, a diez minutos andando del centro, algo más si se decide ir dando un paseo por la playa, bajando desde la Rambla Nova, pasando por el Anfiteatro, para ir bordeando el mar hasta llegar al pinar que esconde este emblemático restaurante.
El menú empieza con algo de picar: chips, olivas arbequinas y secallona. Siguen calçots de Valls, romesco casero y alcachofas a la brasa. También escalivada, es decir, pimientos y berenjenas asadas y escarola. Después, una parrillada de longaniza, butifarra negra y panceta, además de costillitas de cabrito rebozadas y a la plancha acompañadas de alubias de Santa Pau. De postre, crema catalana y naranja con azúcar mascabado. El menú incluye cafés, vino y cava, todo por 44 euros. // Mas Roselló. Passeig Marítim Rafael Casanova, 23, 43003 Tarragona. Tel.: 977 241 828
El Trull
También a diez minutos de Tarragona, pero en coche, encontramos El Trull, un restaurante con mucha historia. Está situado en una antigua almazara del siglo XVIII, así que el espacio es único. Tocando a la Platja Llarga, una de las más icónicas de la ciudad, también invita al paseo, antes para coger hambre o después para facilitar la digestión.
El menú empieza con un vermut de Falset, aceitunas y fuet. Después de calçots y salsa, llega la longaniza con alubias y las carnes a la parrilla, butifarra negra, butifarra blanca, panceta y costillas de cabrito rebozadas. De guarnición, escalivada y alcachofa a la brasa. Para acabar, se puede elegir entre crema catalana o sorbete de limón. El menú incluye vino, agua y café por 40 euros. // El Trull. N-340, Km. 1168,5, 43007, Tarragona. Tel.: 977 209 756
Mas de la Planella
Vamos a cambiar de aires. Nos alejamos del mar para llegar a Prenafeta, un pueblo con menos de 100 habitantes en el que encontramos Cal Gaya-Restaurante Mas de la PLanella. Una antigua masía con todas las características clásicas de estos pequeños centros de producción agrícola, reconvertida en casa rural y restaurante.
Su menú incluye calçots y su salsa, después las carnes, cordero, longaniza y butifarra negra, todo a la brasa y, de guarnición, alubias, alcachofas y patatas asadas. De postre, los clásicos, crema catalana y naranjas. El menú incluye agua, vino y cava, además de cafés, por 45 euros. // Mas de la Planella. Crta. de Montblanc, S/N, 43400, Prenafeta (Tarragona). Tel.: 977 862 306
Les Espelmes
Se acaba de abrir el túnel de la A-27, quince años después de la primera licitación para su construcción. Pasa bajo la sierra de Miramar, donde encontramos el restaurante Les Espelmes. Hasta ahora, había que pasar frente al mismo para superar el Coll de Lilla, pero nunca han sido un restaurante de carretera, más bien podríamos hablar de “restaurante destino”, así que no notarán cambios en la afluencia de público.
Fundado en 1970 como el Mirador de L’Alt Camp, debe su nombre actual a un hecho curioso. Cuando abrió, no disponía de luz, todas las elaboraciones eran a la brasa y el espacio se iluminaba con velas, “espelmes” en catalán. El menú es minimalista, incluye calçots con salsa, cordero a la brasa acompañado de longaniza, butifarra negra, alcachofas y alubias, de postre naranja y crema catalana e incluye pan tostado, agua, vino tinto, cava y café por 50 euros. La calçotada es una fiesta con un punto salvaje. En Les Espelmes encontramos su versión más refinada. // Les Espelmes. Crta.N-240, Km 28, Coll de Lilla, 43813 (Tarragona). Tel.: 977 601 042
Masia Fontscaldes
Para acabar, vamos a unos de esos restaurantes especialistas de gran capacidad y menú abundante, tanto para comer como para beber. El restaurante Masia Fontscaldes está situado en una masía del siglo XVII, así que uno ya puede hacerse una idea de la estética del espacio.
Llaman la atención las enormes barricas adosadas a la construcción principal, adaptadas como comedores privados con capacidad para doce comensales cada una. En el restaurante pueden comer 400 personas a la vez, así que ya nos podemos hacer una idea del ambiente que nos vamos a encontrar, más si tenemos en cuenta que son generosos con la bebida.
Se empieza con un vermut de la bota y unas aceitunas. Llegan después calçots y su salsa. Sigue una parrillada con cordero, longaniza, tocino, butifarra negra y chorizo barbacoa con alubias y alcachofa a la brasa, todo llega a la mesa sobre una parrilla y sus brasas, para mantener la carne caliente. La experiencia, como no, es ahumada. Además, allioli, pan tostado junto a un tomate maduro y unos dientes de ajo y una ensalada de escarola. Para acabar, naranja con vino dulce y crema catalana. El menú incluye porrones de vino blanco y tinto, cava, agua, café y un chupito de orujo por 45,10 euros. // Masia Fontscaldes. c/Josep Busquets, s/n, 43813, Fontscaldes (Tarragona). Tel.: 977 612 836
Vamos a acabar este paseo invitando a que disfrutéis de nuestra fiesta más popular también en casa, en su día ya recomendamos cómo hacerlo y hay numerosas webs en las que conseguir las materias primas con facilidad. Lo importante son los calçots, siempre es mejor que sean IGP Calçot de Valls, que garantiza su cultivo en las cuatro comarcas que lo han visto nacer. Hay que probar las dos versiones, la casera y la de restaurantes, para decidir con cual quedarse.