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Cuaderno de Viaje

Dónde comer en Fuerteventura (Canarias): los restaurantes más ricos y lo mejor de la despensa isleña

Recorremos la isla de Fuerteventura para descubrir algunos de sus productos locales y terminar en las mesas de buenos restaurantes que ponen al día la tradición

7 minutos

Papas con mojo del restaurante El Horno de Fuerteventura / Foto cedida

Cualquier época del año es buena para acercarse a Fuerteventura, una de las más desconocidas de las Islas Canarias. Incluso ahora, al final del verano, o en el otoño que se avecina, es un destino apetecible por muchos motivos.

Tiene un clima envidiable, 150 kilómetros de playas, maravillosas aguas de color turquesa, fascinantes dunas, una naturaleza un punto inhóspita y un mucho salvaje que atrae. Muy cerca de las costas africanas, es la primera de las islas que emergió del Atlántico hace millones de años y la segunda en extensión.

La belleza, el sol permanente, los arenales, el viento, hacen de ella un paraíso para surfistas, pero es una tierra amable y cálida que acoge a todo el mundo. Vive del turismo, como todas las islas del archipiélago canario, y recibe casi dos millones y medio de visitantes. Una barbaridad, si tenemos en cuenta que no llega a los 130.000 habitantes. 

La cocina de Fuerteventura

Parque Natural Dunas de Corralejo en Fuerteventura / Foto cedida

Conscientes de que la gastronomía es uno de los mejores motores turísticos, hace ya cinco años que se viene celebrando Paladea, un festival deportivo, musical y culinario que pretende promocionar la cocina y los productos locales. Un evento que permite tomarle el pulso gastronómico a la isla y ver por dónde va y qué se está haciendo en la cocina majorera, especialmente en los establecimientos de la comarca de La Oliva.

Y lo cierto es que en Fuerteventura conviven distintos estilos culinarios que reflejan la cultura isleña y también las influencias de visitantes y extranjeros radicados allí, un 38% de la población. Además la cocina ha ido evolucionando en técnicas y conceptos, se ha actualizado, fruto de las inquietudes de los chefs y hosteleros. Aún no está tan desarrollada como en otras islas, y le queda camino por recorrer, pero hay inquietudes, ganas de mejorar y hacer bien las cosas.

El producto local suele ser la consigna a seguir, pero no solo ceñido a los isleño o lo canario en general, sino que se centra muchas veces en lo que está más cerca, en los productores de la zona, eso que se llama kilómetro cero.

El Mercado de las tradiciones

El Mercado de las tradiciones de Fuerteventura / Foto: Raquel Castillo

En la localidad de La Oliva se encuentra una iniciativa muy interesante. Es el Mercado de las tradiciones, ubicado en la Casa del Coronel, una construcción histórica completamente renovada que viene a ser como una pequeña plaza de abastos de la comarca. Todos los martes y viernes reúne a unos quince productores locales y artesanos para que comercialicen sus productos.

Hay artesanía, pero lo que más llama la atención son los coloristas puestos de verduras y hortalizas recién recogidas de las huertas —auténticos vergeles en medio de un semi desierto—, los quesos, los aceites, las mermeladas y conservas, los mojos, los panes o los vinos, que pueden adquirirse in situ.

En el propio mercado, o en cualquier comercio repartido por la isla, es preceptivo probar o comprar como souvenir gastronómico el queso majorero. Es uno de los más singulares de Canarias (una de las tres del archipiélago), y de hecho fue la primera Denominación de Origen concedida a un queso de cabra en 1996. 

El queso majorero: con denominación

Diversos tipos de queso majorero de Fuerteventura / Foto cedida

Se elabora con leche cruda o pasteurizada de cabra autóctona majorera (los más viejos incorporan un 15% de leche de oveja para dar untuosidad). Un queso muy característico, ácido, incluso levemente picantes lo más curados, de masa compacta. Los hay frescos, incluso con un solo día, con tres o seis meses de maduración, incluso hasta dos años.

Pueden ir cubiertos con pimentón, gofio o AOVE, que les protege sobre todo cuando azota el aire caliente del sur. Y es que se curan en salas de maduración abriendo ventanas y puertas para que circule el aire, un sistema similar al que se utiliza en los secaderos de jamón. La mitad de las queserías existentes están fuera de la D.O. que no ampara, por ejemplo, a los tradicionales quesos en rueda de 8 kilos que siempre se han vendido porcionados en cuñas, y que a día de hoy siguen haciéndose.

Los aceites volcánicos: un sector que crece

El municipio de Corralejo en la isla de Fuerteventura / Foto: Canva

Es una sorpresa, pero sí, en Fuerteventura se hace aceite de oliva virgen extra. Se elabora a partir de cuatro variedades —verdial, arbequina, picual y hojiblanca—, envasada por trece productores y, por ahora, de consumo casi exclusivamente local. Pero en un sector al alza.

Ya hay más de 250 productores de aceituna y en la última campaña se han elaborado 30.000 litros. Incluso se está sustituyendo el cultivo de tomates por el de olivos, con las vistas puestas en los millones de turistas que acuden a la isla deseosos de probar y comprar productos isleños.

En Fuerteventura se empieza a recoger la aceituna muy pronto, en julio, y los AOVEs que a los que da lugar son de intensidad media-alta, un punto salinos, volcánicos, elaborándose principalmente con arbequina, que se ha ido plantando a expensas de la consejería de Agricultura.

Pero muchos productores optan por los coupages en los que participa la picual, que le otorga acidez, de ahí que estén apostado por su cultivo. Uno de los más reconocidos es el Teguerey (10 euros), producido en Fuerteventura por Luis Hernández Santana, que ha sido elegido como la mejor producción de Canarias en el Concurso Oficial de AOVE Agrocanarias. 

Los vinos: recuperando variedades

Viñedos y vino de la bodega Tindama de Fuerteventura / Foto: Raquel Castillo

En Fuerteventura se hace vino desde tiempos de la colonización y ellos mismos cuentan que la parra más antigua de Canarias está en esta isla. Pero el trabajo en la viña se fue abandonando con el tiempo y ahora parece estar resurgiendo. Variedades como la majorera, la listán prieto, la hoja moral, la malvasía y la listán blanco se emplean en una producción muy pequeña dedicada al consumo propio y local.

Actualmente hay algo más de 30 lagares y 175 viticultores pero solo cuatro bodegas embotellan sus vinos y de ellas dos, Conatvs y Gavias el Sordo, lo hacen amparados por la D.O. isleña, incluida en la genérica D.O.Canarias. Otras como Tindama, que elabora dos mil botellas entre blancos y tintos prefieren permanecer fuera de la denominación por las trabas y exigencias que imponen.

En cualquier caso una producción muy pequeña que va a ir creciendo en los próximos años con la recuperación de variedades y la demanda del mercado.

Dónde comer en Fuerteventura: 9 restaurantes

Restaurante El Roque de los Pescadores de Fuerteventura / Foto: Raquel Castillo

En todos los restaurantes, bares y casas de comidas isleñas se rinde culto al producto local. A los quesos, los guisos, la carne de cabra y el cabrito, los pescados y mariscos y el gofio tan omnipresente como las papas con mojo

Un recorrido por la comarca norte de la isla no puede llevar desde la tradición más absoluta a las recetas puestas al día, las propuestas de cocina contemporánea o el producto tratado con hechuras actuales.

En El Horno (Villaverde), un comedor típico con mucho encanto, Antonio Rodríguez y su socio llevan 19 años ofreciendo una cocina casera tradicional en la que no falta el carpaccio de pulpo, el gofio escaldado con caldo de marisco, una rica garbanzada, las carajacas (hígado, pulmón y corazón de cabrito) o el cabrito asado, especialidad isleña muy apreciada.

Nigiri de gofio del restaurante Casa Marcos en Fuerteventura / Foto cedida

Marcos Gutiérrez, cocinero y propietario de Casa Marcos (La Oliva) tiene un precioso restaurante rehabilitado con huerta en el que le da una vuelta a platos de siempre, aunque siguen destilando canariedad. Así su uramaki de gofio basado en un cocido de pescado en salazón y mojo rojo, el ceviche de atún con miel de palma, el paté de hígado de cabrito, o la jugosa carne de cabra compuesta, un riquísimo estofado totalmente tradicional.

El pescado y los mariscos son la seña de identidad de El Roque de los Pescadores (El Cotillo) que tiene al frente de la cocina al chef marroquí Mbarek Kakdar, majorero de adopción. Su carta está pensada para lucir el producto del mar puesto al día. Y en la mesa platos logrados como el tartar de vaca vieja sobre brioche de maíz, el carpaccio de gamba de La Santa, el pulpo canario con parmentier de papa, las lapas a la plancha o el gofio sobre cascos de cebolla roja.

Pierna de cordero en demi-glace del restaurante Platanera en Fuerteventura / Foto cedida

La opción más moderna la representa La Platanera (Corralejo), un complejo turístico con cinco años de vida. El restaurante (con agradable terraza en la azotea) sirve cocina actual en la que tiene cabida el producto local tratado con un toque personal del chef. Cocina solvente, bien presentada en su ceviche de sama roquera con apionabo, el pulpo con papas, mojo y ajonegro o el cordero en demi-glace con pimiento.

Pero también se puede comer una buena carne de vaca. O de res, que diría su propietario. Y es que el dueño de La Mamma (Corralejo) es un argentino-majorero que lleva 40 años en Fuerteventura. El simpático Gustavo Astrada importa las carnes directamente de la Pampa, Irlanda o Estados Unidos. Merece la pena probar los jugosos cortes de solomillo y lomo alto argentino  de la raza angus, de perfecto punto en la parrilla. Tampoco sus pizzas y empanadas argentinas desmerecen.

Otras direcciones interesantes serían La Puipana, en Puerto del Rosario (croqueta de cherne, lomo de pescado fresco con gofio); Locande, en Villaverde (cabra tonnata, ensalada de siete tomates canarios); Jamonería Caracandado, en Corralejo (pulpo y papas arrugadas, queso frito), o también Olivo Corso, en El Cotillo (bomba de cabra y crema de queso majorero de Olivo).