Desde el año 2011, la cultura vienesa del café pertenece al Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO. De hecho, en Viena hay más de dos mil cafeterías de todo tipo, ya sea un establecimiento histórico, un acogedor café-pastelería o un moderno café de especialidad. Y en todos ellos se puede desayunar muy bien, preferiblemente acompañando el café con un buen dulce.
Más allá de visitar la Ópera de Viena o la Catedral de San Esteban, nos hemos alejado un poco del casco antiguo (Innere Stadt) y del epicentro turístico de la capital austríaca para pasear por los distritos 2 y 4 —los distritos se conocen como grätzel—, tomar el pulso de otros barrios que también vibran de actividad y así descubrir cinco locales, muy diferentes entre ellos, donde empezar el día como lo haría un auténtico vienés.
Café Goldegg
Si buscas un típico café vienés, este establecimiento de 1910 que conserva su arquitectura de estilo Art Nouveau es una excelente elección. Fundado como Café Dobner, fue lugar de reunión de los trabajadores ferroviarios y, durante el periodo nazi, sirvió como lugar de reunión para sindicalistas y socialistas revolucionarios perseguidos.
Actualmente ofrecen excelentes desayunos, siempre acompañados de buen café: el canónico english breakfast, bollería artesana, su morning muffel para valientes —panecillos rellenos de huevo, tocino frito, salchichas y lechuga—, una opción más cercana a la cocina de Oriente —con hummus, yogur y frutas— o su Goldegg especial, entre otros.
Para los que quieran probar la cocina tradicional vienesa, ya en horario de comida, en su carta no faltan las salchichas, las sopas con dumplings de sémola, el goulash o el schnitzel, el escalope empanado que es uno de los platos más icónicos de la cocina austríaca.// Café Goldegg. Argentinierstraße, 49, 1040, Viena (Austria).
NENI am Prater
Montañas rusas, tiovivos, una noria que es emblema de la ciudad y otras atracciones vintage configuran el paisaje del parque de atracciones del Prater, el más antiguo del mundo y una de las paradas indispensables en Viena. A muy pocos pasos se encuentra el hotel Superbude que, con un ambiente joven y un modernísimo diseño, es una magnífica (y asequible) opción de alojamiento.
Su rooftop esconde el restaurante NENI am Prater donde todos los días se puede disfrutar —no hace falta estar alojado— de unas vistas únicas al parque y de un delicioso buffet de desayuno: hummus y panes variados, ensaladas de legumbres, mezze, falafel y otros platos que viajan por todo el mundo, con especial interés en la cocina israelí y de Oriente Medio.
Esto se debe a que su creadora es Haya Molcho, una chef nacida en Tel Aviv que triunfa con sus restaurantes en otras ciudades europeas —tiene uno en el Port de Sóller (Mallorca)— y que ha publicado varios libros de cocina. Un buffet variadísimo, abundante y saludable para afrontar una jornada en el parque. // Neni en Superbude Wien Prater. Perspektivstraße, 18, 1020, Viena (Austria).
Vollpension
Vollpension además de ser una cafetería de lo más acogedora, que parece trasladarnos al comedor kitsch de nuestra abuela, es un proyecto social que enamora. El motivo es que aquí personas mayores ya jubiladas tienen la oportunidad de volver a sentirse activos —y acompañados— trabajando codo a codo con jóvenes mientras despachan cafés y hornean tartas artesanas, algunas de ellas elaboradas a partir de recetas familiares.
Su carta de desayunos es extensa, con diversas opciones de tostadas, rolls, sándwiches y todo tipo de tartas: de crumble de manzana, de merengue de café, de limón con grosellas, de chocolate con ponche de huevo casero, de café y nueces... que invitan a combinar con cafés, zumos, sodas y, por qué no, con un prosecco o un buen spritz.
Disponen de una carta específica para meriendas, y en verano su terraza es una buena opción para contemplar el ambiente y la vida del distrito 4. Cuentan además con otra cafetería en el distrito 1 y ofrecen su experiencia en formato pop up, además de un merchandising en forma de cuadros de punto de cruz y tazas de cerámica retro que querrás llevarte a casa. // Vollpension. Schleifmühlgasse, 16, 1040, Viena (Austria).
Carl Ludwig Café
Las cafeterías de especialidad también invaden las calles de Viena, una suerte de versión modernizada de los cafés tradicionales. En Carl Ludwig Café utilizan granos recién tostados por el mejor tostador artesanal de Austria, Charles Fürht, que se comercializan de forma ética. Su mejor secreto: la terraza trasera con una vista exclusiva del hermoso palacio Erzherzog Carl Ludwig.
Todos sus cafés (desde espressos hasta cafés helados) se pueden acompañar con tartas, bollería y bocadillos elaborados con ingredientes de productores locales, aunque también ofrecen cervezas, tés, limonadas ecológicas y una selección de vinos.
Por cierto, los dulces son de Öfferl, una cadena de panaderías artesanas —trabajan con panes de masa madre ecológicos— que cuenta con diversos establecimientos en Viena y que también podemos incluir en nuestra ruta de desayunos. Además de bollería, bocadillos y pasteles orgánicos, una de las grandes especialidades de Öfferl es el striezel, un delicioso brioche trenzado típico de Austria que elaboran en distintos tamaños. // Carl Ludwig Café. Favoritenstraße 7, 1040, Viena (Austria).
Meinklang Hofladen
El producto de proximidad (de verdad) manda en este proyecto familiar que tiene origen en una explotación agrícola ubicada en el Parque Nacional Neusiedlersee, declarado Patrimonio de la Humanidad, y que se instala en la ciudad de Viena, en este caso en el distrito 5, en forma de esta moderna tienda de comestibles.
Aquí se pueden comprar carnes y verduras (frescas y encurtidas), que provienen de su granja; y vinos naturales, que elaboran en sus viñedos. Así como unos deliciosos panes artesanos de masa madre, que preparan con sus propios cereales, algunos de ellos antiguos y que han recuperado. De hecho, el grano se muele en el sótano y se hornea en la panadería abierta al público.
Y es que en este espacio en el que la sostenibilidad requiere rascarse un poco el bolsillo, también se viene a desayunar su bollería artesana, sus focaccias, sus bocados dulces o sus mueslis con frutas frescas. Para el que quiera comer, la carta brilla por la sencillez y por su voluntad de poner ese buen producto en el centro, sin artificios. // Meinklang Hofladen. Margaretenstraße, 58, 1050, Viena (Austria).