Existen poderosas razones para visitar este encantador enclave mediterráneo. Y es que a poco más de una hora en coche desde Girona se encuentra uno de los rincones más seductores del sur de Francia. Ubicado en el departamento de los Pirineos Orientales, en la bella región de Occitania, Collioure tiene todos los ingredientes para una escapada irresistible. Un rico patrimonio histórico, artístico y cultural enmarcado además por un entorno natural incomparable.
Su influjo te atrapa nada más llegar al contemplar la espléndida panorámica que la bahía de Collioure regala a nuestros ojos, con el Fuerte de San Telmo, el imponente Castillo Real, la iglesia fortificada de Nuestra Señora de los Ángeles y el antiguo faro, el puerto y la playa de San Vicente que anticipa la entrada al antiguo barrio de pescadores salpicado de casas con fachadas coloridas y floridos balcones.
Paisajes y rincones bañados por una luz tan excepcional y unos colores tan puros e intensos que Henri Matisse y André Derain encontraron aquí la inspiración para alumbrar el fauvismo. El influjo que atrapó a estos dos grandes maestros de la pintura se percibe en cada paraje de la bella localidad portuaria. Y hasta podemos imaginarlos frente a sus caballetes, absortos en su proceso creativo, siguiendo la Senda del Fauvismo, un recorrido que marca con reproducciones de sus obras los lugares que plasmaron en sus célebres cuadros.
Pero hay otro motivo exquisitamente seductor para visitar la “perla de la Costa Bermeja” y es su gastronomía. Aquí va una lista de restaurantes y una visita gourmet imprescindible para conocer todos los secretos de su producto más emblemático, la famosa anchoa de Collioure.
Le 5ème Péché
Los vínculos de la localidad francesa con su vecina Cataluña son numerosos, no solo por la proximidad geográfica sino porque a lo largo de su historia ha formado parte de los reinos de Mallorca y Aragón y permaneció en los dominios españoles tras la unificación con Castilla hasta finales del siglo XVII que pasó definitivamente a manos francesas.
Lógicamente, es en la gastronomía donde encontramos su vínculo más sabroso. El primer ejemplo se ubica en pleno centro histórico, en el restaurante del chef Masashi Iijima, Le 5ème Péché. Un pequeño establecimiento (conviene reservar con antelación) donde este experto cocinero deleita a sus comensales con platos sorprendentes fruto del “saber hacer catalán más el saber hacer japonés”.
Ahí reside la esencia de una propuesta única que prescinde de carta y condensa el talento culinario de Iijima en un menú omakase (a elección del chef) en función de los productos que él mismo selecciona a diario entre los mercados y productores locales. Todo un descubrimiento. // Le 5ème Péché. 16 rue de la Fraternité, 66190, Collioure (Francia).
La Balette (Hotel Le Relais des Trois)
El chef con una estrella Michelin Laurent Lemal dirige La Balette, el restaurante gastronómico del hotel Le Relais des Trois Mas. Ubicado en un idílico lugar frente a la bahía de Colliure, su sofisticada carta seduce tanto como las magníficas vistas. Los productos locales son los protagonistas de una propuesta aderezada con numerosos guiños a la cocina catalana y mediterránea.
Así los aperitivos se presentan como un pequeño paseo por Cataluña que en el plato se transforma, por ejemplo, en una deliciosa tartaleta cremosa de pino del Canigó o en una cargolada contemporánea. En los principales la fusión se hace realidad en la paella de espuma de arroz con pimiento de piquillo, en pescados mediterráneos como el atún con ravioli y puré de almendra caramelizada o en el cordero ibérico rustido al ajo y al tomillo.
Los buenos vinos de la zona maridan los diferentes menús (Certitude, Inspiration y Confiance) cuyos precios oscilan entre los 105€ y los 160€ (bebidas no incluidas) por persona. // La Balette. Hotel Le Relais des Trois Mas. Route de Port-Vendres, 66190, Collioure (Francia).
Mamma (Hotel Les Roches Brunes)
Situado también junto al litoral, frente al idílico paisaje de la bahía, el acogedor restaurante del hotel Les Roches Brunes es un canto a los sabores mediterráneos. El chef Florian Rossignol y su equipo adaptan periódicamente la carta para adaptarla al producto fresco y de temporada. Sus fogones se nutren del mar y de la tierra y en su bodega encontramos numerosas referencias de vinos naturales de productores catalanes, eso sí, sin descuidar tampoco los excelentes vinos de la región.
Para los amantes de los cócteles o para aquellos que quieran tomarse una copa frente al mar, el bar del Mamma ofrece una gran variedad de bebidas en un espacio elegante, cálido, decorado con piezas artesanales como las damajuanas donde envejecen los Banyuls AOC o terracotas catalanas de La Bisbal. // Mamma. Hotel Les Roches Brunes. 15 Route de Port-Vendres, 66190, Collioure (Francia).
Le Jardin de Collioure
Esta dirección sea quizás la más familiar y además con una excelente relación calidad-precio. Le Jardin de Collioure es todo un referente de la zona y uno de los favoritos de los locales. Ubicado en un antiguo convento del siglo XIII, el restaurante dispone de varias estancias, un acogedor salón interior, un hermoso patio y un espléndido jardín, para disfrutar un carta generosa en propuestas.
Aunque su especialidad son las carnes y los pescados a la brasa, también son muy populares otros platos como la mariscade royale à l’Armagnac, la zarzuela de la maison, la cargolada o la anchoïade de Collioure. // Le Jardin de Collioure. 4 Route de Port-Vendres, 66190, Collioure (Francia).
Anchoas Roque
La tradición de conservar el pescado en salazón para mantenerlo en estado óptimo durante más tiempo no es nueva, su práctica se remonta hasta la Edad Media. En Collioure, en el siglo XIX, el sustento de muchas familias dependía de esta actividad que en aquella época vivía momentos de esplendor.
Más de 150 años después de su fundación, Anchoas Roque sigue dedicándose a la salazón de pescado azul manteniendo los secretos de un oficio que requiere paciencia y no poca destreza. Todo un arte perpetuado por la que ya es la quinta generación de un próspero negocio fundado en 1870 por Alphonse Roque, tonelero y experimentado salador.
Hasta 1960, este versátil y sabroso pescado se capturaba con lámpara en las llamadas barcas catalanas. Ahora no es así, las embarcaciones y la técnica de pesca han evolucionado con el tiempo. Pero lo que apenas ha cambiado es el método tradicional de elaboración en el que la sal, los tiempos de maduración y unas manos delicadas y expertas son fundamentales para obtener un producto de gran calidad a partir de una excelente materia prima.
Anchoas Roque elabora una amplia gama de productos que van desde la clásica anchoa salada, en vinagre o en aceite, la anchoa marinada o boquerón, hasta las aceitunas rellenas o la sabrosa anchoada. Además ofrecen visitas a sus talleres, con degustación incluida, totalmente gratuitas. // Anchoas Roque. 17 Route d’Argelès, 66190, Collioure (Francia).
