La llegada de la primavera hace que Central Park se llene de turistas y cerezos en flor. En Nueva York, las vibrantes calles del Midtown rebosan de transeúntes procedentes de centenares de países diferentes. Más allá de los neones, polvo y ruido que los visitantes, a menudo, se ven abocados a consumir en cadenas de comida rápida alrededor de Times Square, existen barrios como el East Village, al este de Manhattan, alejados de lo artificial y donde se pueden encontrar pubs, cafeterías, pastelerías y pequeños restaurantes y tiendas con mucho carácter.
Londres tiene su Camden Town, Copenhague mantiene su Christiania —la “ciudad libre” escandinava— y, en Nueva York, el East Village vibra con ese carácter joven, reivindicativo y social que falta en una jungla de hormigón como es la Gran Manzana. Con un estilo que bien nos podría recordar al europeo, sus calles son plurales, sociales y llenas de colores. Visitar este barrio es sumergirse en un crisol de culturas de aquellos que llegaron a la ciudad buscando el sueño americano. Un paseo entre cementerios laicos, grafitis y tiendas de ropa de segunda mano que tampoco decepcionará al viajero más foodie. De Houston Street hasta la calle 14, es hora de sumergirse en la Nueva York más “indie”.
McSorley’s Old Ale House
La primera parada de este tour gastronómico nos lleva a las raíces irlandesas del East Village. McSorley’s Old Ale House está considerado el pub más antiguo de la isla. Abierto por John McSorley en 1854 —sólo tres años después de su llegada en un barco procedente de Liverpool—, la taberna, gestionada por la familia Maher, destaca por un bizarro interior con cervezas artesanales densas. Según reza su lema, presidentes, residentes, escritores y ladrones han compartido mesa entre panecillos, queso y pintas de cerveza. // McSorley’s Old Ale House. 15 East 7th Street, New York, NY 10003, Estados Unidos.
Veselka
Quien ha visitado Nueva York sabe que cada calle o distrito cuenta con un carácter propio, que puede cambiar a dos manzanas de distancia. Así, dentro del East Village podemos encontrar lo que se conoce como Ukrainian Village, la mayor comunidad de ucranianos y migrantes de Europa del Este. Esta rica mezcla cultural se aprecia en su catedral ortodoxa así como los diferentes bares del barrio. Veselka es una parada obligatoria, por su gastronomía ortodoxa y, sobre todo, por su brunch —fines de semana y festivos de 9 a 15 horas —, un oasis gastronómico donde no faltan salchichas tradicionales o pierogi, empanadillas rellenas de bacon y patata. // Veselka. 144 2nd Avenue, New York, NY 10003, Estados Unidos.
Porto Rico Importing Co
La cercana Universidad de Nueva York permite que el barrio se nutra de un ambiente juvenil fuera de lo común. Así, entre tiendas de ropa vintage y delicatessen japonesas, nos encontramos con una tienda de café y tés, también cafetería, que es un todo un emblema entre la comunidad universitaria. Porto Rico Importing Co. destaca por su café tostado de gran calidad y con cuerpo. Aunque cuenta con tres localizaciones en la zona baja de Manhattan, ésta del East Village es la original de 1907. Un local vibrante y lleno de color que nos trasladará a la esencia del musical West Side Story. // Porto Rico Importing Co. 40 St Marks Place, New York, NY 10003, Estados Unidos.
Veniero’s Pastry
Que el reducto a lo que se ha visto sometido Little Italy ha hecho que se convierta en una calle para turistas, es innegable. Fuera del circuito mainstream más popular, es posible consumir dulces italianos de calidad con una excelente relación calidad-precio. Es el caso de la cafetería y pastelería Veniero’s, tercera generación en este obrador que, desde 1894, nutre de cannoli —los tradicionales dulces de Sicilia (Italia) en forma de canutillos crujientes y rellenos de queso ricotta— a toda la ciudad. Su New York cheesecake también merece nuestra atención. // Veniero’s Pastry. 342 E 11th St, New York, NY 10003, Estados Unidos.
Ray’s Candy Store
Aunque de apariencia decadente, existen algunos locales que son auténticas píldoras de cultura americana. Es el caso Ray’s Candy Store, una joya del exceso neoyorkino que como reza la visera de Ray, es el “old soul” de Nueva York. Batidos, tés helados y cafés de sabores imposibles se quedan relegados a un segundo lugar cuando hablamos de dulces fritos. Su especialidad, las galletas Oreo fritas. Un local rompedor, caótico, que cumple noventa años en este barrio y se aleja de las trampas para turistas para abrazar la esencia de Nueva York.// Ray’s Candy Store. 113 Avenue A, New York, NY 10009, Estados Unidos.