Para el turista primerizo, Nueva York es sinónimo de Manhattan. Frenética, vibrante y, a veces, algo absurda. La manzana más cosmopolita del mundo, es un hervidero de turistas, freaks, hombres y mujeres de negocios y neoyorquinos que parecen camuflarse entre las hordas de visitantes que abarrotan las plazas, los miradores de los rascacielos y algunos de los puntos más emblemáticos de la ciudad: Times Square, el Empire State, el Flatiron Building, la catedral de San Patricio,...
Los puestos callejeros de comida, así como otros enclaves gastronómicamente estratégicos de películas legendarias hacen que muchos crean que la Gran Manzana es sinónimo de fast-food de dudosa calidad. Y lo es, no nos engañemos, aunque existen pequeños refugios gastronómicos, de fantástica relación calidad-precio, con productos frescos y de calidad, en los entornos más turísticos. Dónde comer en Nueva York sin caer en trampas para turistas es posible y os lo demostramos.
Katz’s Delicatessen
Muy cerca del East Village, uno de los barrios con más raza de Manhattan, nos encontramos con todo un secreto a voces de la cosmopolita gastronomía neoyorquina. Katz’s Delicatessen muestra con orgullo sus letras rojas sobre fondo blanco en la misma ubicación desde hace más de cien años. De origen judío, sus bocadillos de pastrami son mundialmente famosos y toda una tentación. Carne de ternera curada durante más de treinta días, que permite que sus fibrillas se deshagan en la boca, obteniendo una carne jugosa y llena de sabor. El relleno es apto para estómagos alegres: los característicos pepinillos encurtidos o, bien, al natural; y una dosis de mayonesa o mostaza.
Su interior, por donde ha pasado lo mejor del papel couché americano, deja claro que estamos ante unos deliveries con más solera de Estados Unidos. Además, ofrece souvenirs y packs con sus productos para quienes quieran llevar el sabor del East Village a su casa. Aunque, sin duda, si queremos sumergirnos en la tradición neoyorquina, debemos degustar el sándwich de pastrami en las diminutas mesas de su local. // Katz’s Delicatessen. East Houston Street, 20. New York, NY 10002, Estados Unidos. Precio: 30€ (sin bodega, incluidas tasas y propina).
Lombardi’s Pizza
Se la considera la primera pizzería de Manhattan y, con este título, se podría pensar que el reclamo turístico hace el resto. Aunque es cierto que el público que la frecuenta es extranjero —en su mayoría—, no es descabellado ver grupos de amigos o familias de la propia ciudad. Una señal inequívoca de que estamos ante una trattoria de pasta fresca, con una buena relación calidad-precio y donde no podemos irnos sin probar, además de sus pizzas, los característicos macarrones con albóndigas o simplemente sus grandma meatballs.
Y aunque no podemos pedir una calidad excesiva a estas enormes bolitas de carne, cumplen con un estándar. Un restaurante perfecto para quienes visitan el barrio de Chinatown o Little Italy, pero pretenden comer en un auténtico italiano. // Lombardi’s Pizza. 32 Spring St. New York, NY 10012, Estados Unidos. Precio: 28€ (sin bodega, tasas y propinas incluidas).
STATE Grill & Bar
No podemos negar que comer rico, con un mínimo de calidad y con un presupuesto ajustado en el Midtown de Manhattan, es tarea complicada. Pero no imposible. Se puede disfrutar de una cocina muy interesante a los pies del propio Empire State Building: STATE Grill & Bar es el enorme bistró que se encuentra en la planta calle del icónico rascacielos. Con una hermosa decoración art-decó, ofrece una pequeña carta donde no faltan ensaladas, hamburguesas y cortes de carne.
Sin duda, una experiencia diferente y que, lejos de lo aparente, no está del todo enfocada a los turistas ya que no es un restaurante demasiado conocido y se frecuenta por los propios trabajadores de la zona. Imprescindible su ensalada con bacon, queso azul y aguacate o la hamburguesa de cuarto de libra, con una pieza de ternera jugosa y un toque ahumado delicioso. Ofrece servicio de bar, perfecto para disfrutar de un cóctel en este icónico edificio. Seguro que pronto aparecerá King Kong. // STATE Grill & Bar. 21, West 33rd St. New York, NY 10118, Estados Unidos. Precio: 42€ (sin bodega, tasas y propinas incluidas).
All’Antico Vinaio
La vibrante Times Square es, para muchos, el centro del universo. Un frenesí de impactantes anuncios y una zona plagada de grandes cadenas fast-food donde parece imposible comer sin caer en congelados de dudosa calidad. Pero, en Nueva York, todo es posible. A pocos metros de la plaza, nos encontramos con All’Antico Vinaio. Un coqueto local donde, cada hora, se preparan foccacias recién horneadas y bañadas en un generoso aceite de oliva que impregna la masa de un sabor único.
Como no podría ser de otra manera, todo en Estados Unidos lleva su propia versión —habitualmente XXL—, por lo que en All’Antico encontraremos bocadillos de focaccia de este tamaño listos para llevar o para consumir en el local: con rúcula, embutido italiano cortado al instante o el especial de roast-beef.
Esta pequeña casa di mamma está regentada por inmigrantes italianos. Un refugio sin pretensiones, con producto fresco y de origen, que salva los estómagos (y carteras) de los turistas. // All’Antico Vinaio. 729 8th Ave, New York, NY 10036, Estados Unidos. Precio: 18€ (sin bebida, tasas y propina incluidas).
Burger Joint
Si muchas veces la gastronomía roza el espectáculo, en Nueva York podemos elevarlo al cuadrado. Nada como un hotel de lujo para albergar una hamburguesería clandestina que hace las delicias de los turistas. Hace meses, su ubicación era un pequeño sótano con poco aforo y paredes llenas de grafitis que hacía que el contraste fuese aún mayor.
Ahora el secreto se ha descubierto y, aunque resulta extraño atravesar el lobby del hotel Thomson sin cinco cifras en el banco, lo cierto es que tras la cortina roja encontramos una enorme sala donde disfrutar de las hamburguesas de Burger Joint. Ricas, jugosas y con un chorreante queso fundido; merecen la pena más allá del morbo de jugar al escondite. Una pieza de carne es más que suficiente para disfrutar de la experiencia y poder decir que te has tomado la que, para algunos, es la mejor hamburguesa de Nueva York.
En su rudimentaria carta, también encontraremos opción vegana así como cervezas artesanales de Brooklyn o enormes batidos con los que hacer temblar a tu seguro privado. // Burger Joint by Thomson Central Park Hotel.19 W 56th St, New York, NY 10019, Estados Unidos. / Precio: 24€ (sin bebida, tasas y propinas incluidas).
