Una de las fiestas gastronómicas más interesantes y apetecibles de la península se organiza desde hace años en Portugal. Y, por supuesto, es probable que la mayoría no haya oído hablar de Chefs on Fire precisamente por eso. El tradicional desconocimiento hacia el país vecino, su cultura y su gastronomía, juega estas malas pasadas.
Así que es imposible pasear por los jardines de la Fiartil de Estoril donde se celebra esta quinta edición del festival, abrir mucho los ojos ante la sucesión de fuegos, piezas de carne y pescado colgadas ahumándose, cazuelas junto a las llamas, y las mesas montadas bajos los árboles adornados con luces y preguntarse por qué no habíamos descubierto esto antes.
¿Cómo nace Chefs on fire?
Que parezca una bonita fiesta de amigos no es casualidad. Gonçalo Castel-Branco, fundador de este evento explica que así surgió la idea hace unos años. Tenía que organizar el cumpleaños de su hermana —la conocida actriz portuguesa Inês Castel-Branco— y aquello acabó siendo una exitosa y enorme barbacoa para 60 personas.
Tanto que sirvió de base para dar forma a este festival, cuya primera edición estaba en marcha sólo siete meses después de aquella fiesta. Convertido en una de las citas gastronómicas y festivas más destacadas del calendario portugés, ahora desfilan por aquí los mejores chefs del país, dispuestos a cumplir las dos únicas normas de Chefs on Fire: hay que cocinar allí el plato que se sirve y usar fuego para ello.
En total, casi una treintena de cocineros han aceptado el reto esta edición y han cocinado, el fin de semana del pasado 8 de septiembre, para las más de 2.500 personas que se acercaron a este festival y que degustaron más de 70.000 platos de comida.
España, primer país invitado
El excelente ambiente animado por actuaciones musicales cada noche, la buena organización —ni la repentina lluvia consiguió arruinar la fiesta—, la variedad de platos de carne, pescado y vegetales —cada vez más, nos cuentan— y, sobre todo, la sensación de que aquí de verdad se está cocinando resume bien la esencia de esta cita.
Aunque en anteriores ediciones ya habían participado cocineros y cocineras de otros países, esta es la primera vez que hay un país invitado con zona propia en el festival. España ha sido el elegido y Begoña Rodrigo, Rafa Zafra y Rafa Panatieri junto a Jorge Sastre los encargados de conformar esta delegación gastronómica.
Con un éxito más que notable, si tenemos en cuenta que Rodrigo preparó más de 90 paellas durante la primera jornada. Desde el mediodía hasta la hora de cierre y con cuatro grandes paellas —que costó nivelar, nos contaba ella misma— sobre el fuego y sobre las que iban preparando de forma incansable el plato con los ingredientes típicos de la paella valenciana.
La verdad es que la paella que pudimos probar a eso de las diez de la noche —la cola era considerable a esas horas— estaba bien buena. También el plato de Rafa Zafra y su equipo, que apostó por un plato de cuchara que ya es casi un clásico de Amar Barcelona: mongetes de Santa Pau con morrillo de atún y panceta ibérica. El domingo fue el turno de los chefs de Brabo, el restaurante de brasa de los creadores de la ya archifamosa pizzeria Sartoria Panatieri.
Desde el lado portugúes, la oferta era inabarcable por mucho hambre que uno le pusiera al asunto. Por citar algunos, la muamba de gingriba (un plato de Angola) en versión vegetariana de Joao Sá era tan rica como interesante su historia, la calabaza asada de João Rodrigues —qué necesaria su defensa de los productores de Portugal—, o la potente la cabeça de porco con naranja de Zé Paulo Rocha. Triunfó mucho también la espetada de polvo que ofrecía João Magalhães, así como la corvina ahumada de Marta Figueiredo.
2024 en Madrid
Veterano en la comunicación política y con muchas campañas electorales en su curriculum —incluidas las de Obama o Hillary Clinton— Gonçalo Castel-Brancoes asegura que ahora este tipo de eventos de cocina le hacen más féliz que la política. A él y a todos, bromea. Y si esta vez España ha sido la invitada, el siguiente paso es trasladar el festival a Madrid. Será en mayo de 2024, en un lugar al aire libre aun por confirmar.
"Creo que el público de Madrid va a encajar de forma natural con este ambiente", defiende. Aunque faltan todavía muchos meses, en realidad el formato está más que claro, tal y como explica Castel-Brancoes durante la reciente edición en Estoril: "Será exactamente igual, todo esto va con nosotros, vamos a crear la misma experiencia".
La idea es que participen también algunos cocineros portugueses, "pero sobre todo desafiar en este formato a los grandes chefs de España", indicaba el creador y responsable del evento. Será la próxima primavera y sólo cabe esperar que la futura versión española de Chefs on Fire sepa mantener la esencia de un festival gastronómico que ha demostrado ser único.