Dando una vuelta por Barcelona, especialmente por las calles del centro y por los alrededores de Arc de Triomf —donde la oferta gastronómica asiática hace años que está presente y cada vez se moderniza más—, es fácil detectar una tendencia: el boom del bubble tea.
No es nuevo, pero tampoco son pocos los establecimientos dedicados a esta bebida que se han abierto en la ciudad en los últimos años. Su presencia en redes sociales y el interés que despierta entre el público más joven, así como entre aquellos que buscan alternativas a las bebidas más tradicionales, seguramente hayan tenido algo que ver.
Ahora toca sumar un nuevo establecimiento a la lista: Machi Machi, una marca creada en Taiwán en 2018 que, a pesar de sus pocos años de existencia, ya tiene presencia en países como Camboya, Tailandia, Canadá o Suecia, y en ciudades como Nueva York, París, Londres o Melbourne.
Se han instalado en pleno centro de Barcelona (c/Sant Pere, 13), a poquísimos pasos de plaça Catalunya, un lugar estratégico para seducir con sus grandes vasos (y botellas) de bubble tea tanto a turistas como a locales (los que todavía se aventuran a pasear por estos lares). Pero, ¿qué sabemos de esta bebida de moda?
¿Qué es el 'bubble tea'?
El té de burbujas es una bebida originaria de Taiwán cuyos orígenes se remontan a la década de 1980, tal y como nos confirman los responsables de Machi Machi. Es pues una elaboración relativamente reciente que parte de la cultura del té que impera en los países asiáticos. "Para nosotros el té es como el café aquí en España", afirman.
La literatura que corre por internet dice que el bubble tea fue inventado en Taichung (Taiwán), en un pequeño establecimiento de té llamado Chun Shui Tang. Parece que el dueño, inspirado por los cafés de estilo occidental, comenzó a experimentar con bebidas frías de té y añadió perlas de tapioca —las supuestas burbujas—, creando esta nueva bebida.
¿Cómo se prepara?
La receta básica del bubble tea es "la combinación de té, leche y tapioca, a partir de ahí hay infinitas variedades", nos explican. En general, el té utilizado puede ser negro, verde, oolong o incluso una infusión de frutas. La leche es de vaca, aunque actualmente es del todo habitual que se utilicen bebidas vegetales de almendra, soja o coco.
Las perlas son bolitas masticables hechas de almidón de tapioca, que se extrae de las raíces de la yuca, un tubérculo originario de las regiones tropicales. Son cocidas hasta que adquieren una textura masticable, luego se endulzan con miel o azúcar mascabado, que les confiere un tono oscuro y las convierte en esas pequeñas explosiones dulces dentro del té.
En general, en la mayoría de establecimientos, a la receta básica se le pueden añadir además todo tipo de endulzantes (azúcar, miel, edulcorantes...) y de saborizantes (siropes de frutas, extractos o polvos aromatizantes...), aunque el efecto calórico de la bebida aumenta sustancialmente.
La carta de Machi Machi
'Bubble tea' de Machi Machi en la tienda de Barcelona / Foto cedida
En el caso de Machi Machi han querido hacer una "evolución del producto", cuentan, y, por eso, en sus tés de burbujas, las perlas de tapioca son solo un topping que se puede elegir o no. Evitando así el exceso de azúcar, y buscando ofrecer una bebida más saludable.
En su extensa carta proponen diversas combinaciones, tanto frías como calientes, "para probar y experimentar": sólo té, té con leche (opción de bebidas vegetales), té y cream cheese (queso crema) y té con frutas frescas naturales (libres de saborizantes). "Utilizamos ingredientes importados de Taiwán, el té matcha es de Japón y de primera calidad, y las frutas y otros productos frescos son locales".
"Todo se prepara el mismo día y se consume en el mismo día", afirman. Una de las peculiaridades de Machi Machi es que han incorporado "postres" a sus tés de burbujas. Combinaciones como el té con leche y crème brulée, el matcha latte con panna cotta, el matcha latte con crème brulée y judías azuki o el batido de fresa con panna cotta están entre sus top ventas.
Aunque si nos tenemos que quedar con una elaboración, nuestra apuesta es por el té verde jazmín, que sirven frío, con hielo (hay posibilidad de añadir extra de hielo), y con frutas frescas como manzanas o naranjas cortadas a rodajas, además de uvas y otras frutas (que se pueden comer mientras sorbes el té, con la ayuda de un palillo). Absolutamente refrescante.
Pedir, instagramear y llevar
El nuevo local está enfocado al producto para llevar: no hay mesas donde poder tomar un bubble tea, pero sí que han pensado diferentes rincones con mensajes y colores cuquis donde hacer vídeos o instagramearnos con nuestro vaso o botella. Un claro signo de los tiempos y de cuál es su potencial clientela.
Cuentan con un pequeño rincón con merchandising de la marca a la venta: camisetas, tote bags, gorras, bolsas de tela y de rejilla para llevar el té... así como unas curiosas pajitas plegables, elaboradas con silicona y con cabezal de aluminio, que se pueden lavar y reutilizar. La importancia de la sostenibilidad, otro signo de los tiempos.
En esta línea, algunos de sus tés se presentan en unas bonitas botellas para llevar —de plástico biodegradable, claro, igual que sus vasos y pajitas— que ya son icono de la marca. Son reutilizables, sí, aunque de momento no sean una alternativa para hacer refill de sus bubble teas.
Por cierto, los precios de las bebidas de Machi Machi están entre los 4,90 y los 7,50 euros —un pequeña inversión, para según qué bolsillos—. La tienda barcelonesa es la primera en España y ya preparan una apertura inminente en Madrid, también en pleno centro.
