Pepe Solla, el respetado cocinero pontevedrés y gallego de pro, visita cuando puede las Islas como Lanzarote y antes Tenerife. Pudimos intercambiar con él una serie de impresiones acerca de ese concepto como siempre latente que es la Dieta Atlántica: “Canarias representa para Galicia la proximidad, la hospitalidad –parecéis gallegos, bromeaba-"."Tenemos una complicidad especial porque somos de mar, rodeados por ese Atlántico en el que tantos elementos –gastronómicos y culturales- están interrelacionadas; es cierto, existe una unión en mil cosas, en los vinos, las algas, en el pescado, en el ámbito del medio marino que nos conecta", indicó."Es fácil entenderse porque es el mismo lenguaje y ese entendimiento es fundamental para concretar futuras acciones dentro de los que puede entenderse por Dieta Atlántica”. Solla comenta que la diversidad desde Galicia a Portugal y Canarias, incluso a Cabo Verde, puede generar contenidos. Hablando de relanzar este proyecto, el cocinero de Poio subraya que es algo que “no es lo que lo deba liderar nadie en concreto; todos tenemos que hacer fuerza desde nuestras respectivas tierras para configurar una identidad de Dieta Atlántica, que con todo el respeto a la Mediterránea, quizá pueda aportar más diversidad de productos y elementos culinarios”.“En los últimos años –continía- se está demostrando que hay algo que está pasando y es esa convicción de que no estamos solos y que, por supuesto, somos lo que comemos. No es el momento de buscar líderes sino de buscar voluntades y remar juntos para reivindicar una forma de ser que es fruto de una influencia del Atlántico”.
Pepe Solla indica que ahí están Galicia, Portugal, Canarias, pero hay un archipiélago de Cabo Verde, un continente africano, que aporta características muy potentes referidas al Atlántico, con diversad y con la que podemos unir muchísimas singularidades a modo de piña. Eso sí: miremos al mar y al pescado; tenemos que girar en torno a ello como hilo conductor y defender la personalidad según la latitud: en definitiva, es una potencialidad que debemos aprovechar y dejarnos de localismos y procurar una globalidad que nos haga más potentes y enriqueca a las regiones bañadas por el océano Atlántico”.
Acerca de Casa Solla (por si hay escapada a Pontevedra y al restaurante con una estrella Michelín), considera que el momento actual es “de dinamismo y nada de perpetuar las cosas; queremos ser dinámicos, indagar cada vez más en el producto, en su aprovechamiento, divulgarlo. Cada temporada somos distintos y ese es un motor de creatividad que caracteriza a Casa Solla”.“En definitiva, somos pura evolución por nuestro natural inconformismo y cada mañana nos empeñamos en llegar a esa parte esencial de lo que nos emociona y redescubrir, por ejemplo, una sencilla zanahoria y el valor que aporta a la restauración”.
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