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Su utilidad tiene el refranero (relato costumbrista)

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ANDA DOÑA Engracia, a la sazón hermana de Doña Josefa, dándole vidilla al arroz amarillo. En plan de golisnear, apetece rastrillar en la olla armado de tenedor, ver qué tal, pero va la “seña” y remacha la mano antes de la furtiva artimaña.Doña Josefa, que se endulza con los postreros compases de los huevos moles, entra a apaciguar a la Engracia (qué genio se gasta) blandiendo una de esas frases hechas.– Que Greñamillo no tiene por qué “pagar los platos rotos”, cristiana.Su gemela va y pone el huevo. –¡Con qué esas tenemos! Pues, “la amistad, la que quieras, pero la cebada, a veinte la fanega”. Estampa el refrán, esos brazos en jarras.–¡Ah, que de dichos se ufana! Pues, sabe lo que le digo comadre, “pan para hoy, hambre para mañana”.Antes de que la contrincante mentara nada, ¡que es que yo ya había escarbado el arroz!, quise caracolear.– “Buena es la carne, buena la cecina, pero mejor es la cocina”–No me recambie las enaguas –respondió arrecha la hermanísima–. “Para hacer tortillas hay que romper muchos huevos”, ¿me oyó zagalito?Doña Josefa saca su énfasis y se crece– “No se me pase de la rosca”. Aunque, visto el gallinero, “no se pueden pedir peras al olmo”.Para despejar el sarmiento erizado, me mando yo el pespunte– “Dolor de cabeza quiere yantar, dolor de barriga quiere cagar”. Ambas se secan las manos en el delantal resueltas. La mayor, por segundos en el alumbramiento (Doña Engracia),va al volapié– “Anda usted en la sopa boba”.Su homóloga de las andanzas aquí mismito de cada sábado responde ya sonriente– “Por la boca muere el pez”. Además, sepa que “pan con pan, comida de zonzo”.Interrumpo, que no quería yo que esto llegara a homilía por hurgar en calderos e intento “parar la olla”, que “al vino de mal parecer, cerrar los ojos al beber”.Doña Engracia no se nos queda achicadita.– “La anguila empanada y la lamprea escabechada”–.Doña Josefa se ajusta las gafas de concha.– “Naranjas de la China”, y servidor que hace gesto reverencial– “Gástalo en cocina y no en medicina”, saco así la “perica” de mi mazo de dichos populares.Nos asaltan las risas de súbito a los tres; está reposado ese arroz amarillo y cuajaditos los huevos moles, y, antes de “poner toda la carne en el asador”, se sazonan las paces con aquéllo de “si quieres criarte fino y hermoso, buen vino y mucho reposo”.–“La buena comida se anuncia a la nariz desde la cocina”, deja por zanjado el asunto Doña Josefa. Y, al despiste, vuelvo a picar en el arroz.Del libro "Las andanzas de Doña Josefa y Greñamillo", por Francisco Belín.

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