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Hierbas para cuidarnos: vinagre de los cuatro ladrones

Nos vamos a la Marsella del S. XVII en el momento en el que las personas morían como moscas a causa de la peste.

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Corren tiempos convulsos, en los que además de pararnos, la vida nos pide cuidarnos un poquito más. Estas dos semanas, quizás más que nunca, en la historia reciente será imperativo consumir producto local, fresco, ecológico acompañado con mucha fruta y verduras frescas.Sin querer dejar en el olvido las flores y todo el potencial de sus propiedades, las que describo cada semana, esta vez queremos compartir un relato histórico en el que las plantas aromáticas fueron protagonistas.Nos vamos a la Marsella del S. XVII en el momento en el que las personas morían como moscas a causa de la peste. Había por aquel entonces unos ladrones oportunistas que se dedicaban a entrar a robar en las casas de las personas fallecidas, sin que ellos perecieran por ello. Su secreto estaba es que antes de salir de casa se trataban de manera preventiva: lavaban su cara y sus manos con un vinagre infusionado en al menos estas cuatro plantas aromáticas: romero, tomillo, salvia y lavandín.Todas ellas plantas aromáticas de la misma familia, leñosas, de hojas relativamente más duras y de fuerte sabor. Todas ellas con múltiples propiedades medicinales entre las que destacan como antimicrobianas y antisépticas.La receta es muy simple: tomamos un vinagre de manzana en un tarro de cristal e introducimos nuestras hierbas a las que les podemos añadir otras especias como ajo, el jengibre o flores comestibles y cubrimos bien las plantas con el vinagre.Tapamos, etiquetamos, y lo dejamos macerar durante al menos veintiún días, durante los cuales agitaremos la mezcla cada pocos días. Transcurrido el periodo indicado, estrujamos bien todas las plantas, lo filtramos y lo embotellamos.De manera tan simple, tenemos ya, un vinagre personalizado, convertido en una medicina natural lista para aderezar nuestros platos con sabor y con salud.Tanto el romero, como el tomillo, la salvia o el lavandín son plantas que podemos cocinar y sofreir en nuestros platos. Sus propiedades y aceites esenciales se incorporarán a lo largo de la cocción. En cuanto a si utilizar plantas frescas o secas, lo único que cambia es la concentración, por lo que si utilizan las plantas frescas necesitarán poner mayor cantidad.¡Que tu alimento consciente sea tu medicina!Laura López Terrón (Mi Jardín se Come)*Para seguir leyendo https://www.historiacocina.com/es/vinagre-de-los-cuatro-ladrones

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