En cocina se puede utilizar de manera muy similar a las espinacas. Nos podemos servir de ella, tanto en fresco como cocinada, así como en ensaladas como en guarniciones. Es deliciosa en la cocina asiática y más que sorprendente, por ejemplo, en tempura o encurtida. Su punto de salinidad va permitir realzar aquellos productos con lo que se consuma, de ahí que se maride tan bien tanto con carnes como con pescados y cómo no, con verduras. De nuevo, podemos servirnos de sus hojas para evocar, en la cocina vegana, sabores que se han desestimado.Consumir el Ficoide Glaciar es cuidarse en salud literalmente. Es una planta diurética, ayuda a tratar problemas pulmonares y urinarios. A modo de ejemplo, la planta se llevaba, durante las largas travesías marinas, como reserva de Vitamina C para prevenir el escorbuto. Si bien nos podemos fácilmente tropezar con el Ficoide Glaciar, es necesario ser consciente de la exposición a posibles agentes contaminantes.Una semana más, naturaleza silvestre y deliciosa de la que disfrutamos en las Islas ¿para qué os quiero? Y es que ¿cómo no os voy a querer?.
Entre las delicias naturales mayormente cotizadas por la alta cocina, nos encontramos con el ficoide glaciar o flor helada Mesembryanthemum crystallinum. Planta suculenta, de caprichoso y salvaje crecimiento muy adaptada a suelos pobres y de alta salinidad que podemos encontrar en diferentes zonas de las diferentes islas.Su origen se puede emplazar en Sur África, aunque también la encontramos en Australia, Asia, América y también en las Islas Canarias donde crece como planta adventicia. Su naturalidad sorprende con toda su riqueza sensorial. En sus pétalos y tallos encontramos gotas de agua que se posan delicadamente sobre las hojas. Sus numerosas flores, de blancos pétalos concentran, aún con mayor intensidad que el resto de la planta, salinidad, acidez y frescura. Al tratarse de una planta suculenta, al morder, podemos sentir al crujir, que mordemos el mar.En cocina se puede utilizar de manera muy similar a las espinacas. Nos podemos servir de ella, tanto en fresco como cocinada, así como en ensaladas como en guarniciones. Es deliciosa en la cocina asiática y más que sorprendente, por ejemplo, en tempura o encurtida. Su punto de salinidad va permitir realzar aquellos productos con lo que se consuma, de ahí que se maride tan bien tanto con carnes como con pescados y cómo no, con verduras. De nuevo, podemos servirnos de sus hojas para evocar, en la cocina vegana, sabores que se han desestimado.Consumir el Ficoide Glaciar es cuidarse en salud literalmente. Es una planta diurética, ayuda a tratar problemas pulmonares y urinarios. A modo de ejemplo, la planta se llevaba, durante las largas travesías marinas, como reserva de Vitamina C para prevenir el escorbuto. Si bien nos podemos fácilmente tropezar con el Ficoide Glaciar, es necesario ser consciente de la exposición a posibles agentes contaminantes.Una semana más, naturaleza silvestre y deliciosa de la que disfrutamos en las Islas ¿para qué os quiero? Y es que ¿cómo no os voy a querer?.
En cocina se puede utilizar de manera muy similar a las espinacas. Nos podemos servir de ella, tanto en fresco como cocinada, así como en ensaladas como en guarniciones. Es deliciosa en la cocina asiática y más que sorprendente, por ejemplo, en tempura o encurtida. Su punto de salinidad va permitir realzar aquellos productos con lo que se consuma, de ahí que se maride tan bien tanto con carnes como con pescados y cómo no, con verduras. De nuevo, podemos servirnos de sus hojas para evocar, en la cocina vegana, sabores que se han desestimado.Consumir el Ficoide Glaciar es cuidarse en salud literalmente. Es una planta diurética, ayuda a tratar problemas pulmonares y urinarios. A modo de ejemplo, la planta se llevaba, durante las largas travesías marinas, como reserva de Vitamina C para prevenir el escorbuto. Si bien nos podemos fácilmente tropezar con el Ficoide Glaciar, es necesario ser consciente de la exposición a posibles agentes contaminantes.Una semana más, naturaleza silvestre y deliciosa de la que disfrutamos en las Islas ¿para qué os quiero? Y es que ¿cómo no os voy a querer?.
