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Apuntes de la vida misma y de la restauración (Chema Vicente)

"Me contesta ‘total, que no quieres darme de comer...’ y se marcha de malas formas sin decir ni adiós".

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Sin títul
Se suma al grupo de autores (futura batería de Blogs de HuleyMantel) el experimentado restaurador, empresario y maitre Chema Vicente. Con su habitual estilo abordará aspectos bien conocidos de la actividad que a nadie dejará indiferente.Toc toc. Buenísimos días.Espero que tod@s estén bien. Yo bien también aunque después de las Navidades me quedé un poco FO.Después de casi doce meses de pandemia, con un año de experiencia, ¿qué hemos aprendido? ¿somos mejores? “Me refiero mejores entre nosotros“ o ¿seguimos igual de cabrones?Seguimos sin ceder el paso, pitando en los coches por un 30 segundos de retraso. ¿Empatía entre nosotros mismos? ‘Naaa de naaaa’.Creo que seguimos igual o peor. Hace unos días esto mismo lo comenté a un vecino y él me contestó: “mira Chema, aquí cada uno va a lo suyo. Menos yo que voy a lo mío”.  Les comento esto porque el mes de diciembre fue complicado para mí y otros-as colegas: un mes con recorte de horario comercial, límite de aforo y de comensales. Te encuentras con una plantilla y no quieres dejar a ninguno fuera.Te las ingenias, piensas que lo mejor es hacer turnos y horarios de comidas “para poder salvar los muebles “. La verdad que vas un poco al límite. Trabajas y llevas todo con reservas y horarios.Y con esta circunstancia de AFORO de pandemia, aunque venga la misma Madre de uno, tienes que decir que no tienes sitio. Digo esto, porque el día 5 de enero me llegó un cliente no muy asiduo, pero un cliente. •Chema Chema, mesa para dos...”.Venía con sus bolsas de compras y agarrando de la mano a su señora y se les veía con expresión relajada. Yo ya llevaba unas 4 horas trabajando corre que te corre . Me paró en medio de la calle, yo con las manos llenas se platos de recoger una mesa -“los platos pesan, estaba medio lloviendo, el móvil en en delantal que no paraba de sonar“-. Y me dice ¡Chema Chema una mesa para dos!Le confirmo que no tengo nada de nada. ”¡Lo siento!- ¡Ponme en aquella! La respuesta. Insisto, “está reservado, lo siento”. Él sigue insistiendo y que si no puedo poner otra mesa en el medio. –“No Don Tal, hoy no puedo (venga otro día y les atenderé con mucho gusto)”.Me contesta ‘total, que no quieres darme de comer...’ y se marcha de malas formas sin decir ni adiós.Al cabo de unos día un conocido en común me reenvía un mensaje que dicho señor puso en su Facebook: “Ayer fui a comer donde Don Chema” (Don, con lo joven que soy, a regañadientes pero lo acepto). “Con la antipatía que le caracteriza –apuntaba- que viniéramos otro día”. Y yo digo, “Don Tal: ¿qué queríais que hiciera?”.“Me abordas en la calle, te quieres saltar las normas y encima llegas a tu casa y te pones en el ordenador y desaconsejas a tus amigos y algunos también míos que no vengan a mi restaurante porque no tengo sitio libre...”.De verdad, Don Tal, ¿para éso sale usted de casa? Y para llamarme antipático póngase en lista de espera, guarde la cola y no se salte los números.”Feliz semana para tod@sChema VicenteWine & Cheese

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