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Agustín Leal: "El ilusionismo tiene buenas cartas para la Sala"

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En un año marcado por las incertidumbres de la pandemia incontables han sido las fórmulas que han barajado los empresarios de restauración. En 2018, en el despliegue del Congreso Culinaria Tenerife (Adeje 2018), el ilusionista Agustín Leal alegraba con sus ideas relacionando el ilusionismo con los cometidos de la Sala.En huleymantel hemos querido rescatar la entrevista a Leal, que se internó en este mundo mágico, nunca mejor dicho, desde muy temprana edad. Destaca que en 2018 fue contratado para formar al equipo del restaurante Mugaritz de Andoni Luis Aduriz (Rentería, Euskadi, con dos estrellas Michelín) para enriquecer la puesta en escena y servicio de cara al cliente. Un hombre muy creativo y emprendedor, que ganó su Primer Premio Nacional a los 18 años. Posteriormente llegaron más, incluido el preciado Premio Ascanio.Otra de sus especializaciones profesionales es la de la vertiente como vendedor -un largo recorrido en diferentes ámbitos-. Una actividad que desarrolló desde muy joven desde su propia teoría psicológica: el vendedor-ilusionista. Todo esto se adereza con su faceta docente en la Universidad María Cristina y en Escuelas de Ilusionismo .El ilusionista proclama una serie de particularidades que comporta la doble acepción de esa magia: por un lado, la indiscutible que tienen aquellos que hacen que la cocina de un establecimiento culinario, y gracias a sus atenciones, sea realmente mágica.Por otro, buscando "un sinónimo relacionado con los recursos y guiños que el ilusionismo puede aportar en un cometido tan relevante de la restauración en clave de generar el clima idóneo, la atmósfera propicia entre los clientes en el rato que van a pasar en torno a la mesa y mantel".No en balde, Leal ha sido asesor en estas lides para el mencionado restaurante mugaritz de Rentería, del chef Andoni Luis Aduriz para reforzar aspectos de la comunicación en el servicio de sala de este espacio de alta cocina del País Vasco y en el orden internacional."Para mí es muy importante en la vida, si no lo más. la comunicación entre las personas; en mis vertientes profesionales, que han sido el mundo de las ventas y la magia, se puede establecer un interesante paralelismo entre ambos cometidos. Al fin y al cabo, el mago es un vendedor -me explico-: el ilusionista capta la atención e intenta seducir al público y que este recuerde la experiencia muy positivamente. Lo mismo vale para la Sala"."Aquí merece la pena matizar -afirma Agustín- qué se entiende por ilusión; el ilusionismo en su amplio sentido de la palabra. En castellano podemos tener en cuenta el fondo de ilusorio -incluso el de la falsedad- pero también lo podemos entender -y este es mi propósito- como energía positiva hacia algo, en este caso aplicada a la actividad de los profesionales que atienden la sala"."Estimo que mi contribución, en este aspecto, es cuando menos interesante y relevante en el sentido de procurar el poner en sintonía o 'situar' a los profesionales ante cuáles son estas herramientas que nos permitirán abrir otras perspectivas del trabajo de la sala. Aquí -tengo que decir- me fijo también en que cada segmento tiene su peculiaridad a la hora de procurar la referida sintonía: alumnos, maitres empresarios al que tantear cada realidad de una forma muy determinada"."Todo ello -explica Agustín- tiene una aplicación al trabajo de Sala que no es baladí; tiene un poco de lo se que quería transmitir en aquel foro tinerfeño el título de la ponencia, 'La magia en la sala": es decir, servir al cliente con ilusión y no cabe duda de que esto conecta directamente con la percepción de nuestro entorno en el restaurante, con el contexto en el que nos encontramos en nuestra mesa"."Al final de lo que se trata de buscar las maneras de que el comensal viva una experiencia de lo más gratificante y en mi participación durante el Congreso también plantearé y desarrollaré talleres con simpáticos juegos de mano y amenizando en momentos agradables para el que quiera aprender algunos truquillos sencillos".Por otro lado, Leal considera que todo este caudal de experiencias positivas "desemboca indiscutiblemente en la confianza del cliente; se ejercita el lenguaje tanto verbal como corporal, las miradas, el gesto,... Esto es lo que yo trabajo también en mis campos porque es importante la forma de hablar pero asimismo la de acercarse al cliente, la de ofrecer una sonrisa franca y soluciones eficaces ante un pequeño conflicto"."El manejo psicológico del entorno de las mesas, al fin y al cabo, que es el modo de dejar una estela o efecto cometa de satisfacción". Interesa al restaurador, evidentemente, que cuando acude un cliente a su establecimiento sepa éste que va a disfrutar de esos momentos, esos instantes presentes; que se va a sorprender de algún modo y en cierto manera ese empresario puede aplicarse a conseguirlo incluso más de lo que cabría esperar al propio cliente".Agustín Leal asegura que con unos pequeños trucos "ya hay mucho ganado, por ejemplo, ejercitando la memorizacion del nombre del cliente, de sus hijos. de sus gustos personales. Es a lo que podríamos llamar 'la guinda del pastel' del conjunto del restaurante y a veces son detalles que puede que se estén diluyendo en la Hostelería. Hay que recuperar aquella escuela que preparaba a los profesionales de sala para lo esencial: una sonrisa y escuchar con atención al cliente".Leal cuenta como anécdota que "es mucho el apego que siento por Tenerife". Confiesa que se declaró a su esposa en la cumbre del Teide ("la magia de la vida"). El ilusionista y asesor apunta otro dato relevante y cariñoso sobre la isla: "Mi primer premio nacional lo conseguí con 18 años en un Congreso celebrado en Tenerife.Francisco Belín

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